La histórica travesía de las peras de Río Negro que destruyeron en Barcelona

Lamentable resultó el destino que tuvo una partida de 370.000 kilos de peras enviadas para su comercialización a Italia en 1980. Tras un primer rechazo en un puerto peninsular por exceso de maduración de más del 30% de su contenido, el cargamento llegó a España en donde Samuel Bull SA, la empresa consignataria, siguió gestiones para el desembarco sin lograr buenos resultados.

Finalmente, las peras rionegrinas fueron decomisadas y la empresa contratada por la municipalidad de Barcelona las destruyó.

La desafortunada historia de la fruta valletana nace en marzo de ese año, en el puerto de Buenos Aires donde el buque Richard’S, de bandera española, zarpó llevando parte de la producción con destino a Italia. Tras cuarenta días de travesía, el mercante llega a Marina de Carrara. Allí comienzan las desgracias del cargamento, identificado como “Frutas selectas de Río Negro”.

La inspección de técnicos de la Aduana italiana produjo un dictamen categórico: a su entender, más del 30% de la carga no está en condiciones por exceso de maduración. El permiso de importación es cancelado.

El Richard’s cumplía una línea regular Buenos Aires – Italia – España, así que el capitán se vio obligado a zarpar hacia Barcelona con las peras. Al llegar a puerto, la empresa Samuel Bull SA, realizó gestiones con autoridades de la Aduana española siendo la primera, negativa. Fue entonces que se recurrió al ministerio de Relaciones Exteriores y se pudo obtener el permiso para descargar. Las peras del valle “pisaron” suelo español, pero la Dirección de Aduanas expuso que “puesto que no hay un propietario español, las peras no pueden salir del puerto”.

El intento de que fueran donadas a organismos de bien público fracasó. El 28 de abril de 1980 la carga tuvo como destino final el vertedero de residuos de Garraf, en los suburbios de Barcelona.