El turismo de alta gama redescubrió la cordillera

Parte del público que ya era visitante de Bariloche en el invierno, por el esquí, decidió cambiar Punta del Este o Miami por las montañas. El sector hotelero de este segmento tiene un verano mejor de lo pensado.

Entre las transformaciones más visibles que generó la pandemia de coronavirus en el mercado turístico local se destaca la irrupción de un público de alto poder de gasto, que no solía elegir a Bariloche en verano, pero que esta vez se volcó en gran número al turismo interno y los destinos de cordillera.

Se trata en general de grupos familiares chicos, también jóvenes en pareja, que viajan con vehículo propio, se alojan en hotelería de cuatro y cinco estrellas y contratan excursiones y servicios de “alta gama”, cuyos prestadores disfrutan de una temporada superior al promedio.

Otra forma de alojamiento que agotó su oferta con anticipación fueron las casas “top” con costa de lago o en barrios cerrados como Arelauquen, a valores inalcanzables para la clase media.

El panorama de la actividad turística, que atravesó varios meses de oscuridad durante la cuarentena estricta, empezó a abrirse el pasado 4 de diciembre y tomó envión con el correr de las semanas, hasta alcanzar un nivel de ocupación que superó los vaticinios más optimistas.

Los paisajes siempre son un atractivo pero el calor de este verano es un plus que los turistas no olvidarán. Foto: Marcelo Martínez

La directora comercial del hotel Llao Llao y directiva de la Asociación de Hoteles de Turismo (AHT), Daina Smud, dijo que este verano trabajaron casi en un 100% con turismo nacional; un dato que no tiene antecedentes en ese establecimiento.

Se potenció el turismo de alta gama. Es gente acostumbrada a viajar al exterior en “all inclusive”, donde tienen todo en el hotel. Pero acá eso no existe, y se adaptaron”.

Gastón Burlón, secretario de Turismo de Bariloche

“En verano siempre tuvimos como máximo entre 45 y 55% de argentinos y el resto, pasajeros del exterior. Pero esta vez no fue así y nos obligó a cambiar el eje tanto en lo comercial y promocional”, aseguró.

Dijo que el público se reconvirtió, lo mismo que las modalidades de consumo. Por ejemplo en el Llao Llao se registró un alto porcentaje de estadías largas, de hasta diez días “y algunos pasajeros que se quedaron tres semanas”, cuando hasta el año pasado el promedio rondaba entre los 3,5 y los 5 días.

Hay lugar

4.500 plazas
es la oferta del segmento de hotelería de cuatro y cinco estrellas de la ciudad de Bariloche.

De alguna forma, se trata de un público acostumbrado a tomar vacaciones largas, en playas marítimas, por lo general en residencias propias, que esta vez cambiaron por un destino patagónico, pero con los hábitos que solían desarrollar en Punta del Este, Estados Unidos u otros destinos del exterior.
Smud dijo que en enero trabajaron con unas 300 personas por día y un factor de ocupación del 80% de la capacidad disponible, que el hotel redujo respecto de lo habitual porque está en un plan de remodelación.

Explicó también que para febrero el nivel de reservas repuntó mucho, incluso para después de los feriados de Carnaval, que se mantenían un poco “frío” hasta el mes pasado.

Lo que sí se ve es que la gente está atenta a la cuestión sanitaria y toma la decisión muy sobre la fecha, con dos o tres días de anticipación. Esto tampoco se veía”, aseguró.

Aseguran que la hotelería “no trasladó todos los aumentos de costos” del último año y quedó “súper competitiva en dólares”. Foto: Marcelo Martínez

Competitividad

Martín Lago, también vocal de AHT Bariloche, confirmó que hay un auge de demanda para la hotelería de alta gama y entendió que se debe a una “multiplicidad de causas”, entre las que anotó el cierre de fronteras que obligó a vacacionar dentro del país a un público habituado a ir al exterior.

También habló de “un componente tarifario”, ya que la hotelería “no trasladó todos los aumentos de costos” del último año y quedó “súper competitiva en dólares”.

