¿Está bien?: esto es lo que pasa en tu cuerpo cuando te estirás al despertar
Lo hacemos sin pensarlo, pero su impacto va mucho más allá de un simple movimiento. Qué hay detrás de este hábito tan común.
Estirarte al salir de la cama activa músculos, mejora la circulación y envía señales al cerebro para empezar el día. Un gesto automático que tiene múltiples beneficios fisiológicos.
Al estirarte al despertar, se estimula el flujo sanguíneo hacia los músculos y el cerebro. Esto ayuda a oxigenar los tejidos, elevar la temperatura corporal y prepararte para el movimiento. En pocos segundos, el cuerpo pasa del estado de reposo al de alerta con mayor eficiencia.
Liberás tensión muscular acumulada
Durante el sueño, el cuerpo permanece en posiciones prolongadas que pueden generar tensión o rigidez en la espalda, cuello o piernas. Estirarte suavemente al despertar libera esa tensión, mejora la postura y disminuye el riesgo de contracturas al empezar el día.
Estimulás el sistema nervioso

El acto de estirarse involucra la activación del sistema nervioso simpático, el encargado de poner al cuerpo en marcha. Al hacerlo, se liberan pequeñas cantidades de endorfinas, lo que puede generar una leve sensación de placer o bienestar inmediato.
Mejorás el equilibrio y la conciencia corporal
Estirar el cuerpo de forma consciente permite reconectar con la propiocepción, es decir, con la percepción de cómo está ubicado el cuerpo en el espacio. Esto favorece el equilibrio, la coordinación y la movilidad general, especialmente al levantarse de la cama.
Es un hábito instintivo que vale la pena mantener
El estiramiento matutino es un reflejo natural que muchas personas pierden con el tiempo. Recuperar este gesto y hacerlo de forma consciente puede ser una herramienta útil para comenzar el día con más energía, menos rigidez y mejor disposición física.
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