La hoja de ruta que podría ayuda a prevenir la obesidad infantil

El pasado 21 de octubre se conmemoró el Día de lucha contra la Obesidad. En esta nota la pediatra Sabrina Critzmann nos orienta sobre lo que más daño causa a nuestra salud y a la de nuestros hijos.

Según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), la obesidad ha alcanzado proporciones epidémicas a nivel mundial. Todos los 21 de octubre se busca concientizar a las personas sobre el daño que conlleva para el organismo una vida sedentaria y una dieta alta en grasas y azúcares. ¿Se puede estar obeso pero desnutrido? ¿Cuáles son las causas que generan esta enfermedad? ¿Cuáles son las maneras de prevenir la obesidad? ¿Qué importancia tiene la salud pública? Son algunas de las inquietudes que guían esta entrevista.

Sabrina Critzmann (MN 148279) es pediatra y mamá. Se formó en la Universidad de Buenos Aires (UBA) y en el Hospital de Niños Pedro de Elizalde. Al finalizar su residencia, comenzó a estudiar Puericultura. Escribió dos libros “Hoy no es siempre. Guía práctica para la crianza respetuosa” y “Comer y criar. Guía práctica de la alimentación saludable para toda la familia”. Actualmente se está preparando para ser Consultora Internacional de Lactancia Materna. Trabaja en consultorio y da talleres para familias y profesionales. También es docente en las escuelas de Puericultura.

¿Qué nos dice el peso de las personas?

“Para empezar hay que entender que, para hablar de obesidad y sobrepeso, hay que utilizar indicadores y criterios diagnósticos que nos darán cierta información sobre la salud de una persona, pero no toda la información que necesitamos. Entonces, si bien lo vamos a usar como estrategia para poder trabajar en la salud de esa persona, de su infancia, y a nivel poblacional, como dato estadístico, es importante no quedarnos hablando solamente de sobrepeso y obesidad cuando hablamos de nutrición”.

Hay muchas personas que tienen un peso que es esperable para su edad o dentro de los cánones hegemónicos y que de todos modos su salud no es buena. Hay muchas personas que mantienen un peso deseable, hablando en términos médicos y nutricionales, pero su alimentación no es saludable y su cuerpo de todas maneras está inflamado”.

“Entonces, si bien es importante trabajar en la prevención del sobrepeso y la obesidad durante la infancia y en cualquier momento de la vida, también tenemos que trabajar en la salud alimentaria de toda la población, independientemente del peso y entendiendo que tener un peso esperable para una tabla no es un indicador de salud plena de por sí mismo”.

Es importante consultar siempre a un profesional para que arme el plan nutricional.


¿Cómo es la realidad de la obesidad en la infancia?

“Hoy tenemos diagnósticos de diabetes cada vez más tempranamente. Tenemos muchos menores con grasa en el hígado desde edades muy tempranas y eso tiene que ver, vuelvo a decir más allá del peso, con los consumos de esos menores. Es enorme el consumo de carbohidratos simples, es decir, de productos con azúcar agregada y la falta de incorporación de productos como frutas, verduras y legumbres. Esto está haciendo que cada vez tengamos mayores picos de azúcar en sangre en forma constante y nuestro cuerpo tenga que trabajar mucho más para regularlos, para un metabolismo saludable”.

Los huesos y los músculos están creciendo y cuando esas articulaciones están soportando mucho peso, en casos de obesidad grave, pueden inclusive tener deformaciones en el crecimiento. Si no hay movimiento no estamos estimulando los músculos para que produzcan ciertas moléculas que se llaman miocinas, muy importantes para el crecimiento óseo y para la salud de todo el organismo”.

¿Se puede estar obeso pero desnutrido?

“Sí, una persona puede tener sobrepeso, puede tener obesidad y estar malnutrida, sin ninguna duda. Una persona también puede tener un peso esperable para su edad y estar malnutrida porque en realidad al consumir los productos ultraprocesados, que lamentablemente son la base de la alimentación argentina, nos están quedando afuera un montón de nutrientes. Además, los productos ultraprocesados tienen un efecto negativo en los microorganismos que habitan nuestro intestino, en lo que llamamos la microbiota. Aunque estos productos tengan nutrientes agregados, como puede ser una galletita con hierro y calcio, todos los otros componentes, colorantes, saborizantes, resaltadores del sabor que tienen esos productos, van a lastimar la microbiota del intestino, que es un punto fundamental para la absorción de esos nutrientes. O sea, no me alcanza con que el producto tenga el nutriente, tengo que poder absorberlo correctamente”.

La actividad física desde muy pequeños es una aliada muy importante.


¿Cuáles son las causas que generan esta enfermedad?

Son muchos los factores que llevan al sobrepeso y la obesidad, por eso se habla de una condición que es multifactorial. Tiene mucho que ver con el entorno en el cual habita esa persona, los consumos de ese entorno, sobre todo en la infancia, inclusive hay un concepto que es el entorno obesogénico. No existe la nutrición infantil, no existe trabajar solamente con los infantes, hay que trabajar con la familia”.

“Otra de las causas es la falta de acceso a los alimentos saludables y la falta de información acerca de qué es un alimento saludable. Ahí juegan por supuesto las políticas públicas y todo lo que tiene que ver con la regulación del marketing. Si a mí en la televisión me ponen la imagen de un pediatra con su matrícula y su guardapolvo blanco diciendo que este producto lácteo azucarado lleno de colorantes es lo mejor para mi hijo, obviamente las familias dejarán muchísimo de su dinero en ese producto que termina siendo un producto que afecta la salud de sus hijos de forma negativa. Hay mucha desinformación acerca de qué es lo saludable. Creemos que lo más saludable es tomar leche de almendras y comer fruta. En realidad nunca sería una indicación, hay alimentos más sencillos, saludables y económicos”.

Deberíamos entender que no es para nada saludable agregar más azúcar al organismo.


“También hay una responsabilidad social que tiene que ver con desarmar una cultura muy compleja. Si los niños no comen golosinas todos los días, no son felices para gran parte de la comunidad adulta. Hacerle entender a las familias que estamos consumiendo más azúcar de lo que consumíamos hace 30 años y que eso repercute en la salud de los niños. Hay que entender que el acto de amor tiene que ir más allá que comprar un alfajor. El acto de amor es que estés ahí y que puedas compartir ese momento. Es empezar a reconstruir un discurso que lleva muchos años instalado en la sociedad”.

¿Cuáles son las maneras de prevenir la obesidad?

Se puede prevenir con información, trabajando duro para que la gente no sea engañada con los mensajes que tienen las grandes empresas y la publicidad. Trabajo mucho en la alimentación complementaria y todavía hay miedo de dar huevo, frutilla o pescado desde el inicio de la alimentación complementaria. Hoy sí se habilitan todos esos alimentos que son sencillos y sanos, pero está establecido que tienen que comer un postrecito, un flancito. En eso sí confiamos. Confiamos en un producto adentro de una caja que no sabemos ni qué es”.


Adherido a los criterios de
Journalism Trust Initiative
<span>Adherido a los criterios de <br><strong>Journalism Trust Initiative</strong></span>

Nuestras directrices editoriales

Formá parte de nuestra comunidad de lectores

Más de un siglo comprometidos con nuestra comunidad. Elegí la mejor información, análisis y entretenimiento, desde la Patagonia para todo el país.

Quiero mi suscripción

Comentarios