Las manchas de sangre y los audios de WhatsApp acorralaron al sospechoso del femicidio en El Bolsón

La fiscal jefa señaló las evidencias recolectadas para sostener la imputación de Julio César Gutiérrez como autor del homicidio agravado de su pareja Carolina Calfular.

En la comisaría 12 de El Bolsón recibieron un mensaje antes de las 9 del jueves procedente de la unidad policial de Belisle. Allí se había presentado un joven que pedía ayuda urgente para su hermana Carolina Abigail Calfular, que estaba en peligro en un domicilio de la localidad cordillerana. Casi a la misma hora había entrado un llamado al 911 de un vecino que alertaba de una situación de violencia en la misma dirección.

Por eso, dos policías fueron hasta la vivienda, ubicada en la calle Inacayal 786 de El Bolsón. Golpearon las manos en el exterior y desde el domicilio salió Julio César Gutiérrez. Los empleados policiales le preguntaron por su pareja. Respondió que no estaba, que se había ido porque habían terminado la relación. Explicó que la joven había ido a buscar ayuda a la iglesia.

Los policías escucharon las explicaciones, pero el visible nerviosismo de Gutiérrez alimentó las sospechas. Le pidieron que se identifique con su documento. Gutiérrez volvió a la vivienda y salió con dos celulares y su DNI.


"¡La chica está muerta!"


Los policías observaron que el hombre tenía manchas de sangre en la ropa y las sospechas dejaron paso a la preocupación. Además, advirtieron manchas hemáticas en un escalón en el acceso a la vivienda y decidieron actuar.

Le indicaron a Gutiérrez que se quedara quieto porque iban a constatar el lugar. Hicieron dos o tres pasos en dirección a la vivienda y el hombre reveló: “¡La chica está muerta!”

La fiscal jefa Betiana Cendón relató la secuencia de lo que ocurrió en el domicilio donde asesinaron a Carolina la mañana de este jueves 13 de febrero, en la audiencia de formulación de cargos contra Gutierrez, que se hizo esta tarde de viernes, en los Tribunales de Bariloche.

Julio César Gutiérrez permaneció sin levantar la mirada durante casi toda la audiencia de formulación de cargos. (foto Marcelo Martínez)

La brutal agresión que desencadenó en el femicidio


Cendón atribuyó a Gutiérrez haber cometido el femicidio de quien era su pareja. Dijo que convivían desde el domingo 9 de febrero último. Indicó que el imputado la agredió en la calle, frente al domicilio. Allí, la sujetó del cabello y la condujo por la fuerza arrastrándola hacia el interior de la vivienda.

La hipótesis de la fiscalía es que en la casa, el acusado le dio golpes de puño en el rostro y en el cuerpo. Y además la golpeó con un caño de gas en la cara y la cabeza.

Según el informe preliminar de la autopsia, la joven sufrió fractura de huesos de su rostro y la destrucción de los glóbulos oculares, de la nariz y de la boca. Casi en forma simultánea, el agresor la sujetó del cuello para asfixiarla.

Cendón reveló que la víctima alcanzó a enviar un mensaje de audio de WhatsApp en el que grita por ayuda y se escuchan unos golpes.

Dijo que el médico forense determinó que la muerte pudo haber ocurrido por los golpes que sufrió en su rostro y la cabeza o por la asfixia. Carolina tenía 25 años.

La fiscal jefa Betiana Cendón relató el hecho que le atribuyen al imputado y que calificó como femicidio. (foto Marcelo Martínez)

El dolor desde la primera fila


El padre y dos hermanos de la víctima, que viajaron desde el Valle Medio, estaban sentados en la primera fila de la sala de audiencias. Escuchaban, indignados, el relato del tormento que sufrió Carolina. No podían creer la saña de Gutiérrez con la joven, indefensa.

Uno de los hermanos no podía contener su bronca y angustia. Se lo percibía destrozado. Él había trasladado el domingo último a Carolina desde Chimpay hasta El Bolsón para vivir con Gutiérrez.

La joven había conocido al hombre, de 31 años, en las redes sociales. Gutiérrez le había pintado un mundo ideal. Para Carolina representaba salir de su pueblo para ser feliz en la comarca andina. Fue todo un espejismo.

El padre movía la cabeza incrédulo de tanta maldad contra su hija. Estaba a menos de cuatro metros del hombre que había conocido semanas atrás. Ese hombre, oriundo de Coronda, Santa Fe, le había jurado cuidar a Carolina y hasta le había anunciado su intención de casarse con ella.

Por eso, los tres sintieron un mínimo de alivio ante tanto dolor, cuando Cendón avisó que el delito del femicidio se castiga con la prisión perpetua.

El juez de garantías de Bariloche Juan Pablo Laurence admitió los cargos que la fiscalía le atribuyó al imputado y le impuso cuatro meses de prisión preventiva. (foto Marcelo Martínez)

El imputado ejerció su derecho de no declarar por ahora


Gutiérrez escuchó la acusación fiscal sin levantar la mirada. Solo esbozó un monosílabo cuando el juez Juan Pablo Laurence le preguntó si había comprendido el hecho que la fiscalía le atribuía. “Sí”, dijo con voz débil.

Cendón expuso las evidencias que habían recolectado desde el jueves hasta el momento para sostener los cargos. Mencionó el acta de procedimiento policial, declaraciones de testigos, mensajes y audios de WhatsApp enviados por la víctima a sus hermanos, el informe del gabinete de Criminalística en el domicilio del crimen y el informe preliminar de la autopsia, entre otras pruebas que comprometen al sospechoso. Pidió al juez cuatro meses para avanzar con la investigación.

El imputado estuvo asistido en la audiencia por el defensor público Marcos Miguel. (foto Marcelo Martínez)

La defensa no se opuso a la imputación


El defensor oficial Marcos Miguel explicó que viajó el jueves, junto a Cendón desde Bariloche hasta El Bolsón apenas tomaron conocimiento del presunto femicidio. Dijo que dialogó con el acusado mientras estuvo detenido en la comisaria de El Bolsón. Después, fue trasladado hasta esta ciudad. Miguel no se opuso a los cargos contra Gutiérrez. Tampoco, al plazo de la investigación solicitado por la fiscalía.

Laurence controló la legalidad de la formulación de cargos y aceptó la imputación fiscal. Habilitó que el caso se investigue por cuatro meses.

Cendón pidió que el imputado permanezca detenido durante ese plazo con prisión preventiva. Aseguró que existe riesgo de fuga en caso de que recupere la libertad y de entorpecimiento de la investigación, porque podría presionar a testigos que tienen que comparecer. El defensor oficial no se opuso. Dijo que Gutiérrez estaba de acuerdo con permanecer detenido.

El juez ordenó que el imputado permaneza con prisión preventiva durante cuatro meses en el penal de Bariloche o donde el servicio penitenciario de la provincia lo disponga.

Cuando finalizó la audiencia, varios policías se pusieron delante del imputado para retirarlo esposado de sala y evitar un posible incidente. “¡Vos vas a estar adentro y yo afuera, acordate!”, le advirtió un hermano de la víctima al acusado.

Fue el hermano que había trasladado a Carolina hasta El Bolsón, con el sueño de iniciar una nueva etapa. Él recibió el último audio de WhatsApp de su hermana alrededor de las 9 de este jueves: “Si yo no contesto, llamá a la Policía”


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