Karen Hallberg, de Bariloche a la Academia de Ciencias de América Latina

Es doctora en Física y recientemente fue nombrada miembro de la organización que agrupa a unos 250 profesionales de 17 países. Su mirada de la ciencia y los desafíos actuales.

Su dedicación de años a la investigación de las propiedades cuánticas de los materiales y la docencia en el Instituto Balseiro no le impiden reflexionar sobre la ciencia y la tecnología como un todo, y en su aporte indispensable a al desarrollo del pensamiento crítico y a la generación de “una cultura de confianza”.

Esas y otras inquietudes influyeron seguramente para que Karen Hallberg resulte admitida como nueva miembro de la Academia de las Ciencias de América Latina, una organización con sede en Caracas que agrupa a unos 250 profesionales de 17 países, 80 de ellos argentinos.

Hallberg es doctora en física y recibió ya numerosas distinciones en el país y el exterior, entre ellos el premio L´Oreal-Unesco “Por las mujeres en la ciencia”.

Poco después de enterarse de su admisión en la ACAL le dijo a este diario que “los reconocimientos siempre dan energía para continuar” y subrayó que los toma como un logro colectivo. “La ciencia es una actividad de muchas personas, el conocimiento se construye como una pared, ladrillo sobre ladrillo”, aseguró.

También dijo que lo interpreta como un reconocimiento “a la educación pública argentina”, ya que su formación incluye el paso por escuelas primarias y secundarias de Jujuy, la Universidad Nacional de Rosario y luego el Instituto Balseiro.

Aseguró que la ACAL “es muy importante lograr sinergias regionales en la investigación y el desarrollo científico-tecnológico.

Consideró que en adelante podrá sumarse al trabajo conjunto para aportar a “una mejor planificación y eficiencia en el uso de los recursos humanos, de equipamiento y de fondos”.

Dijo que además la Academia es fundamental para aumentar el «protagonismo de la ciencia en la región, tanto como parte de nuestra cultura, como para aportar a la toma de decisiones”.

Hallberg opinó también sobre la pandemia de corona virus y los profundos cambios que generó tanto en el campo de la ciencia como en la cuestión social y hasta la educativa.

“Estamos viviendo un momento único, impensable para la mayoría, La única forma de salir es mediante acciones conjuntas. Esta pandemia nos mostró la importancia de pensar colectivamente”, aseguró.

Y puso el foco también en las consecuencias no deseadas de cierto tipo de desarrollo. “Tenemos que ser conscientes de que nuestras acciones pueden tener consecuencias en otras personas y en el ambiente y la naturaleza -dijo Hallberg-. La información que circulamos puede afectar a la gente en cualquier rincón del planeta. Cuanto más conectados, más responsables debemos ser”.


La ciencia en Argentina


Valoró además que la emergencia sanitaria haya permitido comprobar “la relevancia del desarrollo científico argentino”, con investigadores y laboratorios nacionales que desarrollaron test de anticuerpos y del corona virus en poco tiempo, lo cual “demuestra la importancia de contar con un sistema científico tecnológico a la altura del conocimiento más avanzado”.

Agregó que para que la Argentina se desarrolle “los gobiernos deben tomar mucho más en cuenta el conocimiento para la toma de decisiones”. Y destacó que aun con altibajos la ciencia y la tecnología en el país “han sido fundamentales para poder sortear los momentos con menos recursos”.

Hallberg dedica parte de su tarea profesional a la formación de nuevos científicos en el Balseiro. Dijo que “la interacción personal con los alumnos es muy importante para poder discutir más profundamente los conceptos, para que puedan hacerse todas las preguntas y para compartir ese hermoso momento que es la transmisión del conocimiento”, pero sostuvo que el avance de las formas virtuales también aportan elementos indispensables y “la información que está disponible en la web hay que saber aprovecharla”.

Admitió que en el país “hay relativamente pocos estudiantes de ciencias e ingenierías” y una razón puede ser la escasez de empresas de tecnología. “Pero la situación tiene que ir cambiando a medida que los jóvenes se vayan dando cuenta que sólo nos vamos a desarrollar con ciencia y tecnología”, apuntó.

La nueva académica latinoamericana registra también una amplia trayectoria en campañas y conferencias relacionadas con la ética en ciencia y tecnología, integró un grupo de trabajo especifico con otros científicos de Bariloche y actualmente integra el Comité de Ética en Ciencia y Tecnología que depende del ministerio nacional del área. Dijo que esas cuestiones, así como “la responsabilidad social de los científicos”, se vuelven cada vez más relevantes, con sólo pensar -por ejemplo- “en la ética de la inteligencia artificial y el big data”. Señaló que es un tema “para hablar mucho” e intenta hacerlo en forma permanente con estudiantes y colegas.


Celulares, computadoras y cámaras


Karen Hallberg investiga actualmente sobre las propiedades cuánticas de la materia, una especialidad de la física de importancia crucial en las nuevas tecnologías de la comunicación.

Y lo explica así: “Con mi grupo estamos interesados en entender cómo se comporta la naturaleza a nivel atómico y para eso desarrollamos códigos numéricos para calcular y modelizar la física de ciertos materiales. Nuestras teorías intentan explicar experimentos realizados en el laboratorio y predecir comportamientos novedosos.

Por ejemplo, el funcionamiento de los nuestros celulares está basado en el comportamiento de los electrones en los materiales (que se llaman semiconductores, los famosos transistores) de los teléfonos. Gracias a la física cuántica, que no es algo nuevo (fue descubierta hace más de 100 años), estos electrones no pueden tener cualquier energía y por ésto se puede digitalizar (poner en ceros y unos) toda la información. Es la base de la electrónica moderna. También la camarita del celular usa tecnología CCD, basada en el efecto fotoeléctrico (que le mereciera el Nobel de Física a Einstein a principios del siglo pasado). Ahora estamos viviendo un boom de la tecnología cuántica, por ejemplo en todos nuestros dispositivos (computadoras, teléfonos, TVs), en medicina (la resonancia magnética, la tomografía), en telecomunicaciones (láser, tecnología digital, internet, GPS). En definitiva, saber sobre el comportamiento cuántico de la materia es fundamental para entender el mundo y para desarrollarnos”.


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