Hockey: Joaquín Martínez, un neuquino suelto en Europa

Cuando se habla del deporte como herramienta de contención y desarrollo social no se trata de un capricho. Apostar por el deporte es darle chance de crecimiento a la población desde lo individual y lo colectivo. El caso de Joaquín Martínez refleja cómo una actividad puede convertirse en medio de vida.

Nació en Neuquén, pero se crió en Cipolletti. Fue siempre futbolero y a los 10 años le ofrecieron rugby o hockey para jugar en el colegio. Eligió el segundo por sus similitudes con el fútbol en cuanto a cantidad de jugadores y las dimensiones de la cancha. ‘‘Encontré un juego parecido y tenía a mi grupo de amigos’’, cuenta Joaquín.
Un año después se federó y empezó a jugar en Banco Nación, en las chacras. Polvo de ladrillo, césped y palos de madera fueron las herramientas y superficies de sus comienzos. ‘‘Era otro hockey a principios del 2000’’, explica.

El club Banco Nación se fundió y, tras un breve paso por el club Cipolletti, su familia se mudó a Neuquén. Eran tiempos de inicio del secundario.
El club Independiente les ofreció armar un equipo de primera a un grupo de pibes que habían quedado sin club. El Rojo fue uno de los primeros en tener cancha de sintético. ‘‘Eso te cambia el juego y lo hace más técnico y rápido’’, explica.
A los 15 años ya era jugador de primera y en el seleccionado provincial compitió contra jugadores que hoy están en los Leones.

‘‘Para mi siempre fue un hobby, le dedicaba tiempo, aunque nunca proyecté nada. En 2012 el entrenador de la selección argentina de indoor, Pedro Zayas, que me conocía desde chico, me llevó a la selección nacional a participar.’’ Pero la parte económica y las necesidades del momento no le permitieron continuar en la selección.
‘‘Jugué todos esos años en Independiente, fui entrenador de inferiores y después de primera. Me gusta y lo sigo haciendo’’.

En 2013 se abrió la puerta para jugar en Uncas de Tandil. Fue la primera experiencia lejos de casa. Un par de años más tarde se daría el otro salto de calidad. Brasil le mostró el camino en 2015 y allí jugó en el club en Sociedade Germania. En 2017, Joaquín obtuvo el pasaporte italiano y surgió la idea de buscar un lugar afuera después de mucho remarla. ‘‘Gracias a un contacto que encontré en Roma y estuve 5 meses’’.

Actualmente se desempeña en el Lille.

En su curriculum tiene la ventaja de haber pertenecido a la selección y contar con la ciudadanía europea. Martínez describe su paso por Italia como ‘‘una experiencia increíble en otro país y con otro idioma’’. En Europa, Holanda y Alemania son los países top en cuanto a hockey se refiere. En un segundo orden están Bélgica, Inglaterra y España y luego Francia e Italia.

Las mejores selecciones tienen a sus jugadores rentados compitiendo en esos países. Existe el concepto de reciprocidad: además de jugar en el club, el contrato implica trabajar en el mismo. Roma está en la serie A con rivales como Milan, Turín y Bologna entre otros.

Para este año, la llegada a Lille representó otro cambio en su carrera.
En cuanto al juego, Joaquín comenta que ‘‘me trajeron para jugar de delantero, pero siempre fui mediocampista. Mis cualidades son la velocidad y el buen pase. Soy un jugador intuitivo y vertical. En el hockey se corre mucho y cuando te cansas salís porque hay cambios ilimitados. Jugando de delantero tengo que correr diferente, toco menos la bocha. Entreno dos o tres veces por día y cambié la alimentación, algo mucho más profesional’’.

En los meses que pasa lejos de casa, el neuquino no pierde contacto. Además de hablarse a diario con familia y amigos, Víctor Prado es el entrenador que le manda las rutinas desde Neuquén y con eso entrena en forma individual. ‘‘Estar solo con la pelota y la cancha para mi es importante y me sirve para mantener el ritmo’’.

Esta temporada jugó contra PSG de visitante.

Con estas oportunidades que Martínez se ganó en Europa, queda claro que hacer un deporte puede ser mucho más que una actividad física o profesional. Se trata de una elección humana y un estilo de vida.
‘‘Tengo todas las ganas y me motiva conocer otro país, otro idioma y otra forma de ver las cosas. Quiero recibirme de ingeniero y laburar en energías renovables, que es lo que me gusta. Acá se trabaja mucho eso y me interesa saber como hacen funcionar su país’’.

Joaquín no se olvida de sus raíces y destaca los valores que lo llevaron a estar donde está. ‘‘Nunca soñé viajar tanto con el hockey. Esto no es meritocracia porque tuve muchas personas que me ayudaron: los entrenadores y compañeros que tuve, el club que me albergó, el estado que puso la infraestructura y la Federación Neuquina de Hockey. Todo colaboró para poder llegar hasta acá. Por eso estoy siempre agradecido’’.


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