El “barril criollo” le quitó a Neuquén $12.800 millones, lo que cuestan dos hospitales

La onda expansiva de las sanciones que la geopolítica de Estados Unidos despliega por el mundo para condenar la invasión de Rusia a Ucrania llegó a Vaca Muerta. La inestabilidad, primero, por el abastecimiento de petróleo y el bloqueo, después, del gobierno norteamericano al petróleo ruso -y el acercamiento a la Venezuela de Nicolás Maduro- hicieron saltar por los aires el precio internacional del crudo (ayer cotizó a 120 dólares). El cuadro sirvió para estirar más la brecha entre el precio doméstico, bautizado como “barril criollo”, y el precio internacional.

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El desequilibrio duplicaba ayer al precio local. Mientras que las refinerías argentinas compran crudo a un promedio de 57 dólares por barril, en el mundo -que transita dudas de abastecimiento- se transa a unos 120 dólares: -63 dólares.

Pese al silencio que amordaza al sector, los principales perjudicados son las compañías petrolera que están vendiendo a mitad de precio su producto, algo inimaginable para cualquier otra industria. Alcanza con pensar en las reacciones del campo. El argumento que podría imaginarse es que, como la mayoría son empresas integradas (extraen petróleo y lo refinan), están compensados por el valor de los combustibles.

En realidad el precio local del crudo mantiene esa diferencia para contener una escalada en los surtidores, como la que vive Estados Unidos (casi 2 dólares el litro). El Estado argentino usa una regulación indirecta a través de YPF para contener uno de los precios que más impacta en la inflación.

El otro gran perjudicado es el Estado de Neuquén. Según datos a los que accedió Río Negro, en los últimos 8 meses perdió 12.800 millones de pesos en regalías por la diferencia entre lo que se paga el barril doméstico, pisado para contener la inflación, y el valor internacional. La cifra es la misma que la Legislatura, después de meses, le aprobó a Omar Gutiérrez para endeudarse en 2021.

Siempre hubo diferencias por tecnisismos de la industria, como descuentos de calidad y retenciones, pero en el orden de lo 5 ó 7 dólares.

Argentina utiliza como referencia el Brent, la cotización del crudo del mar del Norte. Es cierto que lo empezó a hacer cuando los precios del petróleo se desplomaban allá por 2015 y pasó de mirar el WTI nortemaericano para fijarse en el que cotiza en Londres, a unos dólares más.

El “barril criollo”, que nació a la inversa durante el kirchnerismo, para sostener artificialmente precios que permita los desarrollos en Vaca Muerta, hoy no deja de repartir pérdidas.

En los últimos meses la diferencia promedio de precios fue de 19,9 dólares. Los ingresos que resignaron las cuentas neuquinas fueron poco más de 15 millones de dólares mensuales por el 12% de regalías sobre la diferencia criolla.

Sin embargo, las pérdidas pueden parecer insignificante con el salto de cotización que vive el crudo por la guerra y el bloqueo de Joe Biden. Todavía no se conocen los datos de producción que acumula marzo, pero si se toman los del mes pasado y se calculan las regalías con valores actuales -de 120 ó 130 dólares-, en menos de 3 meses se supera a los calculados para los últimos 8 meses.

Para tener una referencia, con los 12.800 millones de pesos que perdió el Estado neuquino por la diferencia de precio, se podrían construir dos hospitales Nortapatógico como el que acaba de licitar el gobierno provincial.

Nafta barata vs. Regalías

Mercado liberado. El país no tiene formalmente un tope de precios, lo tiene en los hechos con el control de los surtidores. Sin este tope el litro de nafta podría costar, a valores actuales, 200 pesos.

Impacto inflacionario. El control en los combustibles se aplica porque es el producto de mayor impacto en el IPC.

Costo político. El surtidor toca fibras que otros precios no despiertan en el humor social. Pisar este valor beneficia a la mayoría, pero puede perjudicar al local que podría ver esos fondos en obras o más trabajo.