Escandalosa definición de un concurso para juez de garantías

El Consejo de la Magistratura cubrió sólo dos de las tres vacantes a pesar de que uno candidato había logrado el puntaje más alto. Por mayoría declararon desierto el llamado para ese cargo.

Escandalosa definición de un concurso para juez de garantías

El Consejo de la Magistratura chico escribió esta tarde otra página bochornosa. En una polémica votación, declararon desierto un concurso por una vacante para juez de garantías a pesar de que el único postulante en carrera, el abogado Víctor Hugo Gangarrosa, había logrado el puntaje más alto. Lo extraño es que los consejeros que votaron por dejar vacante el cargo no explicaron los motivos.

Ayer, el Consejo tenía previsto resolver dos concursos para cubrir tres vacantes de juez de garantías. A la etapa final accedieron seis postulantes de los cuales sólo tres superaron el requerimiento mínimo de acumular 70 puntos en las tres etapas del concurso (evaluación de antecedentes, examen escrito y entrevista personal).

Gangarrosa sumó 83,66 puntos, el juez de ejecución penal Juan Martín Arroyo 77,66 y la defensora oficial Romina Martini 73,66 puntos.

Gangarrosa sumó 30 puntos por la entrevista personal y se destacó en el examen escrito donde obtuvo el puntaje más alto con 36,66. Los otros 17 fueron por antecedentes. Arroyo logró 35 puntos en la entrevista, otros 29,66 por el examen escrito y 13 por antecedentes. Mientras que Martini sumó 35 por la entrevista, le otorgaron 23, 66 puntos por el examen escrito y 15 por los antecedentes.

Los otros postulantes no superaron el tope de los 70 puntos. El defensor de ejecución penal Juan Pablo Laurence sumó 65,16 puntos que no alcanzaron. Laurence consiguió 30 puntos por la entrevista, 22,66 por el examen y 12 de antecedentes.

Mientras que el fiscal Sergio Pichetto obtuvo 63,66 puntos. Recibió por mayoría 30 puntos por la entrevista, 20,66 del examen y 13 de antecedentes y la abogada Blanca Alderete sumó 61,50 puntos.

Por eso, Martini, Arroyo y Gangarrosa pasaron a la etapa decisiva. Los consejeros resolvieron por unanimidad designar a Martini para cubrir la primera vacante de juez de garantías.

Definición

Quedaba resolver las dos vacantes del segundo concurso. Por unanimidad los consejeros votaron por Arroyo para cubrir una. Todos contentos. Hubo sonrisas y gestos de satisfacción.

Faltaba la última vacante y sólo Gangarrosa había quedado en carrera. Allí, empezó el problema. El abogado Raúl Ochoa anunció que votaría por declarar desierto el concurso. A esa idea se sumó el presidente del Colegio de Magistrados y Funcionarios de Río Negro, el juez Héctor Leguizamón.

En la sala había jueces, fiscales, defensores, empleados y hubo murmullos y comentarios en voz baja. La tensión siguió en aumento y las caras de algunos consejeros se transformaron.

Hubo jueces y funcionarios que recordaron un incidente que Gangarrosa tuvo por el 2009 en un Juzgado de Instrucción, que provocó su salida tras 6 años de trabajo dentro del Poder Judicial de la provincia. Sin embargo, las versiones ayer eran contradictorias. De todos modos, no hubo ninguna objeción a su postulación. Sólo fue cuestionado por algunos consejeros porque no cumplía con el requisito de los 2 años de residencia en la provincia. El Consejo de la Magistratura ya superó esa discusión y consideró que esa condición no es impedimento para participar de un concurso. Hubo cuarto intermedio y cabildeos antes de tomar una definición.

Votación

Cuando llegó el momento de votar, los consejeros por los abogados Horacio Brucellaria, Martín Joos y Ochoa votaron por declarar desierto el concurso por la segunda vacante para juez de garantías. Se sumaron los legisladores oficialistas de Juntos, Facundo López y Leandro Lescano y Leguizamón Pondal.

Apcarián votó por designar a Gangarrosa, junto con el legislador del FpV Alejandro Ramos Mejía. “En lo que a mí respecta no tengo ninguna cuestión que impida designarlo”, sostuvo Apcarián, mientras miraba, sorprendido, al resto de los consejeros que se oponían. La sala a esa hora era un hervidero.

Apcarián pidió a los consejeros que votaron por declarar desierto el concurso si querían fundamentar su postura. Nadie pronunció una palabra. Después, el protocolo continuó, hicieron pasar a la sala a los postulantes, le informaron los puntajes y anunciaron las designaciones de Martini y Arroyo como jueces de garantías. Cuando se informó que la tercera vacante quedó desierta, Gangarrosa miró sorprendido. Tragó saliva, sonrió como pudo y anunció: “Yo soy insistente”, mientras Martini y Arroyo posaban para la foto de rigor.

A principios de junio de 2014, la jueza Paula Bisogni vivió la misma experiencia. Había logrado el mejor puntaje en el concurso para cubrir tres vacantes de la nueva Cámara del Trabajo en esta ciudad. Pero no fue designada y se eligió a otros postulantes.


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