Felipe y Letizia, un cuento de hadas español

El sábado será la primera vez que una plebeya ocupe la línea sucesoria en España.

Nerviosos, Felipe y Letizia ensayaban ayer cómo será la ceremonia que los unirá en matrimonio y que se convertirá en la primera boda real que verá la capital española en casi 100 años. El acontecimiento que paraliza a Europa tendrá además una novedad: por primera vez en la historia de España una plebeya ocupará la línea sucesoria del trono español.

España se prepara con todo para la gran celebración y el neviosismo se está cobrando sus primeras víctimas: ayer hubo más de 50 heridos en las calles de Madrid por caídas, lipotimias y crisis de ansiedad.

Pero, también el cuento de hadas está rindiendo sus frutos. Dos meses después de los sangrientos atentados del 11 de marzo que sumieron a Madrid en la impotencia y el miedo, la boda real ha conseguido eclipsar la tristeza y convertirse en el principal tema de conversación en las calles de la ciudad. «Todavía estamos de luto, pero aquel dolor intenso de los atentados ya pasó, sobre todo para quienes no tuvimos una pérdida directa. Esta boda nos ha hecho mucho bien porque finalmente podemos hablar de otra cosa», explica Angel Rey, camarero de un céntrico bar madrileño.

Miles de madrileños han invadido las calles de la capital española esta semana, armados con máquinas fotográficas y cámaras de video, para inmortalizar su ciudad vestida de blanco, rosa, plata y ocre con motivo de la boda real. «Es una ocasión única. ¡Sólo tenemos un príncipe y nos ha costado muchos años encontrarle una novia!», opinaba entre risas Asunción Gómez, funcionaria jubilada, mientras recorría ayer en compañía de una amiga el trayecto entre la plaza de Cibeles y la estación de Atocha, por donde pasará el cortejo real el sábado.

Pero la lluvia podría opacar el enlace. Es que el Instituto Nacional de Meteorología (INM) elevó ayer al 90% la probabilidad de chubascos el sábado, día de la boda, lo que impediría a los recién casados realizar el recorrido que tienen previsto por las engalanadas calles de Madrid para que la novia ofrezca su ramo a la Virgen de Atocha.

Quienes también se convirtieron en un dolor de cabeza son los «antiboda», quienes ayer ultimaban los detalles de lo que serán las protestas contra un enlace que consideran «grotesco». Los «antiboda» reúnen a izquierdistas, ecologistas, pacifistas, feministas o republicanos bajo la denominación «Movimiento Popular contra la Boda Real».

 

Máxima, una de las primeras invitadas en llegar a Madrid

Los primeros invitados a la boda real, a la que asistirán el sábado entre otros cinco jefes de Estado y siete primeras damas latinoamericanas, empezaron a llegar ayer a Madrid.

El más madrugador fue el secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA) y ex presidente de Colombia, César Gaviria, quien destacó la «enorme admiración» que hay en América Latina por «la personalidad y el trabajo del príncipe Felipe» porque «estuvo presente en momentos difíciles en algunos países» como tras el paso del huracán Mitch por Centroamérica.

A última hora de la tarde ate

rrizaron en la base aérea de Torrejón de Ardoz, cerca de Madrid, el príncipe Guillermo de Holanda y su esposa Máxima Zorreguieta, junto a su pequeña hija, Catarina Amalia. Con un impecable traje blanco, la argentina sonrió a las cámaras que la fotografiaron.

Un poco más tarde aterrizó también en el aeropuerto de Barajas el avión que traía de Quito al presidente de Ecuador, Lucio Gutiérrez, que viajó acompañado de su esposa, Ximena Bohórquez, y de sus hijas, Karina y Viviana. El mandatario ecuatoriano confirmó que durante su estancia en la capital española depositará una ofrenda floral en la estación de trenes de Atocha.


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