Hacedor de ilusiones

Mario Neri lleva casi 10 años con los "bajitos".

La primera impresión que se percibe cuando se habla frente a frente con Mario César Neri es estar ante una persona en donde la templanza parece caracterizar cada uno de sus actos.

Es un apasionado del fútbol, pero nunca levanta la voz, ni tampoco gesticula demasiado.

Sin dudas estos atributos y muchos otros conforman la química necesaria para descubrir y darle forma al talento de los pequeños futbolistas.

Es innegable el don que posee este entrenador para conducir, en este caso y desde siempre, las divisiones inferiores de Argentinos del Norte. Su primer contacto con los chicos del club 'carcelero' se remonta al año '82: «Yo todavía estaba en actividad. Jugaba en la primera y en esa época en la Liga existía solamente quinta y sexta. Como a mí siempre me gustó estar en esto de entrenar a los pibes, me lo propusieron y me enganché. En aquel tiempo la primera entrenaba a la noche y antes lo hacían los pibes, así que yo venía un par de horas antes para hacerlos practicar».

Después de aquella primera experiencia, aparecerá en la vida de Neri una propuesta que lo marcaría para siempre: » Si mal no recuerdo era agosto del '95. Hacía rato que yo ya no dirigía y Toma

sito Ibañez (NdR: ex presidente de Argentinos y actual titular de la Liga Confluencia) me pidió que les diera una mano a los chicos que se habían quedado sin técnico. Inclusive me acuerdo que Tomás me decía que la quinta «es una camada que anda muy bien». Es ese equipo estaba la base que sería campeón de primera en el '99. Estaban Wilson Dupré, el 'Lechu' Gutiérrez, Raúl Guíñez, el 'Polo' Salomón, Marcos Ochova…A partir de ahí cambia todo. Con estos chicos, que ganan el torneo de quinta de ese año, Argentinos comienza su transformación».

» Armamos un proyecto serio que se apoyaba fundamentalmente en la paciencia. Y mucho trabajo. Ahí comenzó el ciclo, que terminó de coronarse en la primera». Ese campeonato sin dudas fue un hito tanto para la entidad 'azulgrana', que luego de 31 años volvió a dar la vuelta, como para el DT, que a partir de ahí, no paró de ganar.

«Un año antes, en el '98, los dirigentes me ofrecen de armar la escuela de fútbol. Como yo hacía como tres años que estaba trabajando ad honorem, me dieron por tres horas el gimnasio y con eso el club me pagaba. Desde ahí empezamos a trabajar a conciencia en las inferiores». Luego del logro del '99, Neri puso todas sus energías en los chicos.

» Con la categoría '87 gané el primer título en inferiores. Eran chicos de décima. Con las que vinieron después, siempre salimos campeones al menos una vez».

¿Cuál es el secreto? Creo que, primero, es la gran dedicación. Acá hay muchas horas de andar, de mirar, de buscar chicos que por algún motivo no se acercan a club y tienen condiciones. Y después, es esencial la relación entre el técnico y los pibes. Es fundamental que el chico se siente bien, motivado y que pueda así desarrollar todo su potencial».

Wálter Rodríguez

Sus grandes logros

La primera gran alegría en la vida de Neri como orientador de los chicos llegó con la edición del Mundialito 2002, cuando con la categoría '89 salieron campeones: «Es ese año eliminamos a Boca en octavos, en semi a la CAI de Comodoro y en la final a Catriel, que también había hecho una gran campaña».

Pero sin dudas, el DT y sus chicos tocaron el cielo con las manos cuando en enero de este año, también se quedaron con el Mundialito al ganarle nada menos que a Boca 1-0 en la final. Los pibes 'xeneizes' habían goleado en todos sus partidos y tenían sólo tanto en contra. » Ganarle a Boca en la final fue algo increíble. Venían invictos, arrasando con sus rivales… fue muy emocionante».

Pibes de exportación

Alguno de los talentos que salen bajo la tutela de Mario Neri, trascienden las fronteras del fútbol local. » En la actualidad -dice le DT- tenemos un acuerdo con la CAI, que al menos dos veces por año vienen a ver jugadores. Hasta el momento hay tres chicos que están allá que son Richard Dupré (categoría '87), Maico Badilla ('89) y Guillermo Navarro ('89). También tenemos un chico que está en Racing desde principios de año, que es Juan Lara.

El proyecto global del fútbol de club, apunta a que el jugador salido de las inferiores pueda crecer deportivamente y pueda terminar de formarse en algún club grande. » El grupo que se llevó a Lara es manejado por Carlos Aimar y su hermano. En septiembre estará de vuelta por acá, para ver algunos valores».


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