Refirió que ese factor puede generar mayores atractivos todavía en el futuro próximo. “Vemos una oportunidad, cuando la situación sanitaria lo permita y las fronteras se abran, para captar turismo internacional de Chile, Brasil y otros países cercanos”, dijo Lago.

Dijo que el público nacional ABC1 que viene a Bariloche “en su enorme mayoría “se va conforme”, porque ven a la ciudad “bonita y organizada, al menos en lo que le toca vivenciar al turista”.

Tanto Lago como Smud afirmaron que se trata de un turismo que solía elegir playa en verano y que no conocía o hacía mucho que no venía a Bariloche en esta época. Para ellos es “un redescubrimiento”.

Señalaron que “valoran especialmente la vida al aire libre, recorrer montañas y lagos, mientras se alojan en hotelería cinco estrellas, con áreas de piscina, spa, golf, actividades deportivas y otros servicios adicionales, en una combinación que se da en muy contados lugares”.

La AHT agrupa a los hoteles y apart de 4 y 5 estrellas, entre los que figuran Llao Llao resort, NH Edelweiss, Alma del Lago, Nahuel Huapi, Inacayal, Villa Belluno, Charming, El Casco, Panamericano, Huinid, Nido del Cóndor Gran Hotel Catedral, entre otros. Lago dijo que en total ofrecen unas 4.500 plazas, de las 31.000 con que cuenta Bariloche.

Todos tuvieron niveles de ocupación superiores al promedio general, que se acercó al 60%.

“El turista se va muy satisfecho –aseguró Lago–. Y hay una posibilidad de fidelizarlos para el destino. En especial porque la oferta de Bariloche es formidable y porque el clima también acompañó mucho”.

Adaptación

La seguidilla de sol a pleno, buenas temperaturas y el atractivo de las playas también fue señalado por el secretario municipal de Turismo, Gastón Burlón, como un plus que jugó a favor. “Bariloche ya tenía turismo de alta gama, pero ahora se potenció mucho. Es gente acostumbrada a viajar al exterior en modalidad ‘all inclusive’, donde tienen todo en el hotel. Pero acá eso no existe, y se adaptaron. Salen a comer en restoranes gourmet.

Contratan excursiones en barcos privados, hacen kayakismo, trekking con comidas exclusivas y otros detalles, que ese público puede pagar”, graficó.
Dijo que Bariloche no improvisa en ese segmento y “tiene variedad de productos para ofrecer”, lo cual “sorprendió a muchos”.

Consultado por algún punto en contra que hayan señalado esos turistas, Burlón dijo que “no hubo quejas registradas en la secretaría. Sí tal vez los robos en autos de alquiler y en algunas cabañas, pero es algo que puede pasar en cualquier destino”.

Burlón subrayó que el flujo general de turistas fue mayor a lo esperado y que en la primera semana de febrero la ciudad recibió a 41.000 visitantes, según el registro de permisos obligatorios que emite la provincia. Durante enero fueron 60 mil en la primera quincena y 55.000 en la segunda.

La ministra de Turismo de Río Negro, Martha Vélez, señaló que el nivel de gasto promedio en Bariloche es de 5.700 pesos/día, cuando en El Bolsón y Las Grutas ronda la mitad. Otro indicio claro del tipo de público que logró captar la ciudad lacustre.

Ese número se duplica con facilidad (unos 10.000 pesos) en el caso del público que se aloja en 4 y 5 estrellas. Dijo que al momento de definir la esperada apertura de diciembre proyectaron alcanzar una ocupación de entre el 40 y 50% de las plazas ofrecidas, pero el promedio en la ciudad fue del 60% en la primera mitad de enero y del 55% en la restante.

Según describió, “hay mucho turismo de la ciudad de Buenos Aires y provincia de Buenos Aires, de Mendoza, de Chubut y del Alto Valle”, con un aumento proporcional del viajero de alto poder de compra. “Se ve por la ocupación en 4 y 5 estrellas”, afirmó.

