Hay cuatro insectos exóticos que complican la vida en la Patagonia

Dos avispas, una mosca de alas manchadas y una especie de escarabajos son algunos de los insectos invasores que causan más problemas sanitarios y ambientales. En el mundo, los insectos que son trasladados a otras regiones podrían aumentar un 36% para el 2050.

El mundo globalizado y el transporte permanente de animales, frutas y personas hacen que las fronteras se diluyan para algunos bichos. Las invasiones biológicas son uno de los problemas ambientales más serios en el mundo. Un estudio realizado por un equipo internacional pronosticó días atrás que habrá un aumento del 36% en la cantidad de insectos invasores para el año 2050 en comparación con los registros de 2005 en todo el planeta. Fue publicado en la revista Global Change Biology.

En Patagonia Norte, hay cuatro insectos que llegaron desde el exterior y hoy se convirtieron en plagas con impactos ambientales, sanitarios y económicos. Una mosca complica la producción de fruta fina. Una avispa, llamada Sirex noctilio y un escarabajo matan a los pinos y afectan a la industria forestal. Otro insecto más conocido, la avispa Chaqueta amarilla, altera la vida de productores y turistas con su molesta y a veces peligrosa presencia.

La Avispa de la madera

La avispa de la madera o Sirex noctilio es originaria de Europa, Asia y norte de África. Se traslada a través de la madera de exportación y así llegó a diferentes partes del mundo. Arribó en 1993 a la Patagonia, según contó a Río Negro la doctora en ciencias agropecuarias, Victoria Lantschner, del Inta y el Conicet en Bariloche.

Sirex noctilio: es una avispa que daña a los pinos y afecta a la industria forestal en la región.

La dispersión se hace cuando se mueve la madera con larvas adentro. “La hembra pone huevos en los pinos, en el tronco, y las larvas se desarrollan dentro del fuste. Además, la hembra deposita un hongo simbiótico que alimenta a la larva y degrada a la madera. Ese proceso hace que la avispa mate a los pinos”, dijo Lantschner.

Los escarabajos exóticos

Los escarabajos “descortezadores” son de la familia de los Escolítidos. Se detectaron en 2007 y atacan a pinos y otras especies vegetales. Están debajo de la corteza de los árboles y se alimentan de un tejido interno.

Escarabajos descortezadores: afectan a la industria forestal.

“Llegaron de Europa y Asia. Generalmente colonizan árboles muertos o que están por morir. No matan a su hospedador, pero el adulto cuando se alimenta puede matar plantas jóvenes. Además, son vectores de hongos, como la mancha azul, que le quita valor comercial a la madera”, explicó Lantschner.

Mosca de las alas manchadas

Gerardo de la Vega es doctor en ciencias biológicas y explicó que la mosca de las alas manchadas, Drosophila suzukii es pequeña. Mide entre 2 y 4 milímetros. En el 2008 ya se consideró plaga mundial. Es originaria de Asia. En 2015, se detectó en Argentina. Se dispersó por el traslado de frutas y se cree que así ingresó al país desde Estados Unidos o Brasil.

La mosca de alas manchadas Drosophila suzukii: ataca especialmente a la fruta fina. Foto gentileza: Federico Triñanes y Gerardo de la Vega

«Tiene una particularidad: sobre su aparato femenino tienen un tipo de sierras que les permiten cortar la fina piel de la fruta y depositar los huevos. Atacan frutas como arándanos, frutillas, frambuesas”. A diferencia de otras especies que ponen los huevos en la fruta podrida, la mosca de las alas manchadas se anticipa y pone los huevos cuando la fruta está en la planta y provoca complicaciones a los productores.

Las chaquetas amarillas

Las chaquetas son nativas de Europa, Asia, norte de África y con notables características que la hacen invasoras exitosas en gran parte del planeta. La doctora en biología Maite Masciocchi, investigadora de Conicet, e integrante del GEPI es especialista en avispas invasoras, y las chaquetas amarillas son su tema central de investigación. “Por los reportes, el primer hallazgo fue en 1980 en Andacollo, al norte de Neuquén. Pudo haber llegado con cargamentos o embalajes de madera desde Chile”, dijo.

