Giro de campana ideológico

Ya son varios los referentes del nuevo gobierno que aluden, de modo más que directo, a que el período de Mauricio Macri resultó ser de carácter “autoritario”, como si les costara observar las huellas que dejaron al respecto los tres períodos anteriores de gobierno, trasplantados de modo directo de Santa Cruz al país. Para hacer más atractivo el concepto, en esas críticas a las políticas implementadas entre 2015 y 2019 subyace invariablemente el mote “de derecha”, como si los feudos provinciales de sucesiones eternas no fuesen estados conservadores por definición, populistas de ese signo por extensión y no precisamente modelos de progresismo.


Con los años y a fuerza de relato, ambos integrantes del matrimonio Kirchner supieron saltar el cerco provincial para ganarse los favores de colectivos con fuertes y postergadas demandas. Entonces, siempre en nombre del peronismo que también abrazaban en su provincia desde las antípodas, bascularon rápidamente y se identificaron con una corriente más “de izquierda” en lo social que, desde lo político, se sumó a otros gobiernos similares de la región, aunque sin poder sacarse de encima los modos de patrón de estancia que ejercían en Santa Cruz.


Unir conceptualmente a la derecha con lo autoritario es un truco bastante común que usan los populismos de izquierda para trasladar fervor a la militancia, primero y luego, culpas al resto de la sociedad. El uso de esos clichés dichos a modo de insulto no fue abandonado siquiera cuando el kirchnerismo dejó el poder y el prejuicio quedó enquistado en los planes de estudio, que jamás fueron reformados a fondo y en la difusión que hicieron maestros y profesores en las aulas mientras Macri gobernaba. Esta quizás es una de las explicaciones más aproximadas sobre por qué los más jóvenes votaron masivamente al Frente de Todos en las últimas elecciones.


La acusación de “autoritario” que se le endilga al gobierno anterior no sólo hace a una postura ideológica sino que es parte de la instalación interesada de un contra-discurso que busca prioritariamente eliminarle las causas judiciales a cuanto kirchnerista haya sido imputado en los últimos años, ya que se sostiene que desde la Casa Rosada de Macri se orquestó un plan de persecución para vengarse de Cristina Kirchner y los suyos, con la complicidad de una Justicia que generalmente se hace adicta al gobierno de turno. Para cualquier kirchnerista de ley este es, y no otro, el fondo del “nunca más” que pronunció enfáticamente una docena de veces el presidente Alberto Fernández en el Congreso.


Definir al gobierno de Macri como “autoritario” y “de derecha” es hoy motivo suficiente para borrar sus huellas en el manejo de la seguridad, por ejemplo. La ministra Sabrina Frederic ha eliminado sin discusión cuanto protocolo armó su antecesora, Patricia Bullrich, sin pensar tampoco en el grupo de votantes del Frente de Todos que más necesita ese servicio del Estado.

La exministra ha sido catalogada por el actual gobierno como un demonio y cualquier cosa que ella haya establecido ya fue tirada al cesto, mientras que la actual luce como una abanderada de concepciones garantistas que los delincuentes suelen ver como facilitadoras de su accionar. Ya se sabe que Frederic tiene en la mira revisar los peritajes de la Gendarmería sobre los casos Nisman y Maldonado, como una forma de justificar sus propios relatos al respecto.


Es evidente que este tema, más que sensible para toda la sociedad, está dominado por la ideología, la ciénaga más difícil de cubrir en cualquier grieta.

El “vamos por todo” de la actual vicepresidenta de la Nación se ha hecho notorio en una serie de dependencias del nuevo gobierno que parece que van a mayor velocidad que el resto. A favor del presidente se podría argumentar comprensivamente que está pagando el precio político del maridaje que tuvo que aceptar para llegar al cargo, y en su contra debería advertirse que nada ha hecho él hasta ahora para tratar de explicar esas medidas que están siendo tomadas por parte de un gobierno que no parece el de sus intenciones.


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