Jardín: Serbal del cazador, un color para cada estación

Siempre llamativo, este árbol que crece mejor en climas fríos, es un paisaje en sí mismo. Su aspecto se modifica de acuerdo a la temporada del año, con hojas verdes o amarillas, coloridas bayas, y flores que atraen a pájaros.

Una de las mejores cosas que nos regala nuestro jardín, o nuestra vereda, es la posibilidad de ver -y admirar- el cambio de las estaciones.


Desde El Bolsón, más precisamente desde el vivero “La buena onda”, ubicado en ruta 40 sur 0 Av. Belgrano730, Miriam Williams nos explica todo lo que hay que saber para cuidar un “Sorbus aucuparia”, bello y florido árbol decorativo .

Comúnmente llamado serbal de los cazadores, o azarollo, es un árbol de tamaño mediano, perteneciente a la familia de las rosáceas. El Serbal de los cazadores logra alcanzar los 15 metros de altura, con una copa ancha y cónica.

Tiene una corteza gris, lisa y reluciente; con yemas invernales agudas, asimétricas, marrón-purpúreas, tomentosas.


Cambios



Las hojas pueden tornarse rojas en otoño, y en primavera tiene flores blancas, de 0,8 cm de diámetro. También tiene frutos rojos, con frecuencia en corimbos densos, pesados.

“El Sorbus es un árbol de porte mediano, ideal para veredas, porque aporta una linda sombra y no complica con sus raíces”explica Miriam. Su porte maximo puede llegar a 15 metros de altura y es un árbol que resiste muy bien las temperaturas bajas. No tolera los calores excesivos, por eso es posible encontrarlo desde Neuquén hacia el sur de la patagonia.Ese sería su hábitat”, acota Miriam.

El otoño, con sus hojas amarillas y las bayas rojas.


“Este árbol que tiene unas flores muy llamativas y bonitas, en forma de racimos, de color blanco, y se pueden disfrutar en el mes de noviembre”, agrega la experta.

Luego de la floración hace una baya, que primero se muestra de color naranja para transformarse en color rojo intenso.

“Esa baya es un alimento ideal para los pajaros”, señala Williams. Por eso se lo conoce como Serbal del cazador.

Miriam advierte que esta baya cruda puede ser tóxica, sin embargo una vez cocida se usa para mermeladas y contiene mucha vitamina C.

Las flores de noviembre, que le dan otro aspecto al árbol.


En otoño, su follaje se viste de bronce anaranjado y en invierno desnuda sus ramas de las hojas descubriendo más los racimos con las bayas, que perdurarán durante el invierno hasta que las aves las consuman.

Las flores son muy nectaríferas, por lo tanto atraen a las abejas siendo un buen alimento para ellas.

“En muchos lugares es considerado como árbol protector por lo que utilizan las ramas para poner entre las ropas y prendas como medida protectora”, cuenta Williams.

Si bien no es un árbol exigente con el suelo porque acepta muy bien a suelos pobres, el primer año de su vida debe tener una buena asistencia de agua. No tolera suelos demasiado pesados donde le cuesta desarrollar sus raíces.


Las hojas están compuestas de 5-7 partes de hojuelas, con una impar en su extremo y cada hojuela, puede llegar a 6,5cm con innumerables pequeños dientes, a excepción de su base.

Su color es verde oscuro por la parte superior y por la parte inferior es verde azulada.

Las flores son hermafroditas, y aparecen en panículas de color blanco visibles a finales de la primavera.

La maduración de los frutos es al despedir el verano manteniéndose en el árbol hasta ya avanzado el invierno.


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