La escudería Williams está en venta

El alejamiento de su principal auspiciantes fue determinante para la decisión que tomó el legendario equipo de la Fórmula 1.

La escudería británica Williams, con la cual el argentino Carlos A. Reutemann fue subcampeón mundial de pilotos de Fórmula 1 en 1981, fue puesta hoy en venta de manera parcial o total a causa de la crisis económica que atraviesa y en especial después del alejamiento de su principal auspiciante.

Williams, considerado uno de los cuatro grandes equipos de Fórmula 1 junto con Ferrari, McLaren y Mercedes, comenzó a participar en 1977, en el Gran Premio de España, y ganó nueve títulos de constructores y siete de pilotos.

La pérdida inminente del patrocinador principal, Rokit, una empresa dedicada a la comercialización de teléfonos de bajo costo, fue el golpe final para la caída de Williams.

«Aunque todavía no se tomaron decisiones, para facilitar las conversaciones con las partes interesadas, la compañía anuncia el inicio de un proceso formal de venta», asegura un comunicado de la escudería.

Williams afronta la venta con la posibilidad de tener una participación minoritaria o, finalmente, la venta de una participación mayoritaria, incluida una venta potencial de toda la compañía. El equipo reconoce que aunque aún no hay una oferta formal de compra, sí hay conversaciones con diferentes y potenciales inversores.

La escudería en los dos últimos certámenes quedó en el fondo en la clasificación, con apenas 8 puntos en los dos años.

Reutemann integró la escuderíaWilliams entre 1980 y 1982, logrando tres victorias en Mónaco (1980) y Brasil y Bélgica (1981).

El argentino fue subcampeón mundial en 1981, a un punto del campeón brasileño Nelson Piquet, y perdió la posibilidad de quedarse con el título en la última prueba del certamen en Las Vegas, cuando la escudería no lo apoyó y si lo hizo con su compañero australiano Alan Jones, quien ganó esa prueba.

El equipo le dio la espalda a Reutemann en casi todo el certamen debido a que el argentino desoyó la órden de dejar ganar a Jones en Jacarepaguá, una situación que no causa arrepentimiento en el argentino quien asegura que «cuando pienso en eso recuerdo que, cuando era chico, tenía que ir a la escuela a caballo… y que llegué a ser piloto de Fórmula 1. Ese placer no me lo va a quitar nadie».


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