Ha muerto Don Galaz de Buenos Aires y Neuquén

NEUQUÉN

Cuando Manucho Mujica Láinez publica su obra “Don Galaz de Buenos Aires” en 1938 desconoce que un joven que vive en uno de los barrios aledaños de nombre Santiago Polito Belmonte es émulo de su personaje. Basta con leer la obra para ver cómo en siglos diferentes el joven Santiago se pronunciará como el quijotesco personaje de Manucho. Con amplia educación en latín y todo lo relacionado a la historia y literatura se convertirá en un docente como “los de antes” donde el aula era y es para algunos un recinto parasacro aunque parezca disparatado.

El alumno, que no tiene luz, será iluminado por maestros y profesores que se respetan a si mismos y a sus alumnos. Pero las continuas disputas políticas lo llevan a mudarse a Neuquén, “un encanto íntimo de aldehuela americana con pujos de centro colonial”, y aquí comienza su madurez como persona y docente. Solo se entraba al sitio educativo donde él daba clase y la única aula en silencio indicaba su presencia.

Era el silencio de la iluminación, de la instrucción, de los alumnos boquiabiertos escuchando al que sabe y relata en forma de cuento las vicisitudes de los grandes personajes históricos. Era para otros el Polito dando clase.

Es posible que la envidia política y académica surja como enredadera ponzoñosa para manchar su nombre. Al Dr. Pérez Amuchástegui se le ocurre morir justo cuando Santiago era doctorando y faltaba poco. Un lugar en nuestra ciudad y en una escuela deberá llevar su nombre. Será justicia.

Edmundo Rivanera
DNI 4.520.584


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