«Necesitamos trabajar en cambiar las verdades sobre nuestro cuerpo: no existen formas ideales»

En Argentina, según datos del año 2011 de ALUBA, el 37 por ciento de las mujeres entre 15 y 20 años sufre un trastorno alimentario. Los representantes principales de los TCA son anorexia y bulimia.


Por la Dra. Virginia Busnelli, (MN 110351), médica especialista en nutrición y directora del Centro de Endocrinología y Nutrición CRENYF.

Los trastornos de la conducta alimentaria (TCA) constituyen un grupo de trastornos psicológicos caracterizados por un comportamiento anormal de la alimentación y asociados a una fuerte preocupación en relación al peso y la imagen corporal. Esto mismo provoca alteraciones en la ingesta de alimentos, psicosociales y en el funcionamiento normal de la vida diaria de la persona, así como también cambios físicos, aparición de comportamientos para el control de peso y hasta la aparición de otras enfermedades; en otras palabras, traen aparejadas graves consecuencias para las personas que los padecen y sus familiares.

En Argentina, según datos del año 2011 de la Asociación de Lucha contra la Bulimia y la Anorexia (ALUBA), el 37 por ciento de las mujeres entre 15 y 20 años sufre un trastorno alimentario. Los representantes principales de los TCA son anorexia y bulimia. Estas enfermedades afectan a 7 millones de mujeres y a 1 millón de hombres en todo el mundo.

ANOREXIA: Las personas con este trastorno no interpretan de manera real su cuerpo, pueden tener un miedo intenso al aumento de peso, incluso cuando el mismo se encuentra por debajo de los estándares de salud. Las personas que padecen de anorexia practican diferentes medidas para la pérdida de peso como dietas extremas, evitar la ingesta de alimentos, ejercicio excesivo, conductas purgativas, entre otras. Según la OMS «La anorexia nerviosa puede producir la muerte prematura, a menudo debido a complicaciones médicas o al suicidio, y tiene asociada una mortalidad superior a la de cualquier otro trastorno mental.»

BULIMIA: Al Igual que en la anorexia, este trastorno se caracteriza por una alteración de la percepción del cuerpo y del peso, provocando en quienes lo padecen alteraciones en su conducta alimentaria. La bulimia presenta episodios de ingesta de una gran cantidad de alimento en un corto espacio de tiempo y con poco control del mismo, también conocido como atracón, seguidos de conductas que compensen lo que acaba de ocurrir, la más común de ellas es el vómito autoinducido.

Existen también Trastornos de la Conducta no Especificados, son aquellos «incompletos» o que no cumplen los criterios para ser considerados como Anorexia o Bulimia. Se pueden observar síntomas similares y si no se tratan pueden terminar configurándose en los cuadros ya mencionados.

Si bien estas enfermedades aparecen a causa de numerosos factores (psicológicos, neuronales y socioculturales) y hay diferentes herramientas y estrategias de prevención, una muy importante es aquella que busca intervenir en los estereotipos de belleza y la búsqueda o el deseo de alcanzar el cuerpo ideal. A lo largo del tiempo hemos construido el concepto del «deber ser» alrededor del cuerpo, lo que nos llevó a creer que la plenitud se encuentra al alcanzar un tipo de cuerpo y figura, el que tienen las personas que vemos en los medios de comunicación, nuestros ejemplos. Esta búsqueda incesante puede llevarnos a caer presos de dietas extremas y en muchos casos de estos complejos trastornos.

Es importante buscar ayuda profesional para que nos oriente en hábitos saludables.

El tratamiento de estas enfermedades va a depender de la persona que la padece, pero es importante tener en cuenta que lleva mucho tiempo y requiere de un equipo que trabaje desde un enfoque integral de la persona y en el participen diferentes profesionales que abarquen áreas como medicina, psicología, nutrición, entre otras. Pero el camino no termina ahí, necesitamos seguir trabajando en cambiar las verdades acerca de nuestro cuerpo a favor de la idea de que no existen formas ideales, somos distintos e idealizar un cuerpo puede llevarnos a enfermar.

Hoy en día estamos más despiertos, existe mucha más consciencia y hay nuevos movimientos que nos hacen cuestionar todo esto y que colaboran con la prevención de los Trastornos de la Conducta Alimentaria. El camino es largo, pero lo estamos transitando, necesita trabajo social, familiar y profesional que de apoco nos lleve a borrar aquellas etiquetas y «deber ser» que no nos permiten amarnos como nos merecemos.


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