Vaca Muerta puso a producir una cantidad récord de pozos

Las petroleras de la formación conectaron 285 pozos de gas y petróleo shale en 2022. Es la cifra más alta registrada en un año. Además incrementaron la productividad.

En los últimos dos años Vaca Muerta y los récords caminaron casi de la mano con nuevos máximos históricos de producción de shale, que paulatinamente compensaron el declino del convencional y también permitieron recuperar los rindes a nivel nacional. La información que se desprenden de los campos no convencionales da cuenta de que en 2022 se batió el récord de puesta en operación de nuevos pozos, sin embargo, hay un dato que sobresale y es clave: la productividad.

El año pasado la puesta en marcha de nuevos pozos de gas y petróleo shale aumentó un 10% respecto al 2021 y se alcanzó un récord en Vaca Muerta. Mientras que la producción de petróleo y gas shale escaló casi un 34% y un 14%, respectivamente, en el mismo período.

Más adelante en el artículo que elaboró Energía On analizaremos los números en detalle, pero con estos tres datos podemos graficar cómo fue el crecimiento en el año y qué efecto tuvo en lo que realmente nos importa, que son los volúmenes de producción.

Quien lo puso en palabras en varias de sus apariciones públicas fue el CEO de YPF, Pablo Iuliano. El directivo remarcó la importancia de continuar mejorando procesos, aunque sin perseguir marcas únicas, sino más bien elevando los estándares en general para que las inversiones sean más rentables.

Vaca Muerta aumentó la conexión de pozos y mucho más la producción. (Foto: Matías Subat)

No es una filosofía únicamente de la petrolera de bandera, sino de la industria. El resto de los principales operadores de la formación, como lo son Shell, Vista, Tecpetrol, Pan American Energy y TotalEnergies, por nombrar cinco de ellos, también crecieron en la misma línea y en algunos casos con mejores resultados en diversas escalas.

Antes de avanzar es preciso mencionar que en este artículo solo se tendrán en cuenta aspectos técnicos. No se analizarán las condiciones de mercado, políticas locales, ni tampoco internacionales, que también jugaron un importante papel en los resultados obtenidos.


Pozos conectados


Durante el 2022 se pusieron a producir un total de 285 pozos en Vaca Muerta, lo que significa un salto del 10,04% sobre lo que se vio en 2021 (259), impulsados por principalmente por el segmento del petróleo. Los datos son oficiales de la secretaría de Energía de Nación y se desprenden de una recopilación que realizó la consultora Economía y Energía (E&E) que lidera Nicolás Arceo.

En números

202
pozos de shale oil se conectaron el año pasado y los 83 restantes en el segmento del shale gas.

De ese total se conectaron unos 202 pozos de shale oil y los 83 restantes en el segmento del shale gas. Vale señalar que en 2021 se pusieron a producir 172 pozos de crudo y 87 de gas.

Lo primero que se ve de estos números es que se pusieron en marcha menos pozos de gas que en 2021, pero tal como marcamos, la producción escaló un 14% (ver adelante).

Para tener en cuenta, en diciembre del año pasado se conectaron 40 pozos de shale, lo que significa la marca más alta para un mes en Vaca Muerta. En total fueron 29 de petróleo y 11 de gas y, de esta manera, se superó la marca marzo de 2021, que había sido de 34: 27 de crudo y 7 de gas.


Producción de Vaca Muerta


La producción de petróleo en Vaca Muerta cerró diciembre en 276.600 barriles por día, mientras que la de gas fue de 49,6 millones de metros cúbicos día. Estos son los últimos disponibles hasta la fecha.

En el segmento de crudo se registró un salto del 33,9% en términos interanuales, ya que en diciembre de 2021 había sido de 206.600 barriles diarios.

En números

33,9%
es lo que escaló la producción de petróleo shale a nivel interanual en diciembre.

En el caso del gas se ve un salto interanual del 14,4% en diciembre de 2022, teniendo en cuenta que en el mismo mes de 2021 se produjeron 43,3 millones de metros cúbicos. Si bien el gas está atado a la capacidad de transporte y demanda, lo que se ve es el segmento con una mayor vitalidad.


Productividad inicial


El incremento constante en la productividad de los pozos no es algo nuevo, y los avances se registran año a año. Así lo marcan los datos de la secretaría de Energía de Nación.

Según los números oficiales, la producción acumulada de los primeros 6 meses de vida de los pozos aumentó de manera sostenida entre 2016 y la actualidad.

Las extracciones promedio de los primeros 180 días de operación de los pozos era de poco más de 70.000 barriles en total. Mientras que entre los últimos dos años, los nuevos pozos perforados escalaron a casi 150.000 barriles, en el mismo tiempo. Esto equivale a un salto cercano al 114% en la producción.


Cómo se logró la optimización de pozos en la formación


La respuesta rápida que explica el salto en la producción es rápida y simple: se cambió la receta de cómo se construyen los pozos. La respuesta completa es un poco más compleja, ya que no solo implica la sumatoria de diversos procesos, insumos y diseños, sino que también tiene que ver con un proceso de mejora constante.

Esto significa que lo que hoy se considera como lo más óptimo, probablemente signifique mejor que lo que se hacía, pero no necesariamente de lo que se pueda hacer. Este camino se aceleró con la pandemia, en uno de los momentos más críticos para la industria hidrocarburífera mundial.

El inicio de las ramas laterales en Vaca Muerta marcó un antes y un después. Con el tiempo se fueron extendiendo y antes de la pandemia la mayoría de las empresas estandarizó los 2.500 metros de longitud. En ese entonces, hacerlos más largos aumentaba los cosos de perforación y no necesariamente la ganancia a largo plazo.

El año pasado cayó la conexión de pozos de gas respecto a 2021, pero la producción escaló un 14% interanual. (Foto: archivo Matías Subat)

Hoy las empresas están migrando a pozos más largos, hay casos de ramas laterales de más de 4.000 metros. La implementación de cañerías más delgadas redujo los costos y al mismo tiempo, junto con otras mejoras (ver adelante), también aumentó la producción a lo largo de la vida útil del pozo, contrarrestando el característico declino acelerado de los de shale.

Al realizarse pozos cada vez más largos, las empresas de la formación comenzaron a completarlos con más cantidad de fracturas y con menor distancia entre cada una. Sumado a lo que marcamos más arriba, con caños más delgados, lograron más producción en el acumulado.

El uso de insumos como la arena y el agua que se utilizan para las fracturas también aumentó, aunque la optimización que se consolidó en el último año fue la velocidad con la que se completaron esas etapas.
De la mano de fracturas simultáneas, YPF logró completar casi el doble de las que hacía por set por mes, optimizando el uso de equipos y bajando costos. Esto se acopló a la velocidad en la que se perforan los pozos.

Un ejemplo es Vista que hace poco perforó un pozo de shale en apenas 12 días, mientras que los extralargos como los de YPF (con ramas de más de 4.000 metros de largo) unos 20 días.

Los procesos de mejora constante que lideran las empresas de la formación explican en gran parte los hitos que se registraron en los últimos dos años en términos de producción y actividad. Como ya marcamos, son trabajos dinámicos que continuamente se ajustan con el objetivo de hacer más con menos.

Ponen en contexto y explican los datos que planteamos en el comienzo del artículo que marcaron que el año pasado aumentó la puesta en producción de pozos, aunque lo más importante es que también creció -y más aceleradamente- los volúmenes que traen a superficie.


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