«Agostina no concebía la maldad, eso la llevó a conocer gente que no debía»

Conmovedor testimonio del padre de la víctima del femicidio. Por primera vez se conoce de manera pública cómo era la joven víctima de la banda de Juan Carlos Monsalve, autor confeso.

«La última vez que la vi a Agostina fue dos días antes (del femicidio). Pasamos un rato juntos caminando por el centro de Cipolletti, compramos un par de zapatillas. Al otro día temprano por la mañana, estoy hablando del día anterior a que pasara esto, me mandó un mensaje de texto agradeciéndome la tarde linda que habíamos tenido. No me agradeció por las zapatillas, sino por la tarde linda que habíamos pasado. Esas eran las cosas que ella valoraba».

Leonardo Gisfman, el padre de Agostina, fue el primer testigo en el juicio por jurados contra los acusados de asesinarla el 14 de mayo del año pasado. Brindó, por primera vez, un perfil de la joven de 22 años, que es una víctima casi desconocida para la opinión pública.

«Siempre intenté resguardar su intimidad. Agostina era muchísimo más que estas malas decisiones que tomó, y que representan el uno por ciento de lo que era como mi hija, como mujer», señaló.

Dijo que la víctima, madre de una niña de 2 años y medio, «no sabía medir en términos de maldad», lo cual «no le permitió valorar las cosas que había detrás de las relaciones nuevas que estaba creando; que la estaban llevando a vivir cosas que no la representaban; y la fueron metiendo en un mundo en el que por momentos no podía salir; y a conocer un montón de personas que no debería haber conocido; y vivir cosas que no debería haber vivido; y aprender cosas que no debería haber sabido».

El fiscal jefe Agustín García, en su alegato de apertura, no le ocultó al jurado popular que Agustina consumía sustancias y ocasionalmente tenía sexo por dinero. Al mismo tiempo dejó claro que no por eso merecía la muerte que sufrió a manos de Monsalve y sus cómplices.

La víctima estaba casada con Martín Díaz, padre de su hija, quien se presentó como querellante y asiste a las audiencias.


Creativa y bondadosa


Agostina tenía 22 años y una hija de un año y medio.

Leonardo Gisfman, al declarar este martes, indicó que «no entendíamos qué estaba pasando, nos costó tiempo darnos cuenta de que estaba abusando de sustancias, que no estaba bien, que se estaba enfermando».

Señaló que «desde muy chiquita fue muy creativa» y tenía «una bondad que no le permitía, en muchas oportunidades, dimensionar la maldad».

«Tenía conexión con la gente, era todo corazón, necesitaba estar en contacto y en diálogo permanente con los chicos, y esa era la clase de rebeldía que nos presentaba», recordó.

Luego ingresó «en un camino de autodestrucción». Relató su peregrinar por instituciones, sus rehabilitaciones y recaídas, hasta que llegó un momento en que «ella no quiso, o no pudo, darse un marco más fácil».

El hombre, que siempre mantuvo un perfil bajísimo y jamás se expuso a los medios, aclaró que no presenciará el juicio. «No tenemos nada que ver con la magnitud de la maldad que se maneja en esos ámbitos», explicó.


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