Juicio por el femicidio de Agustina Fernández: «Nunca le creí a Pablo Parra», dijo la madre

Silvana Cappello fue la primera testigo en declarar. Habló sobre el vínculo de Agustina con Parra, su llegada a Cipolletti y la elección del lugar donde residia.

Esta mañana inició en Cipolletti el juicio por jurado que determinará si Pablo Parra es el culpable del femicidio de Agustina Fernández. Luego de los alegatos de apertura por parte de la querella, la fiscalía y la defensa, la mamá de Agustina Fernández fue la primera testigo en ser llamada a declarar. Habló de la llegada de la joven a la ciudad para estudiar medicina, su vínculo con Parra y su vida en Cipolletti.

Silvana Cappello, mamá de Agustina Fernández, fue la primer testigo en declarar ante el jurado popular en la sala de audiencias en Cipolletti. «En febrero vinimos a buscar departamento, el monoambiente le encantó, lo elegimos porque era el más seguro», manifestó sobre su lugar de residencia.

Además, aseguró que mantenía contacto a diario con la joven los primeros días luego de su llegada a la ciudad. «Al principio tenía miedo pero estaba contenta con su independencia», dijo Silvana.

Sobre la llegada de Agustina a Cipolletti explicó que habían elegido la ciudad por la modalidad de ingreso a la facultad, otras de las posibilidades eran Buenos Aires y La Plata. En cuanto a la elección del departamento fue, principalmente, por la seguridad que presentaba.

En una de las visitas de la familia a Agustina Fernández, en el mes de junio, Silvana relató que salieron a cenar a un bar de Cipolletti. Allí se cruzaron a un joven que trabaja en el lugar, Natanael, quién según la madre de Agustina tenía un vínculo con la joven. «Me di cuenta cuando lo saludó que estaba sonrojada. Eso no pasaba con Pablo Parra».

La madre de la joven relató que fue Parra quien se comunicó con ella minutos después del ataque. «Me llamaron de un número con característica de Neuquén, era Parra. Me dijo ‘yo salí, me vieron salir, le pegaron a Agustina’. Esto fue desde el teléfono de la vecina, yo no le creí», manifestó.

Luego de esta comunicación, quien informaba el estado de salud a Agustina a la familia pasó a ser la encargada del departamento. «No volví a hablar con Parra, no quise. Cuando vi a Agustina fue terrible, solo reconocí su nariz. El padre se encargó de los trámites de la donación, yo no quería que la tocaran más» relató Silvana.

«Pedimos un juicio justo, si pediría algo sería que Agus vuelva. Soy consciente que no va a suceder. Hay varios femicidios impunes, pido que este no sea el caso y sea un juicio justo. Nunca dudé en que había sido él», finalizó Silvana.

Femicidio de Agustina Fernández en Cipolletti: declaró el papá de joven

El segundo testigo en declarar fue el papá de Agustina, Mariano Fernández, quien detalló cómo era la personalidad de la joven y aseguró no confiar en Pablo Parra. Además, relató los primeros instantes de Agustina tras el brutal ataque.

«El nos llamó, fue escueto con sus palabras. Estaba preocupado por el robo más que por Agustina. Un día apareció una mañana que salíamos del hospital, quería hablarnos pero no estábamos para hablar con nadie», manifestó Mariano.

Además, aseguró que sobre el relato de Pablo Parra «no cerraba nada lo que nos decía que había pasado».

Sobre el ataque que sufrió la joven, el padre fue claro en su opinión: «no se defendió, se protegió. Agustina no era conflictiva, era una señorita».

Femicidio de Agustina Fernández en Cipolletti: qué se sabe del hecho


Agustina Fernández tenía 20 años y había llegado a la ciudad en marzo de 2022 para estudiar medicina. Su familia le había alquilado un departamento en un complejo de la zona este de Cipolletti. Ella vivía sola pero había generado un vínculo de amistad con Pablo Parra, un trabajador petrolero que casi la doblaba en edad. 

Como él vivía en el mismo complejo le empezó a ofrecer compañía y ayuda con intenciones de conquistarla. De hecho se supo que le había regalado un anillo de compromiso y que la había invitado a un viaje a la cordillera para el fin de semana largo siguiente.

La joven lo rechazó y el día del ataque estuvo con otro muchacho que había conocido en un bar. Para la fiscalía Parra entró en ira por ese encuentro. Ese mismo día, él la invitó a su departamento y la dejó sola con la excusa de buscar helado.

Siempre según la investigación de la fiscalía, el atacante regresó y entró por el paredón. Un pedazo de su ropa quedó en la concertina, al igual que las huellas de su pisada en el patio. Allí se produjo una discusión, ella intentó irse pero él le destruyó la mano de un portazo. Y la golpeó fuertemente en la cabeza. Después simuló un robo y volvió a escaparse por el mismo lugar.

Agustina agonizó con muerte cerebral hasta que en los días posteriores donaron sus órganos.

El caso generó un sinnúmero de especulaciones, con varios sospechosos y hasta un identikit que no arrojó resultados. Finalmente en diciembre del año pasado, el fiscal Martín Pezzetta consiguió la orden para allanar la casa de Pablo Parra y detenerlo.


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