Histórico andinista espera a PAMI para dejar el hospital

Gerardo "Chulengo" Lamuniere está internado en el hospital de Bariloche pero hace diez meses le indicaron la internación domiciliaria. La obra social nacional dice que no cubre el servicio que necesita.

En septiembre del año pasado, a Gerardo “Chulengo” Lamuniere le indicaron la internación domiciliaria. Pero aun no tiene respuestas del PAMI y desde entonces, continúa en la Unidad de Cuidados Intermedios (UCI) del hospital Ramón Carrillo, en Bariloche.

El accidente automovilístico que sufrió Gerardo Lamuniere, un histórico referente de la montaña en Bariloche, conmovió a la comunidad en agosto de 2017. “Chulengo” es un reconocido montañista que participó en los ochenta de la fundación de la Asociación Argentina de Guías de Montaña, y construyó junto a su hermano el depósito del refugio Jakob, entre otras cosas.

El accidente de Lamuniere ocurrió en agosto de 2017, cuando se dirigía a Buenos Aires a bordo de un Toyota Corolla, junto a otras dos personas, por la Ruta Nacional 152. A la altura del kilómetro 1,6 en cercanías de General Acha, el vehículo perdió el control, despistó y volcó sobre un lateral.

De ánimo está muy bien, pero ya está cansado de esperar para poder irse a su casa. No puede hacer nada”.

Andrés Lamuniere, hermano de «Chulengo».

En un primer momento, Lamuniere fue internado en el hospital de San Rosa, la capital pampeana, pero luego de diversas gestiones, lo trasladaron en un avión sanitario hacia Bariloche.

El hombre, que hoy tiene 65 años, sufrió fractura de vértebras y perdió la sensibilidad por debajo de la cintura.

Chule estuvo un año en terapia intensiva, pero en agosto del 2018 lo pasaron a Cuidados Intermedios del hospital. Ahí nos pidieron que tramitemos la internación domiciliaria ante el PAMI porque ya no había nada más que se pudiera hacer en el hospital”, relató su hermano, Andrés Lamuniere.

Larga espera


Andrés aseguró que al día de hoy, Gerardo “no tiene chances de evolución. Tiene casi una cuadriplejia y si bien tiene movimiento de brazos, no de manos”.

Para ser trasladado a su casa, el hombre debe contar con asistencia médica, de terapistas y enfermeros.

“Ya en un primer momento -detalló Andrés-, nos encontramos con una traba por el tipo de complejidad en la solicitud del hospital. PAMI argumentó que ninguna de las prestadoras podían cubrir ese servicio”.

Finalmente se acordó con una de las empresas que cubriría la demanda.

“Esto se presentó en la delegación local del PAMI, donde la atención es excelente. Han colaborado siempre en busca de soluciones pero luego, se requiere de la aprobación de PAMI Central. Ahí es donde se frenó y ya no tuvimos respuesta”, señaló Andrés.

El tiempo fue transcurriendo y diez meses después, Gerardo continúa ocupando una de las camas de UCI pese a que en septiembre del año pasado podría haber abandonado el hospital.

Nos han dicho que lo saquemos cuanto antes por el riesgo que implica contraer cualquier infección intrahospitalaria. Está en un lugar de alta exposición”, dijo su hermano y agregó: “En febrero, presentamos un recurso de amparo. La respuesta del juzgado fue que como no era cuestión de vida o muerte, le daba al PAMI dos meses para que se expida con una serie de preguntas. Ya se cumplió el plazo y seguimos esperando”.


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