La pista que despertó la fiebre por el skate en Bariloche

Cada día cientos de jóvenes llegan con sus patinetas a la costanera para practicar y realizar trucos en este espacio ideado especialmente para este deporte. Se estima que hay entre 400 y 500 chicos en el semillero local.

Casi como una peregrinación silenciosa, cientos de jóvenes (y no tanto) caminan cada día en Bariloche con sus patinetas al hombro, viajan en colectivo o hacen dedo en los kilómetros para confluir en el skate park de la costanera, con el lago Nahuel Huapi como telón de fondo.

El skate se convirtió en una tendencia en los últimos meses. Se estiman que hay entre 400 y 500 chicos en el semillero de los skateboarders barilochenses y cada día llegan novatos al área plana de principiantes de la pista, donde no le esquivan a los golpes y las caídas.

Este fenómeno llega a Bariloche de la mano de la pista -que se utiliza desde mediados del año pasado aunque no tuvo inauguración oficial y le faltan detalles de obra- por la que tantos años peleó la Asociación Skateboarders Unidos de Bariloche (Skunba). Pero al mismo tiempo, se fusiona con la inclusión del deporte como una disciplina olímpica, que tiene previsto su debut en los próximos juegos de Tokio, postergados para el invierno de este año.

La fiebre por el skate en Bariloche es tan grande que ya piensan en armar escuelas de enseñanza y eventos, pero además generó un movimiento paralelo con el desarrollo de marcas de emprendedores locales que fabrican tablas, una explosión de la indumentaria skate y la creatividad en la realización de videos que circulan por las redes sociales y que potencian el fenómeno.

El skate park tiene sectores para todos los niveles. Foto: Alfredo Leiva

Pasión y deporte

“Cada vez más chicos están en el deporte” destacó con entusiasmo Mauricio “Larry” Cigna, referente de Skunba, en una charla con Río Negro, sentado en un descanso de la pista, que a pesar de ser media mañana ya tiene decenas de skaters practicando y haciendo trucos.

“El skate evolucionó a su modo, primero en la calle y desde que está el skate park es tremendo con la velocidad con que evolucionó en cantidad de chicos que practican el deporte y en nivel”, valoró Juan Pablo Bernardini.

Los trucos, de los más experimentados skaters. Foto: Alfredo Leiva

Los impulsores de Skunba, la asociación que reunió a los fanáticos de este deporte hace más de 15 años, tienen el sabor de la victoria cuando ven la pista colmada, algo que hoy es habitual a toda hora del día, sobretodo por las tardes cuando casi no hay espacios para hacer saltos y prácticas.

“El skate no es competencia, es buena onda, todos somos iguales, están juntos el nuevo con el más experimentado”, reforzó Rodrigo Pérez, un profesor de educación física que junto a Juan Pablo llevaron su pasión por el skate a la escuela secundaria 36 donde trabajan, con un proyecto extracurricular que comenzó en 2014 y se desbordó de asistentes de inmediato, con chicos de todas las edades, pero que la pandemia los obligó a poner en pausa desde el inicio de las restricciones en marzo pasado.

También, Skunba tuvo su aporte social con los sábados de skate en el gimnasio Newenche, en el barrio El Frutillar. “No fuimos bien recibidos en un comienzo pero después se fueron sumando chicos, empezamos a construir módulos con cosas viajes y recicladas, llevábamos skate para prestar y se fue aceptando más en el barrio. Había mucha gente que venía a mirar lo que hacíamos”, recordó Larry.

Chicos y chicas de todas las edades practican skate en la pista de la costanera. Foto: Alfredo Leiva

Ese proyecto funcionó de 2013 a 2018. “Sin darnos cuenta hicimos un laburo social importante, venía gente de todos lados, de Catedral, de Dina Huapi, del Alto”, valoró Rodrigo.

La necesidad de un espacio para practicar skate era evidente. Hubo varios acercamientos con los distintos gobiernos municipales en busca de este lugar que incluyó una experiencia frustrada con un terreno cedido en la zona del Ñireco donde no estaba permitida la construcción; una propuesta de un espacio junto al gimnasio municipal 3; un acuerdo con una parroquia para llevar el “skate transportable” a su terreno, entre otros.

