La OIEA en Irán: la última oportunidad de la democracia

Farshid Motahari DPA

Un equipo de expertos de alto nivel de la Organización Internacional de la Energía Atómica llegó finalmente a Irán. Se desconoce por ahora la labor que realizarán en la república islámica, pero varios politólogos consideran que por ahora este viaje es la última posibilidad para la diplomacia. “De fracasar, las negociaciones que también pide Irán con Occidente en Estambul también se perderían”, dijo un periodista iraní. Inspeccionar las instalaciones, entre ellas la nueva de enriquecimiento de uranio en Fordo, apenas aportará algo distinto para el inspector jefe Herman Nackaerts y su equipo, así como para el secretario general del OIEA, Yukiya Amano. Lo realmente relevante “no son las instalaciones que ya inspecciona el OIEA, sino aquellas de las que este organismo no tiene la menor idea”, dijo un diplomático extranjero en Teherán. Los analistas consideran que un nuevo análisis de las instalaciones donde según Teherán se enriquece uranio hasta un 20% con fines civiles no sirve de nada a las partes. Según Teherán, el OIEA ya había informado de todo ello antes. En Fordo, como ya ocurrió en otras instalaciones, el OIEA instaló cámaras. En caso de que el equipo del OIEA reciba respuestas a las preguntas sobre un programa de armas nucleares secretos, el Estado teocrático de Irán tendría que admitir que hay motivo para hacer esas preguntas. El país ha negado tajantemente en los últimos 15 años que haya planeado, pensado o trabajado en un programa de armas nucleares. “Los temores del OIEA y de Occidente se basan en informaciones del servicio secreto estadounidense y mientras no se prueben, es su palabra contra la nuestra”, afirma un abogado iraní que conoce a fondo el tema de la disputa nuclear. El ministro de Asuntos Exteriores iraní, Ali Akbar Salehi, pidió en el 2011 a la OIEA que permitiera a Irán mirar en las actas de los servicios secretos. Pero esto fue rechazado. “Ellos (las potencias mundiales) nos acusan de algo que nosotros siempre hemos negado. Y ahora nos lo tienen que demostrar, pues como sabemos que no existe nosotros no podemos demostrarlo”, dijo el presidente iraní Mahmoud Ahmadinejad. “El programa nuclear iraní tiene una parte política y una técnica”, dijo un politólogo en Teherán. Técnicamente el país ha firmado el Tratado de No Proliferación Nuclear y como miembro activo del OIEA está dispuesto a trabajar con el extranjero en relación con su programa nuclear, incluso con su enemigo Estados Unidos. “Eso no lo pueden decir de sí mismos Israel, Pakistán e India, que ya tienen la bomba atómica”, agregó el politólogo. Además, según Irán, aparte de las suposiciones que proceden de fuera del marco del OIEA no hay ningún otro informe de una organización de la ONU que indique de forma clara una violación de Irán del Tratado de No Proliferación Nuclear. Políticamente el país no está considerado un enemigo por Occidente sino también por Israel y los vecinos árabes en el golfo Pérsico, con los que no comparte la misma corriente dentro del Islam. Durante las tres últimas décadas Irán tampoco mantuvo unas verdaderas relaciones diplomáticas con Egipto, otra de las grandes potencias islámicas en la región. La enemistad y la retórica del presidente Ahmadinejad contra Israel (como cuando dijo que había que borrar el Estado judío del mapa), han dado alas a los temores de Occidente, pero también en el mundo árabe, que se pregunta qué pasaría si Irán utilizara su conocimiento nuclear para el desarrollo de un arma nuclear. “No se puede apoyar a grupos catalogados como terroristas, hablar a diario de cohetes y hacer pruebas de ellos todos los meses y luego hablar de paz y hermandad”, dijo una diplomática occidental en Teherán. Irán sin embargo ve todo este tema desde otro ángulo. A pesar de que hasta la fecha nunca se demostró nada, el país tiene una imagen negativa desde hace años para la comunidad internacional y es sancionado injustamente. Sin embargo, casos demostrados como el de Israel se ignoran. “Tenemos claro lo que (Occidente) tiene en contra nuestro pueblo y sus avances y todo este debate nuclear tiene una motivación política”, dijo Ahmadinejad. Irán sostiene que sólo teniendo en cuenta las consideraciones religiosas ya está en contra de cualquier arte de armas de destrucción masiva. Por otra parte, Ahamadinejad quiere que el país lidere la vanguardia del mundo islámico. Y para ello hay que estar bien dotado militarmente, sin contar con las amenazas de Israel y la presencia de la OTAN en los países vecinos: Afganistán, Irak y Turquía”. “Tener una bomba atómica propia daría seguridad o al menos disuadiría”, dijo un diplomático.


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