Julio Chávez, un barbero a medida

El actor encarna a Sweeney Todd en el musical que llevó a la pantalla grande Tim Burton junto a Johnny Depp. La obra, “casi operística” según su definición, se presenta en el teatro Maipo de Buenos Aires.

El actor Julio Chávez, que encarna al barbero Sweeney Todd en la obra homónima, que se presenta en el teatro Maipo, consideró que la puesta es “un musical casi operístico” y dijo que cantar constituyó todo un desafío. Actor, director teatral, dramaturgo, maestro de actores y artista plástico –con fama de riguroso y premios que abarcan todas las disciplinas–, Chávez se definió como “un actor que canta”. “El barbero canta muy bien –reconoció, al tiempo que admitió que el trabajo requiere de su afinación permanente–. Cualquier material debe ser afinado, por un motivo u otro; como un corte de pelo o un bebé recién nacido, lo ves a los 15 días y generalmente es otro.” También artista plástico, Chávez diferenció lo que sucede con un cuadro, que si bien una vez finiquitado no cambia, “lo que cambia es la mirada cuando lo ves después de un tiempito; por eso se recomienda siempre ‘dejarlo descansar un rato’”, manifestó. “En cuanto al espectáculo, el mismo (Alberto) Favero dice que recién después de un mes del estreno esto se va a ir asentando –dijo–, por la complejidad del material, aunque eso es afín a cualquier material”. Afirmó que “hay es estar muy atento para que eso suceda con los materiales es que tienen que estar cuidados; tiene que haber rectores, directores presentes, recordatorios de cómo hay que hacer cada cual, porque si no es muy fácil sentir también que al mes esté totalmente desajustado”. Para Chávez, eso ya tiene que ver con cada cual y con la dirección, “porque el tiempo, si sabés cómo, es benévolo. Me refiero al saber cómo, saber si tenés el oficio de cómo cuidar, responder o hacer caso a un material”. El actor de “El custodio” y “Tratame bien” conoció a “Sweeney Todd, el cruel barbero de Fleet Street” en un escenario español, y desde entonces pensó en estar en condiciones para asumir su protagónico. “La obra es muy exigente vocalmente pero está hecha para un actor que canta, no para un cantante”, sentenció. “De manera que la primera parte yo la tenía comprobada: actor soy –reconoció–. El tema era si podía cantar el material y para eso me ‘casteé’ a mí mismo a través de un ‘workshop’ durante dos meses y luego los dos últimos ensayos de ese ‘workshop’ se los mostré a (Lino) Patalano (gerente del teatro Maipo), a Favero, a gente que tenía que ver con el proyecto.” Agregó: “También quería ‘castearme’ en relación a mí, porque yo no tengo el oficio del canto y nunca canté; quería saber si me iba a interesar hacer un proceso de esa naturaleza. No sólo saber si tenía la materia prima como para poder hacerlo, sino el oficio, que había que adquirirlo”. Y después de la materia prima, el actor se preguntó por las ganas que tenía de trabajar sobre ella, “porque a veces uno la tiene pero no está con ganas de ponerse a batallar con un instrumento y ponerme bajo las órdenes de algo tan complejo como la música (y esta música, que no es cualquier música)”. “Además es un musical particular, no es el que se conoce, es casi parecido a una ópera: más que melodioso es armonioso, de manera que a veces hasta es complejo de escuchar. No es para tararear en el baño”, definió. Señaló que esa música “tiene sus complejidades, no sólo para mí sino para los músicos excepcionales con los que trabaja Favero, a quienes he viso agarrarse la cabeza mientras aprendían el material. Así que imaginate lo que me puede haber pasado a mí”. Y aportó haber hecho el “workshop” para tener “una mínima experiencia donde tuviese que ponerme a organizar, a hacer caso, a respetar, porque en esta obra manda la música y no sólo hay que estar dispuesto a que la música mande sino a entender qué pide”. “Como dio todo positivo y la gente a la que le presenté el trabajo consideró que existía la materia prima como para poder meterme y yo entendí que tenía ganas de ponerme a entrenar y a educarme, así fue cómo se dio y así es como está saliendo”, remató. (Télam)

Chávez es ahora Sweeney Todd, el cruel barbero de Fleet Street.


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