Increíble: una ballena volvió a empujar la tabla de SUP de Analía en Puerto Madryn

El 31 agosto, cuando cumplía 44 años, una ballena empujó suavemente la tabla de Stand Up Paddle de Analía Giorgetti. Y lo más sorprendente de todo es que en su última incursión en el mar... ¡volvió a suceder! "Dos veces en cinco salidas, es raro, no deja de maravillarme", cuenta ella. Mira el video qué filmó su hermana y editó su hija.

Algo sorprendente sucede con las ballenas y Analía Georgetti en la costa de Puerto Madryn. El 31 de agosto, el día que cumplía 44 años y salía por segunda vez sobre una tabla de Stand Up Paddle (en la que rema parada o arrodillada) el drone operado por el fotógrafo Maxi Jonas captó una escena que dio la vuelta al mundo: una ballena empujaba suavemente con una aleta la tabla de esta docente universitaria que como muchos en esta hermosa ciudad de Chubut disfruta de los deportes acuáticos. Pero si ya eso era increíble, mirá lo que le pasó la última vez que salió a supear: una ballena volvió a darle un suave empujón, esta vez con la trompa. Ahí estaba su hermana y compañera de aventuras en el mar para filmarlo y después su hija editó el video que maravilló a sus seguidores en las redes sociales. Le pasó dos veces en cinco salidas. Acá podés mirar el video de la segunda vez.

“La ballena me miró un buen rato y después me tocó la tabla con la trompa. Yo no sé si era la misma o qué pasa conmigo…”, dijo Analía aún sorprendida. “Es reloco, tal vez las atraiga el color de la tabla”, agrega con una sonrisa.

«O, lo más lógico, creo es que ellas están tan acostumbradas al contacto humano en este golfo maravilloso donde las cuidamos y respetamos, que no sienten temor y se acercan, creo debe ser la respuesta más coherente ya que me pasó dos veces de cinco salidas, es raro… no deja de sorprender y maravillarme», señala.

Como aclaró al Voy, se trata de encuentros en los que ella «no busca el contacto con las ballenas, sino que son ellas las que se acercan».

La primera vez.y un suave e inolvidable empujón. Captura de video / Maxi Jonas.

La segunda vez, las condiciones del clima eran similares a ese inolvidable 31 de agosto. «El mar planchado. Como es nuestra costumbre tomamos unos mates con mi hermana Pitu y nuestra amiga Luciana y luego remamos un poco, ahí nomás de la costa… Y la magia vuelve a suceder, sin dron esta vez».

Por estos días, Analíase dedica a la docencia universitaria y no ejerce ni como abogada ni como escribana. Completa la descripción así: «Después soy jardinera, mis plantas son mi orgullo. También soy mamá, esposa, hermana, hija, amo cocinar y también pinto ( no me sale muy bien, lo mío es todo abstracto) y me gusta mucho coser. Pero, sobre todo, me gusta vivir más conectada con todo y todos los que forman mi vida. En resumen, me gusta vivir!». A esas conexiones sumó las de las ballenas en el golfo. Un misterio que la sorprende. Por las dudas, aclara: «El olor no es: ¡juro que me baño!». Y después se despide con otra sonrisa.


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