La obra de asfalto a Villa Traful, entre expectativa y polémica

Los trabajos sobre el acceso desde el este ya arrancaron. De todos modos, la idea es llegar por allí sólo hasta el río Minero. Hacia el oeste, la obra dejará conectada por asfalto la pequeña localidad con La Angostura, vía el camino de los Siete Lagos.

La respuesta a una añeja aspiración que podría darle a Villa Traful un fuerte impulso turístico y demográfico ya está en marcha, con el reciente inicio de la obra de pavimento de la ruta provincial 65, que garantizará la conexión hacia el oeste con el camino de los Siete Lagos.

El proyecto comprende un total de 34,4 kilómetros y también incluye un tramo extra desde la villa en dirección este, hasta el río Minero. Pero quedaron fuera de la licitación los casi 20 kilómetros entre el río Minero y Confluencia Traful, sobre la ruta nacional 237. El completamiento futuro de ese anillado asfáltico traería soluciones definitivas.

Aun así, la integración de Traful al Corredo de los Lagos quedaría asegurada y la obra iniciada hace ya un par de meses impondrá “un antes y un después”, según reconocen los trafulenses. Muchos vaticinan para la villa un crecimiento parecido al que tuvo La Angostura, cuando quedó vinculada por asfalto hace un cuarto de siglo.

El gobernador Omar Gutiérrez dijo que el proyecto para Traful es parte del “plan quinquenal” de su gobierno orientado a desarrollar “la matriz, energética, turística y productiva” de la provincia. Señaló que la conexión pavimentada permitirá incorporar a la pintoresca villa cordillerana en el entramado productivo de la provincia, “pero respetando el arraigo local”.

Gutiérrez reconoció que surgieron reparos entre algunos pobladores que dudan sobre los beneficios del asfalto, pero consideró que la obra “debe venir a sumar” y fue pensada para que no colisione “con la fisonomía, la historia y la identidad del pueblo de Traful”.

Así lo señaló el gobernador en diálogo con este diario durante su visita de la semana pasada a la localidad lacustre, donde encabezó una nueva fiesta aniversario. Refirió que la obra de la ruta 65 “es parte de un todo” con la circunvalación de La Angostura, la pavimentación de la ruta 23 entre Junín de los Andes y Pilo Lil y el nuevo puente sobre el río Malleo. “La conectividad aérea, digital y aérea son fundamentales para aprovechar el potencial como destino turístico de toda esta zona”, afirmó.

Inversión millonaria

La obra de Villa Traful es financiada por la Corporación Andina de Fomento, con repago enteramente a cargo de la provincia. El presupuesto es de casi 3.000 millones de pesos y la empresa ejecutora es CN Sapag.

Los primeros trabajos en el terreno comenzaron en mayo y entre septiembre y octubre la contratista puso en marcha los movimientos de suelo y los desmontes necesarios para garantizar el ancho requerido. El punto de inicio “elegido por los pobladores” (dijo Gutiérrez) es en el puente del río Minero, con avance hacia el oeste.

La obra ya empezó a alterar la vida cotidiana en la villa, donde es constante en estos días la circulación de camiones y grandes máquinas viales.

Las reacciones fueron de entusiasmo ante los cambios por venir, pero en proporción parecida muchos pobladores transmitieron dudas en relación a las consecuencias negativas de la mayor conectividad.

Lo resumió bien Carolina Paichil, titular de una pequeña despensa ubicada a un par de cuadras de la calle principal: “cualquier avance es bueno y en este caso traerá progreso, más turismo y más trabajo, sobre todo para los jóvenes. Pero también hay miedo de la gente a que le saquen su lugarcito y se vaya un poco la tranquilidad”.

Explicó que una de las preocupaciones tiene que ver con el acceso a la tierra, que siempre fue traumático en Traful, aun cuando era una aldea de unos pocos habitantes. Hoy son más de 1.000 y ya es difícil para una gran mayoría conseguir terreno propio. Lo mismo para el que pretende alquilar.

Paichil tiene 42 años es nacida y criada en Traful y pudo acceder a un lote social, porque comprarlo está fuera de su alcance. Admitió que a muchos les inquieta que con el asfalto “la especulación inmobiliaria va a ser todavía mayor”.

No muy lejos de su almacén está el taller de gomería de Honorio Fernández (55 años), quien comparte esa ocupación con un empleo en el EPEN.

“Crecimiento va a traer, aunque no sé si lo alcanzaremos a ver -reflexionó-. Para el que vive acá el asfalto es algo bueno porque entrar y salir con este camino rompe mucho los autos y lo mismo para los turistas. Hoy viene gente, pero hay muchos que se vuelven sin conocer Traful, porque con esta ruta prefieren no meterse”.

La villa está ubicada sobre la costa sur del lago que lleva el mismo nombre y tiene como localidades de referencia a La Angostura y a Bariloche, ambas a distancia bastante similiares, pero por caminos opuestos.

La obra les garantizará conexión por asfalto al cien por ciento con La Angostura. Pero viajar a Bariloche demandará todavía un extenso tramo de ripio.

Hay quienes suponen que esa diferencia podría alterar a futuro algunos hábitos.

Fernández dijo que él prefiere ir a la localidad rionegrina, que es mucho más grande que cualquiera de la zona, para las compras “porque es más barato”, mientras que por trámites o para ir al médico no tiene más remedio que viajar a La Angostura, donde están las oficinas públicas, el hospital y otros centros de referencia que, por ser de otra provincia, Bariloche no tiene.

