La inmigración en Argentina

La carta destacada

Es cierto que todos somos inmigrantes. Mis tatarabuelos llegaron a Buenos Aires en 1836. Venían del País Vasco trayendo algún dinero. Compraron una chacra y trabajaron la tierra, tuvieron doce hijos y muchos descendientes. Como tantos otros inmigrantes construyeron nuestra patria. Aportaron a la sociedad siete generaciones de argentinos. Hoy las cosas han cambiado, vemos extranjeros que llegan a nuestro territorio sin una moneda. Muchos rápidamente usurpan un predio, tienen un hijo argentino, hacen piquetes y exigen a las autoridades los derechos que les otorga la generosa Constitución Argentina en su artículo 14º “Todos los habitantes de la Nación gozan de los siguientes derechos conforme a las leyes que reglamenten se ejercicio a saber: de trabajar y ejercer toda industria lícita de navegar y comerciar, de peticionar a las autoridades de entrar, pertenecer, transitar y salir del territorio argentino…”, creada en tiempos donde era necesario poblar un desierto.

Si bien nuestra tierra sigue estando bastante despoblada, ha llegado el momento de crear nuevas leyes que regulen el ingreso de extranjeros mediante contratos previos de trabajo, como sucede en los países desarrollados. Deberíamos aceptar a los inmigrantes sobre la base de las necesidades laborales del país, respetando el espíritu de la Constitución.

Sin actitudes xenófobas, pero asegurando el cumplimiento de las leyes vigentes. Es necesario restringir el ingreso de aquellos que tengan antecedentes penales y repatriar a los que delinquen aquí. Necesitamos ciudadanos que quieran progresar mediante la cultura del trabajo en una sociedad que los recibirá con los brazos abiertos, como sucedía en el siglo XIX.

Eugenia Ledesma

DNI 30.174.912

Eugenia Ledesma

DNI 30.174.912