EN CLAVE DE Y: Abrazo en Y

Lucía Micaela Bosyk tiene diecisiete años, es alumna de la secundaria «Península Valdés Patrimonio de la Humanidad» de la ciudad de Trelew. Acaba de ganar el primer premio en el Certamen Internacional de Poesía «Alfonsina Storni» organizado por la biblioteca popular «El talar» de Tigre, Buenos Aires, compitiendo con jóvenes de prácticamente todas las provincias argentinas, y de México, Colombia, Uruguay, España? La poesía se llama «El desaparecido».

«Lo recuerdo con su dócil mirada/ en el precipicio de la locura,/ el destino le hizo una llamada/ y sus ojos fueron su armadura.».

Estoy pasando unos días en Trelew y quiero compartir con usted el privilegio de conocer a Lucía, de charlar con ella, con su profesora de Literatura, Claudia Iun, en un aula convertida en sala periodística. Desde una computadora y una impresora se edita «La Voz Estudiantil». Ahí, en ese pequeño e impecable periódico, está publicada la poesía de Lucía y muchos otros materiales que generan alumnos y alumnas.

«Sogas retenían sus movimientos./ Vendas ocultaban su inocencia./ El sol atravesó los cimientos/ y se escurrió entre la violencia.».

Si Marcela, mi cuñada-hermana, no me lleva hasta el colegio, la pierdo por horas. Estamos muy orgullosos, me dice al recibirme la directora, Mónica Pilatti. Y me guía hasta «La Voz Estudiantil» y mientras avanzo por el ancho pasillo atravesado del rumor que se filtra de las aulas y de ese olor maravilloso de las escuelas, viene caminando una piba delgada, rubia, de ojos claros de claridad interna: Lucía. Vive en Trelew con su mamá hace sólo dos años. Viene de cursar en el Colegio Nacional de Buenos Aires, a dos cuadras de Plaza de Mayo. Este dato no es menor.

«Un sonido encontró al silencio/ y él lo enfrentó con impaciencia/ como un niño ante la espera?».

Porque me cuenta que eran muchos y muchas que participaban de las marchas de los jueves de las Madres de Plaza de Mayo, y de Abuelas, y conoció relatos, y la carne y la sangre detrás de los nombres y alguien tomó forma en su interior y su mano le dio las palabras, esas palabras que son territorio sólo de la poesía. Y fue porque Claudia, la profe, la interesó en varios concursos que aparecían por Internet, y ella eligió éste, que la llevó al primer plano en la provincia de Chubut. Y estoy segura que ya circula en el mundo, y que su trayectoria apenas comienza.

Le dije que fue una charla, no una entrevista, porque yo estaba intercambiando experiencias con una piba que entendía, y podía expresarlo, el dolor y las banderas de una generación de la cual la separaban treinta años. Mi generación. Y le repito a usted lo que le dije a Lucía: te veo como encarnada en la Y de mi Clave. Erguida, los brazos abiertos y levantados, abrazando tu presente y nuestro pasado, logrando ponerte en el lugar de un «otro» cuya experiencia jamás viviste pero percibiste con claridad. Porque yo he sentido más de una vez esa necesidad de que llegue «el sonido que enfrente al silencio», y recibirlo con esperanza? que me maten de una vez.

«En las estrellas dejó su ausencia/ sentenciando ´adiós´ a su manera,/ una mano fría se robó sus creencias».

 

MARíA EMILIA SALTO bebasalto@hotmail.com


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