El rugby argentino apuesta a un cambio a largo plazo

Mediante el programa de la UAR, “Rugby 2030, hacia una nueva cultura”, la disciplina asume los hechos de violencia y busca una transformación orientada a la comunicación y la pedagogía.

El crimen del joven Fernando Báez Sosa en manos de un grupo de jugadores de rugby a principio de año, volvió a poner en tela de juicio los valores de ese deporte ante reiterados hechos violentos.

Desde la Unión Argentina de Rugby, no esquivan la responsabilidad y pensaron alternativas para mejorar la formación de los atletas de cara al futuro.

Uno de los pilares de esta transformación se da a través del programa “Rugby 2030, hacia una nueva cultura”, que estará desarrollado por la fundación Funrepar.

“Tenemos objetivos a corto, mediano y largo plazo”, señaló Raúl Calvo Soler, director del programa y miembro de Funrepar. 

“A corto plazo queremos crear sensibilización, protagonismo y participación frente a la necesidad de replantearse la manera en la que el rugby se vincula con la sociedad del siglo XXI. El objetivo inmediato es crear espacios para que la familia del rugby se pregunte cómo quiere que sea la disciplina. Hay una necesidad de enfrentar la situación”, explicó.

“A mediano plazo queremos dotar de herramientas a jugadores, socios y entrenadores, para que aprendan a comunicarse de una manera acorde a la realidad actual. Si los técnicos entrenan a sus jugadores como aprendieron ellos están enseñando un rugby que ya no existe”, continúo.

“A largo plazo, buscamos asentar un modelo, una cultura. No hay que renegar de lo que el rugby ha sido pero sí aceptar que se necesita una transformación para que no esté vinculado a la violencia y la confrontación”, añadió.

Sobre ese aspecto y los valores tradicionales de la disciplina, Calvo Soler reflexionó: “Hemos detectado que todas las personas del mundo del rugby, sobre todo los que llevan mucho, tienen los valores que les enseñaron. La pregunta es si se puede mantener esa enseñanza incorporando lo nuevo. No hay que cambiar los valores como respeto, compañerismo y esfuerzo. Sino la manera en que se enseñan”.

Para el director del programa, la mayor parte del público del rugby asumió la necesidad de un cambio y está dispuesta a colaborar. Además, valoró la actitud de reconocer el problema y trabajar para modificarlo.

“He encontrado mucha gente con ganas de trabajar y pensando que este es el momento de cambiar. La mayoría de la gente del rugby lo piensa así. Es imprescindible tomar conciencia y hacerse responsable. Con otro caso como el de Villa Gesell, no se sostiene. Asumieron un reto, eso es dar un paso al frente, otros deportes no lo han hecho”, comentó.

Un cambio de mentalidad tan grande no se da de un día para otro pero la conducción del rugby argentino no mira para otro lado y pone manos a la obra en busca de un futuro mejor.


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