Justicia paritaria y feminista

Redacción

Por Redacción

Malena Galmarini*


Las dos vacantes que se produjeron en el Superior Tribunal de Justicia de Río Negro habilitaron la posibilidad de que este 30 de junio la provincia sea pionera en todo el país en mostrar un cambio de época. ¿Cómo? A través de la elección de dos vocales mujeres para completar las vacantes.

Según los últimos datos relevados por la Oficina de la Mujer de la Corte Suprema de Justicia de la Nación durante el año 2020, el sistema judicial de Argentina sufre disparidad. El 60% del personal administrativo son mujeres y el 40% varones. A nivel funcionariado, el 61% son mujeres y el 39% varones. Magistradas, procuradoras y fiscales representan el 44% mientras los varones el 56%. Y por último, en la cumbre de la pirámide judicial (Ministerio, Procuraduría General y Defensoría General), sólo el 31% son mujeres contra un 69% de varones.

Durante los últimos años, los feminismos profundizaron la discusión respecto a la imperiosa necesidad de una reforma judicial feminista. Esta demanda social busca poner fin a un sistema sumamente funcional al patriarcado, entendiendo que es necesario adoptar formas más empáticas, que no revictimicen, que tomen medidas acordes a cada caso, que generen procesos judiciales ágiles y que investiguen los hechos teniendo en cuenta la particularidad de los contextos.

Mejorar cada una de estas instancias es una demanda que se escucha cada vez más fuerte en las marchas contra la violencia machista y un compromiso que deben asumir quienes inciden a diario en el funcionamiento del sistema de administración de la justicia. He aquí la necesidad de fortalecer y democratizar el Poder Judicial a través de más mujeres ocupando cargos de decisión. Porque sin paridad en todos lados, no hay Ni Una Menos en ningún lado.

Si lo que buscamos es una realidad en la que se deje de violentar a las mujeres, debemos luchar por el poder. La diferencia es que nosotras cuando hablamos de poder, hablamos de poder hacer las cosas de una manera distinta y transformar todo aquello que no nos gusta. Muchos nos quieren imponer lógicas y hacen arreglos a nuestras espaldas, nosotras en cambio queremos fortalecer la democracia y construir un país más justo. Por eso es sumamente importante hablar de justicia en términos de servicio a la población, entendiendo que los derechos no se negocian.

Y que así como la justicia le pregunta a las víctimas de violencia de género por qué estaban vestidas de tal manera, también le pregunta a las mujeres que quieren cambiar su sistema, si son realmente idóneas para ocupar ese lugar. Y esto no lo podemos seguir tolerando.

Este 30 de junio las dos vacantes del tribunal de justicia rionegrino deben ser ocupadas por mujeres que luchan por un acceso democrático, transparente y en igualdad de oportunidades entre varones y mujeres. Se trata de un deber fundamental que tenemos con nuestro pueblo que espera y reclama menos justicia patriarcal, y mayor justicia social.

* Referente del Frente Renovador en políticas de género.


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