El VAR es una decisión humana


La Conmebol debiera generar previsibilidad y buena fe con el sistema. De no ser así el VAR sudamericano en lugar de ser un remedio, será una burda pantomima de justicia.


Temo el día que la tecnología sobrepase nuestra humanidad. El mundo solo tendrá una generación de idiotas.”

La frase atribuida a Albert Einstein, despierta interrogantes acerca de su autoría. Si tal discusión tuviera que ser hoy resuelta en términos deportivos, habría que revisar por medio de un VAR al científico alemán y ver si lo dijo o no, cuándo, dónde y cómo.

En tiempos en que pululan las fake news, el photoshop y el uso de identidades, el chequeo de información se ha vuelto moneda corriente.

Sin hilar tan fino y desde antaño, la búsqueda de certeza es la semilla que ha llevado a al hombre a revisar sus propias decisiones. La aspiración de alcanzar resoluciones justas en base a normas preestablecidas, es una de las piedras basales de la vida en sociedad.

Por ello en la Justicia los fallos son revisables ante instancias superiores y en el ámbito del deporte se están buscando alternativas ante tantos errores admitidos, que podrían haber modificado el resultado de partidos o la consagración en campeonatos.

Tal estado de duda no es ajeno al fútbol y la llegada de la tecnología al momento, no ha servido para sosegar dichas aguas.

Decisiones como la del árbitro peruano Víctor Carrillo a tres minutos de juego, concediendo un cuestionable penal a favor de River frente a Cerro Porteño o la microscópica anulación de un gol a Cristiano Ronaldo por la posición de su hombro en Juventus-Parma, han puesto nuevamente en jaque la credibilidad del sistema de asistencia arbitral de video.

Cuestionamientos que recrudecen sobre todo en Sudamérica y que son coletazos de la reciente Copa América, cuando no se pidió el VAR en dos situaciones claras de infracción dentro del área contra Nicolás Otamendi y Sergio Agüero frente a Brasil o al momento de decidir la expulsión de Lionel Mesi en su encontronazo con Gary Medel.

Si bien el Mundial y la Champions League cuentan con treinta y tres cámaras, seis repeticiones ultralentas, seis lentas y dos fueras de juego y la Conmebol veinticuatro cámaras y dos réplicas inmediatas, la cuestión no pasa por la sofisticación de las máquinas, sino por las decisiones humanas. Al decir de Christian Lous Lange, “la tecnología es un siervo útil, pero un amo peligroso”.

Es que como afirmaba el reconocido iusfilósofo Carlos Cossio, el Juez no interpreta normas, sino conductas humanas a través de las normas. En dicha inteligencia y haciendo un paralelismo con el deporte, el árbitro es quien debe leer en cuestión de segundos una jugada, interpretarla y tomar una decisión.

Pero también dicho control puede hacerse a expensas del VAR y así generarse un diálogo propio de una comunicación espacial, como sucedió con la filtración del audio entre Víctor Carrillo y Raphael Claus en una mezcla de español, portugués e inglés, francamente desconcertante.

Es en definitiva el hombre quien define el criterio y la oportunidad, con que deben ser examinadas las situaciones vidriosas. Y es precisamente en ese punto, donde el VAR debiera garantizar condiciones mínimas, como:

1.-Expectativa: Estabilizar las expectativas del público, decidiendo en base a lo dispuesto por el reglamento del deporte y protocolo de actuación.

2.-Igualdad: Aplicar idéntico criterio, ante análogas circunstancias.

3.- Apertura: Abrir la posibilidad de que una vez por partido, desde el Banco, cada equipo pueda pedir la aplicación del VAR ya sea para convalidar o rever una decisión, tal como sucede con el ojo de águila en el Tenis.

4.- Transparencia: Que los audios de las conversaciones entre el Juez de Campo y los del VAR sean públicos a partir del día siguiente del partido, para verificar que las consignas anteriores sean cumplidas. En tal sentido la Conmebol, ante la ola de críticas recibidas, ha comprometido la difusión de tales cintas.

5.- Calidad: Mejorar la capacitación de los árbitros, a efectos de disminuir al máximo el margen de error.

Los métodos de interpretación responden a motivaciones políticas y en este momento la de la Conmebol debiera ser la de generar previsibilidad y buena fe. De no ser así el VAR sudamericano en lugar de ser un remedio, será una burda pantomima de justicia.

*Abogado. Profesor nacional de Educación Física. Docente Universitario. angrimanmarcelo@gmail.com


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