Chaquetas amarillas: avispas que eran de la zona del Mediterráneo. Pican y muerden a animales y personas.

La chaqueta es depredadora, carroñera y tiene plasticidad en los nidos. Una reina puede poner miles de huevos de obreras (que son estériles) y cientos de reinas que generan nuevas colonias. Produce un desequilibrio en la comunidad autóctona. Genera un impacto económico porque afecta a la fruticultura, la apicultura, la ganadería, y al turismo, porque en los sitios donde hay muchas chaquetas amarillas no se puede andar.

Soluciones desde la ecología

Desde la ecología, se analizan las rutas de las especies y si hay mecanismos para interceptarlas o no. Cuando más se entiende de la biología de las plagas más chances hay de tomar medidas de bioseguridad inteligentes, y una vez que llegaron (cuando no fueron interceptadas a tiempo), controlarlas y contenerlas.

Para la científica Victoria Lantschner, en el caso de la avispa Sirex noctilio y de los escarabajos invasores, la primera medida de control es promover un manejo correcto de las plantaciones. Cuando el problema aumenta, se debe ralear y quemar los árboles afectados y luego se pueden aplicar técnicas de control biológico. Esta última táctica es una manera natural de regular la plaga, mediante el uso de enemigos como nematodos parasíticos.

En Argentina

700
son las especies exóticas invasoras que hay en Argentina. Muchas de ellas desplazan a las nativas.

En cuanto al control de la mosca de las alas manchadas Drosophila suzukii, hay iniciativas de los países del Cono Sur, con distintos estudios, monitoreos y estimaciones del daño.

“Chile aprobó un grupo de agroquímicos para rociarlos, pero ningún otro país lo aceptó en término de seguridad fitosanitaria. En el país se está el estudiando control biológico”, dijo el científico Gerardo de la Vega.

En cuanto a las avispas chaquetas amarillas, Maite Masciocchi explicó que las que se ven en estos días de octubre son reinas y hay que matarlas, con una palmeta a la vieja usanza. Cada reina muerta significa que habrá una colonia menos.

La diversidad biológica del planeta puede ser gravemente afectada por la introducción de especies de vegetales y animales. Se busca realizar la detección temprana y el control.

Bio

Tiempo atrás, había una campaña que incitaba a poner vinagre contra las chaquetas amarillas, pero los científicos no lo recomiendan. En el verano, se recomienda la eliminación de los nidos, que son subterráneos y hay que colocar veneno para hormigas en la entrada.

Si las personas se encuentran en un día de campo y las chaquetas molestan, lo mejor es poner una botella con tres o cuatro orificios y un pedazo de carne adentro. Eso no controla las poblaciones de avispas de manera definitiva, pero las entretiene.

El estudioso de las invasiones biológicas
Juan Corley, científico del INTA, UNCo y Conicet

“Las plagas no conocen de fronteras. Bichos que viajan en un auto que se importan desde China, larvas que vienen en frutas que ingresan desde Brasil o Chile, o en un adorno de madera, que un turista compró en una playa alejada. Todas esas conexiones se estudian para encontrar mecanismos y proponer acciones que eviten la invasión en estas latitudes”, sostiene el científico Juan Corley. Recientemente, fue designado por la Sociedad Americana de Ecología como editor en jefe.

Ecólogo. Corley se destaca a nivel mundial por sus trabajos.

Corley es profesor asociado del Departamento de Ecología de la Universidad del Comahue en Bariloche. Trabaja también como investigador principal del Conicet y es jefe del Grupo de Ecología de Poblaciones de Insectos, que depende del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA). Desde su campo de trabajo, investiga patrones y procesos ecológicos involucrados en las fases de arribo, establecimiento y propagación geográfica de las plagas exóticas, y los métodos para controlarlas.


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