Adecuar pautas

Lago dijo que la hotelería hizo un esfuerzo importante de adaptación para cumplir con los protocolos sanitarios “y eso también es reconocido por el turista”.

Señaló por ejemplo que la limpieza es intensiva y que ya no hay libertad de horarios para el desayuno sino la obligación de reservar un turno el día anterior. A veces no es fácil de compatibilizar esa regla con la salida de las excursiones, porque todos los pasajeros piden a las 8 u 8.30 si contrataron para las 9. “Es algo que a veces la operatividad y que antes no pasaba, pero todas las partes flexibilizan un poco y se resuelve”, dijo Lago.

Dijo que han visto como rasgo común en el turismo de alga gama que viajan familias chicas, con uno o dos hijos, y ya no ampliadas, con abuelos o algún tío, como era habitual. Un dato nuevo, afirmó, “es el número creciente de jóvenes que consumen este tipo de hotelería y de servicios, en general parejas o grupos de amigos de no más de 30 años”.

El desafío de lograr la fidelización

Una de las expectativas que generó la preferencia demostrada por el público ABC1, es lograr que Bariloche mantenga al menos una parte de ese segmento aun después de la crisis por el coronavirus.

“Es gente que se va encantada y que si antes venía a Bariloche era solo en invierno, para esquiar. Pero ahora se encontró con una oferta de verano que también es muy atractiva” dijo Daina Smud, del hotel Llao Llao.

La ministra de Turismo Martha Vélez subrayó que “este descubrimiento es beneficioso para el destino y para la región, es público que busca propuestas como un viaje en la Trochita” o una visita a otras localidades cercanas de perfil parecido como Villa La Angostura y San Martín de los Andes.

Vélez estimó que también contribuirán a consolidar ese segmento algunas prácticas que “llegaron para quedarse” como el turismo en grupos reducidos y en espacios abiertos. Un plus y una ventaja para los destinos de naturaleza, que claramente este verano tuvieron un porcentaje de ocupación superior al de las playas.

“Es un segmento de consumos caros, que en Bariloche ya tiene ofertas para elegir, no hay que generarla”, señaló la funcionaria.

También Gastón Burlón, secretario de Turismo del municipio, cree que Bariloche entró en el radar de un turismo exigente que no solía captar en verano y que el beneficio se extenderá en el tiempo. “Es algo que va a quedar –aseguró–. La gente vuelve contenta y nos va a recomendar”.

En determinados comercios se notó la billetera más abultada

La mayor participación del turismo de buen poder adquisitivo se hizo sentir también en el comercio, que registró un visible repunte en la demanda, especialmente en los rubros orientados a ese público.

El presidente de la Cámara de Comercio, Leonardo Marcasciano, señaló que no hubo un tipo de producto que se pueda caracterizar como el más buscado, pero sí pudieron comprobar una suba marcada “en el ticket promedio”.

Dijo por ejemplo que en algunos establecimientos pasaron de 1.000 a 3.000 pesos en la venta media, siempre por influencia del turismo ABC1 de origen nacional.

El beneficio alcanzó especialmente a los locales céntricos de indumentaria deportiva “de marca”, camperas y artículos de montaña. También Bariloche tiene una importante oferta de artículos regionales y cueros, pero según Marcasciano no les fue tan bien porque “su público es básicamente el chileno, el brasileño y el uruguayo, que está ausente. No trabajan tanto con argentinos”.

También los productores de chocolate notaron el impacto del público de alta gama. Si bien hay una oferta muy variada en precio y calidad, a las chocolaterías premium les fue muy bien y tuvieron muchos días de cola en la vereda. Lo mismo ocurrió con la gastronomía “gourmet”, con el rafting y con las actividades náuticas.

Marcasciano dijo que hubo un repunte considerable de ventas en los negocios de la calle Mitre desde la apertura del turismo y también influyó “el público joven, que es el 64% del total, según el registro de ingresos” y que suelen consumir ropa deportiva. “Es un segmento que tiene poder adquisitivo y no se fija en el precio”, indicó.


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