La historia de violencia machista detrás del crimen de la meseta de Neuquén

La mujer de 37 años denunció a su expareja casi cuatro meses antes de que ocurriera el asesinato. Una situación de extrema vulnerabilidad económica.

“A este lo lloras y a mi no”, le manifestó Matías Quiñiñir a su expareja mientras ella intentaba auxiliar a su amigo, Facundo Almirón, que había sido apuñalado y moriría inmediatamente. Casi cuatro meses antes del crimen la joven lo había denunciado por violencia machista en la Comisaría 20 de Parque Industrial y solicitó medidas de protección. “Me decía que me iba a hacer mierda”, declaró entonces ella.

Quiñiñir permanece detenido con prisión preventiva y fue acusado de asesinar a Almirón. Tiene 23 años, se encuentra desocupado y solo completó el nivel primario.

El 19 de octubre de 2019 la mujer de 37 años se presentó ante la policía, sostuvo que ese día él la había maltratado y que no era la primera vez que lo hacía. Aseguró que ambos “trabajaban en la basura”, una actividad precarizada y de enormes riesgos para la salud. Al finalizar la jornada discutieron y ella afirmó que “él se puso violento” y comenzó a insultarla.

Fecha

19
de octubre de 2019 la joven denunció a Quiñiñir en el contexto de la ley 2785. Dijo que ese día le había arrancado la puerta de la casilla dónde vivía con sus hijos.

Mencionó que allí Quiñiñir sacó la puerta de su casilla, que estaba atada con alambre. Ella pidió la prohibición de acercamiento y relató que hasta tanto pudiese reparar su vivienda se mudaría con sus hijos a lo de su padre, lo que revela la situación de vulnerabilidad económica en la que se encontraba.

Almirón mantenía una relación de amistad con la joven. El 10 de febrero pasado Quiñiñir los ve juntos: “Así te quería encontrar, te voy a quemar tu casilla”. Efectivamente fue quemada y posteriormente se produjo el crimen.

Para la defensora Verónica Zingoni se trató de una pelea entre ambos y por eso encuadra el caso como un homicidio simple. La fiscal María Eugenia Titanti investiga un femicidio transversal. ¿Qué significa? Su teoría del caso es que el acusado cometió el hecho para causarle sufrimiento a la joven.

Estos asesinatos se consideran que son perpetrados en un contexto de violencia de género, pues el fin último es perpetuar el sometimiento de la víctima, no a través de un acto directo que acabe con su vida, sino con la de alguien de su entorno afectivo, no necesariamente su actual pareja. Puede ser desde una amiga hasta hijos, sobrinos, abuelos.

En la formulación de cargos Titanti planteó que “todos le decían (a la joven) que lo dejara pero como tenía miedo desistía de cortar la relación”. No consta que haya recibido, al menos por ahora, acompañamiento de algún dispositivo del Estado durante el proceso de denuncia.


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