“Es arquitectura móvil”

El arquitecto Mariano Méndez y Emilio Cimolai explican su emprendimiento.

TEXTO: Melina Fit

fitmelina@gmail.com

Buenaike significa buen aire. Y es también una novedad en lo que a oferta habitacional respecta. La empresa comenzó con casas de fin de semana para terminar abriendo su panorama a petroleras, clubes y puestos rurales.

Ubicada en Centenario (Chubut y Corrientes, en el Parque Industrial), Buenaike se dedica a construir módulos habitables transportables. “Es arquitectura móvil”, explica Mariano Méndez, el arquitecto del emprendimiento. Y con esto se refiere a que ellos arman en la fábrica toda la estructura y una vez terminada se traslada al lugar y se instala.

La estructura es de acero, lo que permite su traslado y manipulación de forma eficaz y segura. Eso se rellena con el sistema “steel framing”, que consiste en paneles compuestos por una placa exterior de cemento, el interior de lana de vidrio y otra placa de yeso. “Es un sistema que logra mejorar la conductividad térmica. Visualmente parece menos resistente que una pared de ladrillos pero las condiciones habitables se logran de la misma manera”, aclara Mariano. “La elección de los materiales, sus gamas cromáticas, búsqueda de la transparencia y visibilidad, la comunicación con el entorno y su funcionalidad son sin duda los condimentos de este proyecto”, indican desde la empresa.

Emilio Cimolai es el titular de Buenaike y el encargado de destacar la mejor ventaja de su producto: es ecológico, dice. “Se construye todo dentro de una fábrica y se llega con el 95% de las terminaciones. Lo ponemos sobre durmientes y no se toca el terreno”, describe Emilio. De esta manera, se trata de una construcción menos agresiva con el medio ambiente porque no es necesario modificar el suelo para instalar el módulo y no genera en el lugar intervenciones con maquinarias y materiales.

Además, los módulos están diseñados para que se les puedan acoplar plantas de tratamiento de efluentes ecológicas y paneles solares, aunque eso queda a criterio y decisión del cliente.

“Es una casa que se puede instalar en poco tiempo, con un confort muy bueno y sin ningún impacto ambiental”, asegura Emilio. Es que otra de las virtudes consiste en la rapidez de la construcción, sin dejar de lado la “personalización”. Así es, cada cliente elige cómo quiere su módulo, con qué materiales, las dimensiones, los colores, en fin… todo. Una vez presupuestado y con el sí dicho Buenaike arranca su trabajo y en 60 días se entrega el producto. A olvidarse de albañiles, plomeros, compras, bases, revestimientos, caños, instalaciones, la bolsa de cemento que faltó… El módulo se traslada al lugar elegido y allí se hacen las conexiones de luz, agua, aire frío/calor, calefacción.

Comparando dentro de lo que se ofrece en el mercado, este tipo de construcciones tiene una diferencia sustancial: son acoplables. Es decir que si uno primero decidió construirse un monoambiente, luego puede añadirle un baño, habitaciones o lo que desee.

“Se puede proyectar en el tiempo y hacerlo por etapas”, sostiene Emilio. Además son módulos móviles, ya que la idea parte de la necesidad urgente de resolver una determinada situación.

“En un complejo deportivo de Cipolletti hicimos unos baños y cantinas. El día de mañana quizás el espacio o las actividades vayan mutando y necesiten modificarlos o cambiarlos de lugar y eso con nuestra propuesta se puede hacer, con una construcción tradicional no”, asegura Mariano a este suplemento.


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