Endeudamiento neuquino: la extorsión no es la manera

El ministerio de Economía envió una nota a los gremios para advertir que si no se consigue el aval a la ley de la nueva deuda de 12.800 millones de pesos no se podrá pagar el aumento a los empleados públicos.

El Gobierno envió una carta a las distintas organizaciones gremiales asegurando la “necesidad de endeudamiento para poder financiar los aumentos de sueldos del sector público”. Dicho en otras palabras, les avisó a los gremios: si no se vota el endeudamiento, no hay aumento.

Los conceptos de la misiva no son en absoluto inocentes. Apuntan a poner presión a los legisladores de la oposición, que plantean sus dudas -basadas en el sentido común- ante un nuevo endeudamiento. Y piden a los gremios que intervengan con su “apoyo” para dar vía libre a esta iniciativa.

En forma casi desesperada, la administración Gutiérrez busca anunciar el aumento de salarios para antes de las elecciones, y para ello demanda a los sindicalistas que participen de esta lucha.
Un fiel retrato de la antipolítica en Neuquén.

Ya no se oculta que este mayor endeudamiento vaya directo a engrosar la explosiva estructura de gastos corrientes que tiene el Presupuesto. La impunidad que hoy tienen ciertos repliegues de la política naturaliza métodos que, al fin y al cabo, son extorsivos para las necesidades de un Gobierno de sortear sus problemas en un año electoral.

La pandemia destruyó gran parte de la economía regional. El sector privado está haciendo enormes ajustes para poder sobrevivir en este complejo escenario. Gastronómicos, hoteleros, comercios y hasta petroleros buscan la forma de subsistir ante un futuro tremendamente incierto.

Con toda lógica, se comprende el reclamo de los gremios por una recomposición salarial; en definitiva, es su función defender a sus afiliados. Lo que es difícil de digerir, es la lógica que tiene el Ejecutivo para gobernar en favor del bienestar de todos sus ciudadanos.

Acordar aumentos de salarios arriba del 50% parece un cachetazo para aquellos neuquinos que pelean día a día su supervivencia.

Sobre llovido mojado: para poder pagar esa suba de salarios, hay que endeudar aún más al pueblo neuquino. Y para más insulto, el chantaje: si no se vota el endeudamiento, no hay aumento.

Las señales que da el Gobierno son claras pero no positivas: el ajuste que lo hagan los privados; y siga la fiesta en el Estado, sin contención ni autocrítica.


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