La crisis de la Bundesliga y el futuro de la FIFA

EZEQUIEL FERNÁNDEZ MOORES

El fútbol argentino atraviesa horas de definiciones dentro y fuera de la cancha. Y el fútbol mundial, escribo este texto desde Europa, atraviesa horas aún más cruciales. No hablamos de títulos, claro, porque sus campeonatos están en primera rueda. Hablamos de lo que sucede fuera de la cancha. Porque la crisis sin precedentes de la FIFA dejó al fútbol sin timón. Porque el hombre destinado a suceder a Joseph Blatter, Michel Platini, está en un callejón sin salida. Y ninguno de sus sucesores parece tener número suficiente de votos que den autoridad a un eventual mandato. Y porque, además, la Liga que parecía modelo dentro de Europa atraviesa también una fuerte crisis interna. Hablo de la admirada Liga alemana. Admirada porque sus estadios lucen llenos, porque sus clubes deben tener más del cincuenta por ciento de su propiedad en manos de los socios, porque sus finanzas están ordenadas y porque, además de todo eso, gana. Es el último campeón mundial. Pero el barro de la FIFA sacudió también a Alemania, acusada ahora de comprar votos cuando ganó la sede de su Mundial de 2006. “La caída”, dice en su última tapa el semanario Der Spiegel. Colegas alemanes me dicen que, más temprano que tarde, habrá recambio de autoridades. Por un lado, resulta aleccionador para el Primer Mundo darse cuenta que la corrupción no es patrimonio del Tercer Mundo. Pero, por otro lado, hay que decir que no es bueno para el fútbol que la crisis arrastre al modelo alemán. Porque en Europa el otro modelo es el de la Premier League inglesa, con sus clubes en manos de magnates y jeques, sus planteles repletos de jugadores extranjeros, sus boletos carísimos y su selección devaluada y eliminada en primera ronda de Mundiales. Cuando la dirigencia política cede espacios, esos espacios pasan a ser ocupados por el poder económico. Alemania es un modelo, Inglaterra otro. Sudamérica mira cada vez más desde lejos. Por muerte, corrupción o cárcel su vieja dirigencia, que tenía peso internacional, pasó a retiro. Y la nueva carece de influencia en el gran escenario. La Conmebol votó en la elección de mayo pasado al príncipe jordano Alí y se aprestaba a votar por Platini para los comicios de febrero próximo. ¿Mantendrá su voto pro-UEFA si en lugar de Platini queda firme la postulación del suizo Gianni Infantino, secretario general de la Confederación europea? El postulante que mejor conoce y más aprecia a la Conmebol, no tengo dudas, es el francés Jerome Champagne, que no tiene apoyo de la UEFA, pero sí de países europeos. Ninguna Confederación vota hoy en bloque. Pero así está hoy el fútbol mundial. Viendo quién será el nuevo dueño de la pelota.

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