La cuarentena tuvo grandes perdedores y pocos ganadores en Río Negro

Los sectores del turismo, la construcción y petróleo tuvieron las bajas mayores. Solo la actividad agropecuaria pudo con el aislamiento y la inflación. La actividad comercial arrojó altibajos.

En abril la actividad económica rionegrina tocó el punto más bajo de su corta historia. A partir de allí se observa una mejora en los meses subsiguientes, pero lejos está todavía de lograr el nivel con el que cerraron los números hacia fin del año pasado.


La caída económica se reflejó en la recaudación provincial. En mayo bajó un 11% y fue el peor mes. En junio existió un repunte y julio lo consolidaría, pues Ingresos Brutos sube cerca del 23%.


Hay dos indicadores para poder llegar a estas conclusiones. El primero corresponde a los datos declarados por los actores de las actividades, que posibilitan sus liquidaciones para la Agencia de Recaudación. El otro se reduce al cumplimiento tributario, que ciertamente es relativo ya que se pueden declarar y, posteriormente, puede no pagarse.

Foto: Marcelo Ochoa.

Tomando como referencia estas variables, el movimiento de abril -que se refleja en los registros tributarios de mayo- fue en términos nominales 5% inferior a su similar del año pasado. En términos reales, tomando como referencia la inflación interanual, el desplome observado es muy importante.

Esos datos detallan que hay actividades con mayores caídas, como el turismo -incluye gastronomía- que registró un desplome de la actividad del 60%, seguida por las bajas en la construcción y el sector petrolero, con el 47% y 39% respectivamente.


El único sector ganador en la cuarentena fue la “actividad primaria”, cuya liquidación creció en un 49%. En cambio, su pago tributario subió el 17%. La diferencia responde que gran parte de la actividad está exenta, esencialmente a partir del 2020.


Otras mermas, aunque menores, registraron los servicios y, en aún menor medida, la industria. Estos impactos son igualmente duros cuando también se los comparan con sus pares interanuales, pues sus resultados nominales negativos se potencian con una inflación anual del 42%.

Este componente licúa la evolución nominal en los comercios, los servicios públicos y los negocios financieros.

La actividad primaria -centrada en el sector agropecuario- es la única que podría considerarse ganadora de la época. Mostró un crecimiento interanual en términos nominales del orden del 49%. Con la inflación, la mejora se reduce al 7%.

Foto: Marcelo Ochoa.

Cabe mencionar que la liquidación que se registra en las arcas públicas rionegrinas en mayo refleja el movimiento de la actividad económica ejecutada en abril, cuando el aislamiento social en Río Negro fue masivo.
En líneas generales, la actividad económica en Río Negro en mayo informó de un movimiento 5% inferior, en términos nominales, cuando se toma en cuenta lo declarado impositivamente.

En concreto, el único rubro que evidenció cierta recuperación fue el primario, sostenido fundamentalmente con la producción frutícola y ganadera. Su movimiento creció un 49% aunque su alza en lo impositivo solamente alcanzó el 17%. Esta diferencia entre facturado y tributado se da por el alto nivel de exención actual.


Comercio subió su actividad un 27%, con un contrasentido en la cuarentena. No creció más en los negocios de barrios sino en los hipermercados, a pesar del llamado a concurrir a los comercios de proximidad. Una explicación: el aumento de la venta no declarada.


Otro de los segmentos que mostró cierto crecimiento nominal -no real- fue el comercio mayorista y minorista ligado a los alimentos. La estadística oficial refleja una suba del 27% interanual sobre este sector. La apertura de ellos se mantuvo en los considerados esenciales, incluso hay rubros con crecimientos mayores. Figura una tendencia aparentemente contradictoria: las subas superiores aparecen en los grandes supermercados cuando la propuesta gubernamental y la lógica del aislamiento indicaba las concurrencias mayores a los negocios de proximidad y de barrios. Parte de esa situación respondería a un aumento de la venta no declarada.

Los servicios públicos -entre los que se encuentran el gas, la electricidad y el agua, entre otros- acusó un alza del 21% interanual y, evidentemente, la cuarentena de abril también impacto en la actividad financiera, cuyo crecimiento interanual fue del 5% cuando el registro de marzo consignó una suba del 25%.


Los perdedores


Claramente, el turismo, la construcción y el sector petrolero fueron grandes perdedores durante la cuarentena. Las tres actividades pasaron de un 25% al 15% de participación, siempre comparando liquidaciones interanuales.
La información registrada de turismo concentra hoteles, gastronomía, agencias de viajes, transporte, alquileres. Estos sectores bajaron sus movimientos en un 60% nominal, que ya es ruinoso más allá de la necesaria ponderación inflacionaria.

La construcción privada se derrumbó, pues bajó en un 47% en comparación a los registros de mayo del 2019. El índice oficial estuvo en el 48,6% negativo, con una suba en el costo del 40,8% en igual período.

El sector petrolero tuvo su propio desplome de un 39%. En su caso, dos elementos colaboraron con la caída: la reducción en la producción y la baja del valor internacional del petróleo.

Los servicios contienen -mayormente- las actividades liberales, entre otros, de los profesionales. Su participación en la economía rionegrina ronda el 25%. Pero, su inactividad en la cuarentena fue importante y se refleja con una baja interanual del 20%


Formá parte de nuestra comunidad de lectores

Más de un siglo comprometidos con nuestra comunidad. Elegí la mejor información, análisis y entretenimiento, desde la Patagonia para todo el país.

Quiero mi suscripción

Comentarios