El temor se apoderó de los vecinos

ROCA (AR).- Por varias horas el pánico se apoderó de los barrios más cercanos a la planta de Fruempac. A la par de las llamas que crecían por sobre los techos del establecimiento, también lo hacían las versiones y las hipótesis sobre lo que podría pasar si el control del fuego se demoraba.

Varias decenas de familias que residen en las viviendas más próximas fueron retiradas del lugar por temor a que estallaran los tan

ques de amoníaco. No obstante, muchos se resistían y preferían quedarse en el interior de las viviendas y no salir.

Luego de las 20, cuando la mayoría de las personas regresaban del trabajo, muchos se encontraron con el impactante escenario.»Yo estaba en el cementerio cuando empecé a escuchar las sirenas. Lo que menos me imaginé es que era acá. Cuando estaba llegando al barrio comencé a ver la policía. Ahora me dicen que cierre el local pero yo no me voy a ir», comentó preocupada la propietaria de una despensa ubicada sobre calle Artigas, a una cuadra del lugar del siniestro.

«Déjenme pasar a ver cómo está mi abuela que es discapacitada y no puede salir», pedía un joven, algunos metros más allá, recién enterado de la novedad. «¿Qué es lo que pasa? ¿Están evacuando? ¿Explotó algo?», preguntaba el muchacho a un policía, en medio de la incertidumbre.

Cerca de la medianoche, con la voracidad del fuego más calmada, se había comenzado a liberar lentamente algunos accesos próximos al galpón, mientras los bomberos seguían trabajando en el interior de la planta para tratar de poner fin al siniestro.


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