Grave accidente laboral por un poste podrido le costará más caro a la CEB

Un extrabajador de la CEB sufrió un grave accidente laboral en 2012. El Superior Tribunal de Justicia ordenó a la cámara laboral que corrija en su favor los montos indemnizatorios impuestos en el fallo original.

El Superior Tribunal de Justicia acogió en forma parcial la apelación de un extrabajador de la CEB que sufrió un grave accidente laboral hace ya nueve años y ordenó a la cámara laboral primera de esta ciudad que corrija en su favor los montos indemnizatorios impuestos en el fallo original.

La Cooperativa de Electricidad también se consideró perjudicada por ese fallo y presentó su propia apelación, pero le rechazaron todos los planteos, entre ellos el que reclamaba la aplicación del “principio solidario” para compartir con la aseguradora de riesgos del trabajo Previsión el costo de resarcir al demandante.

El trabajador de la CEB Adolfo Curín realizaba trabajos junto a su cuadrilla el 30 de agosto de 2012 sobre un poste de tendido eléctrico de considerable antigüedad, que se quebró en forma inesperada. Debido a la caída sufrió múltiples fracturas en las piernas, aplastamiento en vértebras lumbares y una “incapacidad laboral acreditada del 81,62%”.

El fallo emitido en marzo de 2019 por la cámara laboral primera hizo lugar al resarcimiento pedido por el trabajador, pero con diferencia en los montos, que no habrían sido calculados de acuerdo a los parámetros establecidos en la jurisprudencia del STJ y de la Corte Suprema.

La sentencia ordenó a la empleadora responder por el daño “estético” (300 mil pesos), daño psicológico (200 mil) y daño moral (400 mil), en simultáneo con el lucro cesante y el daño material.

Curín a través de sus abogados impugnó esa “liquidación de condena” y dijo que la Cámara se había apartado de “la doctrina legal obligatoria” al no fundamentar “por qué el daño material incapacitante, reparable mediante la vía civil, se hallaba cubierto por la indemnización sistémica de la Ley de Riesgos del Trabajo”.

Ese reclamo fue admitido por el Superior Tribunal, pero no otro en el cual el trabajador accidentado pidió que se lo indemnice también por los trabajos ajenos a la CEB que realizaba en un campo y que tampoco pudo continuar.

El conflicto de fondo, en definitiva, tuvo que ver con el monto del resarcimiento y el STJ dijo que “se trata simplemente de determinar si existe o no desigualdad o confiscatoriedad que habilite un reclamo por la diferencia correspondiente, más allá de la tarifa admitida por el sistema de reparación laboral” previsto en la ley.

El fallo no hace referencia explícita a la cuantificación esperable del daño integral sufrido por Curín y el monto de la indemnización que considera errado. Tampoco dice en cuánto se debería corregir. Solo encomienda al tribunal de primera instancia que redefina la liquidación “con adecuada observancia de lo previsto en la doctrina”.

Sobre el intento de la CEB de compartir responsabilidades y costos con Previsión ART, el STJ también lo consideró inviable. La cooperativa, como empleadora y “dueña” del poste podrido alegó que la ART “no hizo comprobación” de ese factor de riesgo “y nunca se presentó en los lugares de trabajo en la calle” a fin de testear las condiciones de seguridad.

Es decir, según el argumento de la CEB si Previsión no denunció el mal estado del poste ”es solidariamente responsable con su asegurado”.

Pero el STJ lo desestimó al considerar que la “omisión culposa” atribuida a la ART no fue incluida en el etapa procesal que correspondía y por lo tanto no se le dio derecho a defensa en ese punto a la empresa aseguradora. También rechazó otro reclamo de la CEB sobre la supuesta doble imputación de algunos ítems indemnizatorios.

Mejoras en la seguridad

El caso Curín fue seguido de cerca por el sindicato de Luz y Fuerza, que exigió cambios en las medidas preventivas y logró que hoy “se trabaje con otra metodología, que impide ese tipo de accidentes”, según indicó el secretario general del gremio, Gabriel Prieto.

El dirigente dijo que “es un hecho viejo, de hace nueve años y ahora ya no se trabaja así”. Prieto aseguró que tuvo en sus manos y pudo revisar el pedazo de poste que se quebró y “por afuera estaba normal, pero tenía el corazón podrido”. Afirmó que nadie lo hubiera detectado, aun con los chequeos que se hacían en ese tiempo con los postes viejos, mediante “pinchazos en la base”.

Pero dijo que la diferencia hoy está “en la forma de subir”. Antes se usaban “trepadoras”, con las cuales el poste soporta el peso del operario.

Ahora en cambio para realizar reemplazos de línea convencional por “preensamblada” (como lla que realizaba Curín el día que se cayó) la norma es trabajar con “barquilla” elevada desde un camión o con “escaleras enfrentadas”.

Prieto dijo también que aquel accidente de 2012 ocurrió cuando Luz y Fuerza “iba por el tercer paro para reclamar capacitaciones”, y ese tema también ya quedó resuelto.


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