Los trabajos se concentran por estos días en el ensache de la actual ruta de ripio (Fotos: Chino Leiva)

Cuestión de edad

Los jóvenes también enfrentarán un escenario distinto, tal vez con más posibilidades de trabajo, según reconoció Julieta Cuevas (24 años), quien hoy trabaja en un comercio céntrico luego de terminar el secundario en Traful y haberse instalado unos años en Bariloche para estudiar magisterio.

Es de las que creen que el pavimento llevará crecimiento y bienestar a la villa y que en pocos años generará “más cabañas, autoservicios, microemprendimientos y otras oportunidades de trabajo”, ya que hoy la localidad “no está preparada” para acoger el flujo de turismo que llegaría con la nueva infraestructura.

Pero reconoció que, como contraparte, se agudizará el problema habitacional, que hoy ya es muy grave, porque pocos tienen casa propia y “no hay alquileres permanentes”. Dijo por ejemplo que “las maestras tienen solo la residencia institucional, y no hay otras alternativas”.

Julieta es barilochense, vive desde los 4 años en Traful y conoce la mentalidad local como cualquiera. “Los jóvenes en general quieren el asfalto y lo ven bien, quieren que esto crezca. La oposición es más bien de la gente mayor, que prefiere mantener todo como está”.

Las bellezas naturales que rodean a Traful y las últimas obras en el embarcadero céntrico y el paseo costanero ya resultan hoy un atractivo en alza que convoca a miles de visitantes entre noviembre y marzo, pero muchos calculan que el asfalto será garantía de “turismo todo el año”.

Allí residiría uno de los cambios “de matriz” de los que habló el gobernador Gutiérrez, quien después de escuchar opiniones y comentarios durante la jornada festiva en la villa, reconoció que “el temor principal de algunos es que el asfalto funcione como puerta de entrada para los consumos problemáticos” y un mayor índice de delitos.

Talas en gran escala para abrir paso a la nueva ruta

Basta con recorrer la parte ya intervenida de la ruta provincial 65, entre Villa Traful y el puente sobre el río Minero, para tomar nota sobre las complejidades del proyecto, que requieren importantes tareas preliminares de desmonte y perfilado de taludes para “definir la subrasante” y garantizar el ancho de calzada requerido (unos 15 metros), antes de iniciar la colocación del pavimento.

Una veintena de máquinas viales, algunas movidas a oruga, una decena de camiones y hasta una chipeadora de material forestal trabajaban por estos días sobre el terreno donde correrá la ruta, donde había además unos 40 operarios.

Uno de los datos destacados es que en el equipo no faltan las mujeres, que se encargan del ordenamiento del tránsito, equipadas con casco reglamentario, banderillas y radio VHF.

La tala y remoción de árboles es uno de los cambios más visibles sobre la ruta, donde también será necesario retirar grandes piedras y trabajar sobre los rocosos faldeos de la montaña, tal vez con el uso de explosivos.

El jefe del distrito regional de Vialidad Provincial, Fabio Paredes, dijo que todos los cortes de árboles fueron habilitados por Parques Nacionales, que también deberá intervenir cuando los trabajos avancen desde Villa Traful hacia el este, donde el bosque es todavía más denso que del lado contrario.

Paredes dijo que el plazo original de obra planteado en el pliego es de 3 años, pero reconoció que difícilmente el pavimento esté listo para estrenar antes de 2025, “o tal vez 2026”.

De todos los consultados, fue el más optimista.

El propio gobernador Omar Gutiérrez subrayó que los tres años son un plazo mínimo y probablemente se estire.

Algunos pobladores de Traful hablaron de una obra de “ocho años” como horizonte realista, según estimación que atribuyeron a los operarios a cargo de la obra.

El responsable de Vialidad Provincial dijo que se trata de una zona “llovedora”, especialmente en la zona del arroyo Catarata, al oeste de la villa, y el paso El Portezuelo, ya en cercanías del empalme con Siete Lagos, que con una altura que supera los 900 metros sobre el nivel del mar recibe grandes nevadas.

Por lo cual será muy difícil avanzar con los trabajos en los largos meses de otoño e invierno, con las condiciones meteorológicas adversas.

Además, el proyecto comprende cuatro puentes de hormigón pretensado de doble mano (donde hoy hay puentes simples de hierro y madera), muchas alcantarillas nuevas, “obras de arte” para canalizar escorrentías y engavionados o camas de “piedra embolsada” en un 30% del recorrido.

Paredes dijo que no está confirmado que se necesiten voladuras.

“Tal vez la piedra que hay que sacar se pueda trabajar con medios mecánicos”, aclaró.

Hoy la ruta corre en algunas partes por desfiladeros muy estrechos y lograr el ancho exigido demandará trabajos de envergadura.

El directivo de Vialidad neuquina insistió en que los plazos de obra se pueden alterar “por el clima”, aunque no sería el único factor. Conjeturó que “también la economía puede influir, algún parate de obra si faltan recursos”.


Formá parte de nuestra comunidad de lectores

Más de un siglo comprometidos con nuestra comunidad. Elegí la mejor información, análisis y entretenimiento, desde la Patagonia para todo el país.

Quiero mi suscripción

Comentarios