Rechazan reclamo del líder de una secta imputado de trata de personas por malas condiciones de detención en Rawson

La Cámara Federal de Roca confirmó lo resuelto por el juez subrogante de Bariloche que había rechazado el habéas corpus interpuesto por el defensor del imputado, que cumple prisión preventiva en un penal de Chubut. Denunció que no recibía atención médica, ni comida adecuada a sus patologías, ni traductor para comunicarse. Tampoco ropa de abrigo.

El habeas corpus por las malas condiciones de detención en el penal federal de Rawson, Chubut, del ciudadano ruso, Konstantin Rudnev, que está imputado de encabezar una organización internacional dedicada a la trata de personas con fines de explotación sexual y reducción a la servidumbre, no tuvo eco en la Cámara Federal de Apelaciones de Roca.

El juez federal subrogante de Bariloche Gustavo Zapata lo había desestimado en primera instancia porque advirtió que ese juzado era incompetente para entender en el reclamo del detenido.

El defensor particular de Rudnev, señalado como supuesto líder de una secta que operaba en Bariloche, recurrió a la Cámara para que revisara lo resuelto por Zapata. Pero el planteo fue desestimado por los camaristas Mariano Roberto Lozano y su par Richar Gallego, que confirmaron la decisión del juez subrogante.

“Se advierte que asiste razón al magistrado subrogante en cuanto a la incompetencia decretada en razón del territorio respecto del reclamo del letrado Mazzoccone por las condiciones actuales de detención en las que se encontraría alojado (Konstantin Rudnev) en la Unidad 6 del SPF de Rawson y, por ello, la decisión venida en consulta será homologada”, afirmaron en la resolución que dictaron el 15 de este mes a la que Diario RÍO NEGRO accedió. Y citaron jurisprudencia de la Corte Suprema de Justicia de la Nación.

En consecuencia, el reclamo del detenido deberá presentarse ante el juzgado federal correspondiente de Chubut.

El defensor de Rudnev denunció en el habeas corpus que su asistido requería de atención médica urgente e inminente a raíz de una serie de patologías que padecía y que detalló ampliamente.

Señaló además que Rudnev padecía de hipermetropía severa, lo que le impedía desarrollar tareas cotidianas básicas sin el uso adecuado de gafas, por lo que la falta de ellas no solo agudizaba su malestar general, sino que también dificultaba su capacidad para acceder a la atención médica adecuada, leer documentos e incluso comunicarse de manera efectiva dentro del establecimiento penitenciario.


Varios reclamos y la falta de contacto con su pareja


El defensor indicó que la alimentación proporcionada en el penal al detenido “era inadecuada, no acorde a sus patologías y sin cumplir con los requerimientos médicos específicos para su enfermedad, así como que no se había permitido que sus allegados le suministrasen alimentos convenientes para su dieta”.

Sostuvo que el detenido carecía de ropa de abrigo, lo que agravaba aún más su situación. Recordó que el detenido no habla ni comprende el idioma español, lo que le impide comunicarse de manera adecuada con el personal penitenciario.

Denunció que no había recibido asistencia de intérpretes o traductores dentro del penal para poder acceder a atención médica o participar en entrevistas psicológicas, lo que le provocaba un deterioro emocional evidente. Dijo que su situación se empeoraba por la falta de contacto afectivo con su pareja.

El defensor alegó que las condiciones en las que se encuentra Rudnev “actualmente en el transcurso de su encierro preventivo, constituyen una violación directa de este precepto constitucional, al configurarse una modalidad de privación de libertad que no protege su salud ni física ni mental, ni su bienestar, sino que los deteriora con cada día que transcurre”.


Corresponde al juzgado de Rawson


El juez subrogante de Bariloche sostuvo que la competencia para entender en el habeas corpus correspondía al Juzgado Federal de Primera Instancia de Rawson, según la normativa vigente.

Sostuvo que aún cuando Rudnev se encontraba detenido en una causa en trámite ante la Unidad Fiscal Descentralizada de Bariloche, “lo cierto era que los motivos por los cuales el letrado del nombrado entendía que se hallaban agravadas sus condiciones «de libertad», transcurrían todas por presuntas omisiones de la Unidad 6 «Rawson» del Servicio Penitenciario Federal donde estaba alojado”.

Zapata señaló en su resolución que “el incumplimiento de un régimen alimenticio” acorde a las patologías del detenido, “la posibilidad de ser asistido por su grupo familiar, la entrega de ropa de cama adecuada al clima imperante en la zona, la asistencia de intérpretes en la unidad y el acercamiento con su pareja S., o al menos los canales necesarios para que ello ocurra, se tratarían de omisiones producidas en la cárcel en la cual se encuentra cumpliendo prisión preventiva Rudnev”. Y recordó que esa unidad carcelaria “es ajena a la competencia” del juzgado de Bariloche.


La acusación fiscal contra el ciudadano ruso


La fiscalía federal le atribuyó a Konstantin Rudnev ser el líder de una organización criminal transnacional de carácter coercitivo que, con fines de trata sexual y reducción a la servidumbre, captó a una joven embarazada que una mujer, miembro de la organización, trasladó desde Rusia hasta la Argentina.

Según la fiscalía de Bariloche, que investiga el caso, la joven y su acompañante entraron el 9 de enero pasado al país.

En las audiencias que se hicieron el 4 y 5 de abril pasado, en el juzgado federal de Bariloche ante el juez subrogante Gustavo Zapata, la fiscalía relató que el imputado pagó los gastos del viaje de la embarazada, de 22 años, que después se radicó en Bariloche.

En marzo pasado, la joven concurrió al hospital Ramón Carrillo de esta ciudad, acompañada de mujeres rusas que la vigilaban de cerca. La situación llamó la atención de personal médico que avisó a las autoridades judiciales. La joven dio a luz a su hijo el 21 de marzo en el hospital local.

Según la teoría fiscal, Rudnev pretendía anotar ese bebé como su hijo para acceder a la nacionalidad argentina y tramitar además la residencia brasileña. Así, podría residir en los dos países, donde la secta se asentaba.

Además de Rudnev hay otro varón y 19 mujeres imputadas, en su mayoría de nacionalidad rusa. Zapata ordenó que esas 20 personas sospechadas recuperen la libertad, tras las audiencias, pero siguen vinculadas a la investigación. Según la fiscalía, Rudnev fue condenado a 11 años de prisión por abuso sexual en Rusia.


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