Hardenbergia: ramilletes de mucho color y simpleza

Son ideales para cubrir cercas o muros, y además tienen un ritmo de crecimiento bastante rápido por lo que en poco tiempo conseguiremos nuestro objetivo: darle vida a esa área del jardín que tan poco nos gustaba hasta entonces.

La Hardenbergia es una planta trepadora perenne, perteneciente a la familia Fabaceae , originaria Australia. Es una verdadera inspiración para embellecer el jardín, el patio, terraza en un gran macetón o todo espacio verde.


La Hardenbergia produce pequeñas flores de tonos violáceos que se asemejan a las de las glicinas, y aparecen por lo general en pleno invierno, agrupadas en racimos o en espigas. En general sus grandes ramilletes son de colores azul violáceo, que muestran una imagen sublime, entre sus puntiagudas y alargadas hojas.

Pero también existen especies y variedades que ofrecen flores rosadas, blancas, malvas, azuladas, púrpuras, o que combinan dos de las tonalidades mencionadas. Entre las 14 especies del género Hardenbergia, las más cultivadas son la Hardenbergia comptoniana, especialmente resistente a la sequía, y sobre todo la Hardenbergia violacea, llamada happy wanderer, trotamundo feliz, en Australia. Existen variedades de delicadas flores blancas: ‘Alba’; blancas con un leve matiz rosado: ‘Free-n-Easy’; rosadas: ‘Pink Fizz’, ‘Strawberry Shake’ y ‘Rosea’ (también se puede cultivar en el interior); malvas: ‘Blushing Princess’, de porte arbustivo; azuladas: ‘Bushy Blue’, también arbustiva; púrpuras: ‘Purple Falls’ y ‘Mini Haha’ (compacta y arbustiva); bitonos: ‘Happy Duo’..

Todos los ejemplares de Hardenbergia son de rápido crecimiento, y pueden desarrollarse y tener mejor floración cuando se ubican a pleno sol o con media sombra, dependiendo de la fuerza del sol. Estas plantas deben estar protegidas de las heladas fuertes, especialmente las tardías, y del viento.


Enredadera o arbustiva



Puede cultivarse tanto como enredadera, rastrera o arbustiva dependiendo de su especie. “La trepadora puede alcanzar hasta tres metros de altura”, explica Mariel Garabito del Vivero el Sueño de Mamá, en Roca. La planta desarrolla un tallo leñoso que tiende a enredarse alrededor del tallo de otras plantas.

Después de algunos años, su tallo principal se torna más grueso y sus ramas secundarias se muestran más delgadas y largas alcanzando hasta más de 2 o 3 metros, si se encuentran cultivados en suelo directo.

“Es una planta muy decorativa cuando está en floración debido sus llamativas flores en racimos, de color violeta, que en algunas variedades es intenso, en otras azulado, rosado, o blanco”, explica. Según Garabito, en nuestra zona crece en forma de arbusto trepador y no requiere de muchos cuidados.

Guiadas, pueden servir para cubrir paredones.


La exposición es a pleno sol, con riegos regulares para mantener húmedo el sustrato. Resiste el frío siempre que esté resguardada – aclara Mariel -. Si el lugar en que se encuentra está muy expuesto, entonces deberá protegerse con una tela anti helada.

La hardenbergia suele ser de rápido crecimiento, y puede desarrollarse y tener una mejor floración cuando se cultivan a pleno sol o con media sombra. El suelo debe tener un buen drenaje, y en caso de cultivarla en maceta, combinar con una parte de arena, o asegurar de que drene correctamente.

Las hojas de las hardenbergias son de color verde oscuro y en algunas variedades bastante intenso, con vetas, de forma ovaladas y alargadas.


En el caso de la especie de la handerbergia violácea, sus hojas son más brillantes, y pueden medir entre 7,5 y 10 centímetros de largo. En la especie de handerbergia comptoniana sus flores se presentan en color azul tirando a morado y verde en el centro, con la particularidad de que aparece y duran casi toda la primavera. “En nuestra zona las más comunes dan flores de color lila, blanca, rosa, azul y violeta, aunque cuesta conseguir en color rosa y blanca”, dice.

“Después de la floración se puede hacer una poda de limpieza sacando los tallos feos o muy largos, o los deteriorados”, aconseja Garabito.

Según explica , la hardenbergia “se multiplica por esquejes de 10 a 15 centímetros de largo cortados justo bajo uno de los nudos dejando algunas hojas”.

Mariel aconseja que, en caso de cultivar sus semillas, deberán “sumergirse previamente en agua caliente “un poco más que tibia) para luego dejadas en remojo por un día o dos, antes de llevarlas al sustrato”.


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