Historias detrás de la vacuna covid: mujeres que aplican dosis de «esperanza» en Roca

El día 213 de la campaña de vacunación covid se estaba aplicando la dosis N° 75.961 en la colonia penal de Roca. Hasta el 28 de julio, exactamente 60.965 roquenses de los 80.750 estimados tenían ya una vacuna. Un 75% de la población objetivo en la ciudad ya está vacunada y un 19% fue inmunizada con esquema completo. Pero ¿quién hizo todo esto? ¿Quiénes están detrás de los boxes?.

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Con capacidades y ritmos de trabajo que sorprenden, un grupo de casi 50 trabajadores de la salud y sobre todo enfermeras y agentes sanitarias, son las garantes de que cada dosis de la vacuna covid-19 llegue a su destino. Con manos cálidas y voces confortables; reciben, saludan, conversan y preguntan a quienes llegan desde distintos barrios para recibir la vacuna.

Son principalmente mujeres las que están al frente de esta campaña de vacunación, la más masiva en la historia. Más de un 80% del personal afectado a la vacunación covid, son mujeres. La mayoría, madres, esposas, hijas, quienes se desempeñan en más de un área del hospital López Lima y que tuvieron que duplicar sus ritmos de trabajo en pandemia.

Unas 120 vacunas por hora llegó a colocar un sábado Gladis Astorza, una enfermera del hospital quien a sus 58 años está cerca de su jubilación. Como trabaja hace 11 años en el vacunatorio central, sus manos sabían de agujas, pero de lo que no sabía nada era de atravesar una pandemia.

“Hace 36 años que trabajo en el hospital y 25 años estuve en Pediatría”, contó la mujer, madre de dos hijos. Desde que empezó la campaña de vacunación covid, ella está cubriendo varias funciones, algunas como el resguardo de vacunas en cámara y freezers, control y traslado de dosis a las salitas barriales, entre varias otras.

Nacida en Roca, se crió en el extranjero y volvió en su adolescencia. Siguió los pasos de su madre, quien también fue enfermera en el Hospital López Lima en el mismo sector que ella trabajó 25 años: Pediatría.

Al hablar sobre quién es ella, la vocación puesta a prueba en tiempos difíciles se vuelve lágrimas. “Cuando uno está en salud y ve las secuelas que deja el covid, uno se alegra de vacunar a una persona, porque sabes que le estás evitando eso”, contó la mujer.

Contó que tanto jóvenes como personas mayores van felices al vacunatorio. Agradecidos. “Es una maravilla ver la cantidad de adolescentes que se han estado vacunando, lo súper concentrados y lo bien informados que están”, agregó Gladis.

“Yo amo mi trabajo y siempre estoy buscando algo extra para hacer”, reconoció. Ahora piensa en poder retirarse tranquila, dejando lo mejor de si, su aprendizaje y su puesto de trabajo. Su próximo objetivo es dedicarle la mayor cantidad de tiempo a su familia. “Ellos son los que mas padecen que yo no esté tantas horas en casa”, reflexionó.

Mientras algunas se preparan para irse, el recambio está en puerta. Vanina, es una de las enfermeras más jóvenes del hospital. Se recibió a los 22 años de la Universidad Nacional del Comahue (UNCo) sede Allen. Hace siete años es profesional, trabajó un tiempo en Neuquén y hace tres años volvió a sus pagos. Trabaja en Pediatría del Hospital López Lima y hace una semana, empezó a cubrir guardias en vacunatorio.

“Es el cuarto día que vengo a hacer vacunación covid. Me gusta porque es dinámico, diferente, y es otro trato con la gente”, describió la joven, quien es madre de un niño y además del trabajo, continúa estudiando para terminar la Licenciatura.

Su proyecto a futuro está a la vista y no hay pandemia que la corra de su objetivo. Sigue estudiando mientras trabaja a todo ritmo porque sabe lo que quiere ser. “Me gustaría especializarme en terapia de Neonatología. Quiero ser enfermera de neo”, sostuvo. Es una especialidad importante y muy necesaria en la región y por eso se embarcará en ese esfuerzo.

A dos boxes de distancia, está Angela Videla con su historia. Al aplicar una vacuna, siente que da “una cuota de esperanza” y porque no de “felicidad”, ante el caos y la crisis que desató la emergencia sanitaria. Es parte de su granito de arena, el que ella pone todos los días al ocupar su puesto; como dice.

Angela tiene 43 años y dos hijas, nació en Mendoza y desde sus 12 años vive en Roca. Es agente sanitaria. Hoy su rol central como trabajadora de la salud está en el vacunatorio covid, pero depende del Departamento de Actividades Programadas (DAPA). En sus tres años de trayectoria en el hospital trabajó en distintos centros de salud como el de J.J. Gómez, Malvinas y La Ribera. Ahora está estudiando la Tecnicatura de Agente Sanitario, algo que esperaba hace mucho tiempo junto a sus colegas.

Además de ser vacunadora, tuvo que ser registradora y también estuvo en el equipo de seguimiento epidemiológico en lo que va de la pandemia. “Esta pandemia afloró muchos sentimientos desde el día 1”, aseguró con lágrimas de emoción, recordando que siempre tuvo que estar firme para ser sostén y contener, un desafío cotidiano para ella.

“Escuchar a la gente a través del teléfono con sus angustias… uno también se angustia y tiene miedo, pero tiene que tratar de estar siempre en una posición firme para que la persona que te está escuchando tenga confianza. Lo mismo pasa en el vacunatorio. Las primeras personas que llegaban, personas mayores, venían con una sensibilidad tremenda y eso te emociona muchísimo”, confesó y admitió que la práctica cotidiana es diferente a lo que leyó en los manuales de estudio.

Por otro lado, recordó lo dificil que fue el año pasado con la primera ola de casos cuando llegaba a su casa a las 10 u 11 de la noche. “Se hizo difícil porque no estaba acostumbrada a trabajar hasta tan tarde. Mi familia fue el apoyo fundamental, porque sin ellos no hubiera podido hacerlo”, concluyó.

Las vidas de Gladis, Angela y Vanina, están conectadas no solo en los pasillos del vacunatorio. Hablar con cada una de ellas significa emocionarse de una manera u otra, palpar el sacrificio y el agotamiento, ver en concreto, en los hechos; el trabajo mancomunado que reviste una misión como la que llevan adelante.

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61.000 roquenses con primera dosis

Hasta el 28 de julio, en Roca se vacunaron 60.965 personas en total. Según la población estimada, se inmumizó ya al 75,4% con la primera dosis, y 14.996 de ellos ya tienen el esquema completo, es decir, el 18,5%. En tanto, a nivel provincial, la cobertura de la segunda dosis ya alcanzó el 20,3%.

El grupo más masivo, de 18 a 59 años sin factores de riesgo, que son cerca de 50.000 personas, es el que más rápido avanzó en las últimas semanas. Ya se aplicaron 29.394 dosis hasta el miércoles pasado, cubriendo a un 59,5% del total estimado. Solo 42 personas de este grupo ya tienen la segunda dosis.

Por otro lado, se vacunó a 61 personas embarazadas, un 4% de las 1527 registradas en Roca según datos de Salud.