Europa es azul

El Chelsea se consagró por primera vez.

El Chelsea le empató sobre la hora al Bayern Munich y lo venció en los penales para quedarse por primera vez con la Copa.

Nueve años y dos mil millones de dólares después, Roman Abramovich cumplió el sueño de la parte más acomodada de Londres: hizo campeón de Europa al Chelsea, el menos popular de los clubes londinenses. Pero una figura sobresale y merece más que ninguno el trofeo de la Liga de Campeones de la UEFA. Ese hombre es Didier Drogba.

El delantero de Costa de Marfil convirtió el gol del empate cuando faltaban dos minutos para el final del partido y el Bayern Munich se sentía campeón con el mínimo 1-0. Y en la serie de penales fue el propio Drogba el autor del tiro decisivo.

El Bayern se quedó a dos minutos de poder conseguir la que quizás fuera su Copa de Europa más especial, en su propio feudo.

El partido comenzó con un guión esperable en la previa: un Bayern volcado en el campo rival con la búsqueda de Franck Ribéry y Arjen Robben por las bandas. El Chelsea, a su vez, plantó su línea de mediocampistas muy cerca del área y por momentos hasta pareció plantarse con una defensa de seis hombres.

El planteo estrictamente defensivo del Chelsea volvió a perjudicar la capacidad de desequilibrio del español Juan Mata, quien estuvo más comprometido por los despliegues de Schweinsteiger y Kroos que por poder hacer daño en arco rival.

Ya en la segunda parte, el Chelsea intentó adelantarse unos metros y encontrar algo de protagonismo. La idea del equipo inglés de presionar la salida de Neuer no terminaba de desequilibrar demasiado a los alemanes.

En tanto, el Bayern se acercaba cada vez más al área de Cech, pero siempre le faltaba el último toque para generar peligro. A partir de los 65 minutos, el Bayern se plantó con sus diez jugadores de campo en el terreno rival y el Chelsea repitió la estrategia del Camp Nou: resistir dentro del área y esperar a que pasara el tiempo.

Se jugaban 38 minutos, cuando Toni Kroos lanzó un centro pasado desde la izquierda y el mediocampista de 22 años se elevó sobre Ashley Cole para clavar de cabeza el balón junto al ángulo más cercano.

La explosión de más de medio estadio y la nula actitud ofensiva de los ingleses permitía creer que el Bayern ganaría la quinta Champions de su historia, pero siempre hay lugar para una sorpresa de Drogba.

El marfileño, que no había hecho más que luchar con los defensores, fue el encargado de mandar el partido a la prórroga en el momento menos pensado.

A los 43, un tiro de esquina de Mata desde la derecha encontró a Drogba, quien le ganó la posición a Jerome Boateng y anotó de cabeza el empate.

A la prórroga no pudo faltarle más dramatismo: se jugaban apenas cuatro minutos del primer tiempo extra, cuando Drogba, ingenuo en la marca, le cometió un penal desde atrás a Ribery. Proença cobró la falta y Robben se preparaba para vestirse de salvador. Pero el extremo zurdo lanzó su penal sobre la derecha y Cech se hizo gigante para atajar el balón.

Llegó el momento de los penales y todas las personas relacionadas con el Chelsea recordaron la final de Moscú 2008 contra el Manchester United.

Pero el Chelsea quería escribir su propia historia y lo hizo nuevamente gracias a Cech y a Drogba. El portero checo le atajó el lanzamiento a Ivica Olic y, después de que Schweinsteiger enviara su tiro al palo, Drogba sentenció.

AP

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