Burmeister de Shell: «Lograr una Argentina competitiva es una tarea de todos»
En un escenario global exigente como el actual, solo podremos hacernos un lugar si hacemos los deberes. Cada eslabón en la cadena puede aportar algo hoy para reducir los costos y mejorar la competitividad de la industria energética argentina.
Por Germán Burmeister, Senior VP y Presidente de Shell Argentina, Chile y Uruguay.
Lo que hace algunos años era una utopía, hoy es una realidad. Argentina batió en 2025 sus récords históricos en más de un siglo de producción de petróleo y de gas, principalmente gracias al aporte creciente de Vaca Muerta. Más de 858.500 barriles de petróleo y más de 158 millones de metros cúbicos de gas por día que están detrás del logro de haber dejado de ser importadores netos de energía en más de a ser un sector superavitario.
La evidencia exitosa de lo que es posible con la visión, las inversiones y la dedicación de un sinfín de personas e instituciones que fueron parte, cada uno desde su lugar, de la primera década y media de Vaca Muerta.
Los primeros años, el desafío era conocer mejor la formación, aprender las particularidades de producir No Convencionales, adquirir y compartir esos nuevos conocimientos con los demás actores.
Reducir los riesgos técnicos y no técnicos de la inversión, replicando técnicas exitosas e implementando tecnologías probadas en activos similares en otros países del mundo, pero al mismo tiempo innovando para remover obstáculos y desafíos locales y acelerar el tránsito por la curva de aprendizaje hacia alcanzar a nuestros competidores.
La productividad y las inversiones respondieron con un salto significativo a los aciertos de esos años, haciendo posibles los proyectos que nos trajeron al presente.
Hoy, el sueño en el horizonte es otro: la Argentina como jugadora relevante en el mercado energético global. Son otros también los desafíos, y la coyuntura.
No hay competencia sin competitividad
Enfrentamos un contexto internacional dinámico y exigente. En los últimos meses, el precio internacional del crudo cayó por debajo de niveles anteriores, y se mantuvo ahí desde entonces. Una situación que reduce sobre los ingresos del sector y la disponibilidad de capital para financiamientos e inversiones en el amplio abanico de proyectos en competencia globalmente.
Más allá de realizar escenarios o proyecciones, nadie puede anticipar ni elegir precios para su conveniencia. En cambio, tendremos éxito si actuamos sobre lo que sí podemos generar cambios: la competitividad de invertir y producir en Vaca Muerta, en Argentina.
Las compañías operadoras en Vaca Muerta todavía podemos y tenemos que seguir trabajando en optimizar la eficiencia, los tiempos y los costos de los procesos con los que producimos, y en la disciplina en el uso del capital, las tecnologías y la innovación. Sin descuidar al mismo tiempo la excelencia conseguida y el cuidado de las personas como prioridad absoluta.
Pero hay aportes para hacer a lo largo de toda la cadena de la industria, observando cómo se compara hoy Argentina en diferentes aspectos contra otros países y activos en el mundo.
Es necesario seguir ampliando la disponibilidad de empresas proveedoras de servicios y mejorando los costos de la cadena de valor; hay trabajo por hacer para garantizar la estabilidad y la previsibilidad de las reglas y condiciones de inversión, tributarias y de distinta índole, para remover barreras y ofrecer incentivos al financiamiento, al movimiento de capitales y la inversión.
Todos y cada uno de los que somos parte de alguna forma tenemos a nuestro alcance contribuciones concretas para brindar: operadoras, empresas de servicios y proveedoras de la cadena, sindicatos y trabajadores, gobiernos municipales, provinciales y Nacional tenemos a nuestro alcance, cada uno desde su rol, la posibilidad de cambiar lo que no nos deja competir por lo que nos acerque a una Argentina competitiva.
Si queremos ser competitivos globalmente, tenemos que estar a la par con el mundo en el que competimos. La buena noticia es que ya demostramos una vez que podemos estar a la altura de nuestras mayores ambiciones.
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