La educación, clave para evitar perros agresivos

Conocer los motivos que generan conductas agresivas y abordar un correcto adiestramiento son cuestiones que suelen dejarse de lado, advierte el educador canino Javier Campbell.

La educación es una responsabilidad que debe tomarse en cuenta al integrar un animal a la familia y, en muchas ocasiones, depende de esa responsabilidad y de la enseñanza el comportamiento de estos seres tan nobles, pero cánidos por naturaleza.

Las conductas agresivas en la mayoría de los casos se debe a la mala enseñanza o adiestramiento por parte de la persona responsable.

“La educación canina también es parte de la tenencia responsable, además de importante para evitar problemas futuros”.

Javier Campbell, educador canino de Roca.


Dicho esto, ¿existen motivos para que un animal manifieste una conducta agresiva? Para el educador canino roquense, Javier Campbell, se trata de un asunto complejo. Según el experto, primero debemos saber que hay diversos motivos por los cuales nuestro perro puede reaccionar de forma agresiva y el más común es el miedo.
Muchas veces malinterpretamos a nuestro perro y creemos que es super malo porque quiere morder a la gente o pelear con sus iguales y no nos damos cuenta que en realidad es miedoso y por eso intenta agredir al estímulo que le provoca temor”, asegura Campbell.


Otro motivo puede ser por tratar de mantener su status social – señala – y esto sucede cuando fallamos en su educación, o en muchos casos, ni siquiera se ha tomado el trabajo de hacerlo. “La tenencia responsable no solo abarca su alimentación, salud y ponerle un chapita con el nombre como creen algunos tutores. La educación es muy importante, para no lamentar este tipo de problemas a futuro”, afirma.

Los perros necesitan saber que rol ocupan en su medio donde viven.


Un tercer motivo puede ser el dolor. “Si repentinamente observamos que nuestro perro se torna agresivo, se debe consultar al veterinario de confianza para ver si caso no se trata de un problema de salud que lo genere”, indica.
El cuarto motivo, sostiene Campbell, agrupa una serie de recursos en los cuales el animal puede agredir por territorio o defensa (tanto de su descendencia como la familia, agresión sexual por apareamiento, posesión de objetos de importancia para él, como juguetes, alimento y agua). “En estos casos debemos ser precavidos y no dejar ninguna de estas situaciones sin supervisión”, indica.


¿Cuándo sabemos que el perro tiende a ser agresivo? Cuando suceden estos comportamientos debemos tratar de conocer su forma de comunicarse –apunta el adiestrador. Por lo general, los perros advierten y dan señales antes de lanzar su boca para defenderse. Ejemplos claros son los gruñidos, mostrar los dientes, ladridos, tirar las orejas hacia atrás y abrir los ojos grandes, hacer sonar los dientes, marcaje con la boca sin herir, lanzarse hacia el estímulo sin morder, son las señales más comunes. “Si no hacemos caso a sus señales tendremos consecuencias graves”, advierte. “Si el perro tiene alguno de estos gestos por ningún motivo debemos retar o maltratar, porque lo único que lograremos es suprimir su manera de advertir al otro que no se acerque y este morderá sin previo aviso”.

La agresión hacia otros perros es una conducta que se puede evitar educandolo desde cachorro


Por último: ¿es el perro agresivo o el humano quien insta a ser agresivo? Esta pregunta es muy importante, remarca Campbell, porque la mayoría de los perros que terminan mordiendo es debido a un déficit de educación canina en los humanos, porque no sabemos cómo abordar la crianza, especifica y agrega: “Fallamos en su socialización, la jerarquización en la familia, no delimitamos espacios ni tampoco le enseñamos de forma positiva qué no debe hacer, al no poder encontrar otra alternativa a su educación”.


Para Campbell está demostrado que castigar para corregir alguna acción no soluciona nada, solo causa más temor y el perro miedoso e inseguro cuando se enfrenta a una situación donde tiene otras alternativas, reacciona de forma agresiva. “Si queremos evitar que nuestro perro tenga reacciones agresivas debemos saber que existen diversas estrategias y alternativas para cambiar este tipo de comportamientos que no requieren castigos”, afirma.


El educador aconseja que los paseos e interacciones deben ser de calidad y se debe prestar atención e interpretar adecuadamente su lenguaje corporal. Según el especialista, ellos nos advierten con anticipación cuando van a reaccionar de forma agresiva. Por lo tanto, evitemos forzar interacciones con estímulos, que le provoquen miedo. Si salimos a caminar debemos estar atentos a sus necesidades, como olfatear, actividad física, enseñarles a estar calmados. En algunos casos, el perro tiene una sobreexcitación importante, entonces no se debe sobre estimularlo con juegos, sino lograr su calma. En perros miedosos, se aconseja no cambiar su rutina de paseo ya que el cambio les produce mucho estrés porque está alerta y ante algún ruido repentino puede reaccionar mal. Implementar correa larga es muy útil, al sentir la necesidad de esquivar un estímulo negativo que provoca temor, caso contrario finalizará con agresión porque no la puede evadir”, concluye Campbell.


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