Skunba peleó 15 años para lograr la pista y finalmente se construyó. Foto: Alfredo Leiva

Finalmente llegó el acercamiento con el intendente Gustavo Gennuso que puso la firma para construir el skate park de 2.900 metros cuadrados en el lugar donde estaba la pileta municipal abandonada. La preparación del terreno comenzó a fines de 2018 y Skunba se involucró de lleno en el proyecto e incluso aportó ideas para su diseño. Larry fue uno de los referentes que además participó en la construcción, coordinada por Andrés Rodriguez, del municipio, y a mediados de 2020, en plena pandemia, y con la pista casi lista, chicos y chicas de la ciudad empezaron a hacer uso del espacio que terminó habilitado de hecho.

El skate no es solo deporte, sirve para el autoestima, genera lazos de solidaridad, compañerismo y perseverancia. Es totalmente inclusivo y social”.

Rodrigo Pérez, referente de Skunba.
La pista de skate junto al Nahuel Huapi tiene un bowl de grandes dimensiones. Foto: Alfredo Leiva

La pista

El skate park tiene un diseño que permitirá realizar eventos de nivel mundial ya que se mantuvo la idea de construir un bowl (olla), que es la zona de mayor complejidad en la pista. “Es importante que esté el ojo del que patina” destacó Larry quien recordó que pasaron experimentados skateboarders en el trabajo de diseño y construcción como Marcelo Benjanele, Martín Fabrega y Guillermo De Diego (arquiectura).

Se recomienda empezar con el skate a partir de los 7 años, por la estabilidad y equilibrio. Foto. Alfredo Leiva

Hoy en Skunba tienen consultas a diario de skaters de todo el país, incluso extranjeros que quieren viajar para probar la pista.

“La pista no se terminó, faltan algunos detalles como el corte del paño que lleva una felpa para que no se raje, resta colocar una protección sobre el piso para evitar que se abran poros, la iluminación y cartelería”, detallaron los referentes de Skunba que ahora tienen un sabor amargo en su vínculo con el municipio, por la falta de organización y regulación de la pista a donde confluyen también patinadores y ciclistas, a pesar de que estos últimos tienen un pump track al lado.

Mientras unos saltas en la tabla, otros patinan en el plano de principiantes. Foto: Alfredo Leiva

El roce con los ciclistas se produce de manera constante. Según los skateboarders las bicicletas dañan la pista, que debe tener su piso liso para el deslizamiento de las pequeñas ruedas de las patinetas, y se producen accidentes y choques de impacto.

Para usar la pista hay una serie de recomendaciones con sectores específicos para principiantes y rampas para distintos niveles. El uso de protecciones (casco, rodilleras, coderas) es sugerido para menores y principiantes.


El skate park tiene chicos en la pista desde el amanecer. Los horarios con menos afluencia son la mañana y al hacer la noche. Se recomienda la práctica del deporte a partir de los 7 años, por la estabilidad, aunque hay niños más pequeños que ya suben a la patineta.

La pista tiene barandas para los más experimentados en el skate. Foto: Alfredo Leiva

El creador de patinetas


Gastón Stoker siempre tuvo entre sus sueños tener su propia marca. “Tenía el logo en mente desde hacía años”, recordó y vio en el fenómeno del skate una oportunidad de plasmar su idea con el sello Blanc, que acaba de lanzar su “diseño gold” de skate.

Blanc, es la marca de skate que creó Gastón Stoker en Bariloche. Foto: Alfredo Leiva

El desarrollo empezó antes de la construcción de la pista. “Empecé solo con tablas y le fui dando forma, fui creciendo y sumando. 2 años después vendemos a todo el país”, señaló Gastón que además de practicar skate realiza snowboard en los inviernos.

Su premisa es ofrecer un “producto de calidad porque hay mucha skate de juguetería” y la demanda es grande, impulsada ahora por las complicaciones de la importación, ya que las principales marcas provienen de Estados Unidos, donde se gestó este deporte.

El skate se puede confeccionar con madera maple (modelo canadiense) o guatambú (nacional) por sus características “liviana, moldeable y resistente”. Sobre la tabla se coloca una lija para evitar el deslizamiento del pie y es indispensable tener buenos ejes (truck). La dimensión de la tabla varía según la altura de la persona y cuánto calza, y las ruedas difieren por el tipo de suelo donde se use.

Desde la salida del sol, el skate park convoca a cientos de jóvenes (y no tanto). Foto: Alfredo Leiva

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