Imputados en el caso Balladini revelan escándalo en la comisaría
Empezó juicio por la detención, en 2005, del hijo del exjuez del STJ
CIPOLLETTI
CIPOLLETTI (AC).- Uno de los policías imputados por las vejaciones que sufrió Ariel Balladini relató que el padre de la víctima, el entonces juez del Superior Tribunal de Justicia Alberto Balladini, intentó ingresar al sector de los calabozos a pesar de que él se lo impidió. “No sabía quién era, casi lo tomo de un brazo y lo llevo a una de las celdas”, dijo ayer en la indagatoria. Los demás acusados hablaron del escándalo que el joven protagonizó en la Comisaría Cuarta de Cipolletti.
Ayer comenzó el juicio a cinco policías acusados de “vejaciones calificadas por el uso de violencia”. Los procesados son el agente Carlos Ojeda, el sargento Javier Martín, el oficial subinspector Oscar Williams y los cabos Gabriel Sáez y Cristian Riquelme.
Cerca de las 4,30 del 2 de octubre de 2005, el abogado Ariel Balladini no quiso ser revisado con el detector de metales en el boliche que está a la vera de la Ruta 22 y por esa situación no lo dejaron ingresar.
Ante la negativa, Balladini se cruzó a la Policía Caminera, se comunicó con el fiscal de turno Oscar Cid y requirió la presencia policial. De acuerdo con el relato de los imputados, el joven estaba “exaltado”, insultó a los suboficiales y protagonizó un “disturbio en la vía pública” por lo que Ojeda y Martín decidieron arrestarlo. Lo subieron al patrullero y lo llevaron a la Comisaría Cuarta.
Ariel llamó por celular a su padre y le avisó que “los policías le estaban pegando”, cuando en realidad el abogado iba solo en la parte trasera del móvil 2162. Una vez en la comisaría se negó a entregar sus pertenencias y entonces Sáez, Williams y Riquelme lo inmovilizaron y lo llevaron al calabozo.
Después de ese episodio, Alberto Balladini se presentó en la comisaría y quiso acceder al sector de los calabozos. “Me dijo con el dedo: ya me traés a mi hijo acá”, relató Sáez. El imputado dijo que se interpuso en el camino del juez del STJ. “No sabía quién era y el acceso a ese sector está restringido”, dijo.
En ese contexto llegó el comisario de la unidad José Dutra y se reunió en su despacho con Balladini padre. Después, Ariel fue trasladado hasta esa oficina. Sáez dijo que se escucharon golpes en la mesa, en la oficina del jefe, y que entonces llamó por interno para saber si su superior necesitaba colaboración. Dutra contestó que no y en ese momento otro oficial les pidió a todos que se retiraran de ese sector de la unidad. Estaba la puerta entreabierta y Sáez alcanzó a ver como los Balladini (padre e hijo) forcejeaban y también advirtió cuando intervino Dutra y redujo en el piso nuevamente al detenido. “Más te vale que hagas algo con estos milicos y no hagas la vista gorda como lo hiciste en el triple crimen o en Río Colorado”, le dijo Ariel a su padre, según escuchó Sáez.
Dutra convocó a Sáez a su oficina y allí Balladini padre le habló durante “30 o 40 minutos”. “En realidad me humilló, me dijo: mañana hago bajar al jefe de la Policía y no estás más acá”.
Los imputados insistieron con que el detenido “tenía mucha fuerza”, con que estaba “exaltado” y con su aliento etílico. Cerca de las 10 de la mañana, el detenido recuperó su libertad, a pesar de que nunca se confeccionó el “expediente contravencional”. El juicio sigue hoy.
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