La «revolución de los pingüinos» sacude a Chile

Secundarios se paralizaron en las grandes ciudades. Disturbios, heridos y detenidos.

SANTIAGO (AFP) – Miles de estudiantes que exigen una educación pública gratuita y de calidad tomaron ayer las calles de Santiago y otras ciudades de Chile, en una multitudinaria movilización conocida como «revolución de los pingüinos» debido al color azul y blanco de sus uniformes. La multitudinaria protesta desató incidentes en varios puntos del país y al menos 509 fueron detenidos, poniendo a prueba la conducción política de la presidenta Michelle Bachelet.

Los profesores y los alumnos universitarios se unieron a la protesta que se extendió a más de un millón de estudiantes y maestros en todo el país. Los alumnos de secundaria, incluido el colegio «La Girouette» donde estudia la hija menor de la presidenta Bachelet, demandan una reforma del sistema educativo para elevar la calidad de la enseñanza y eliminar la brecha social entre colegios privados y públicos.

Aunque los líderes juveniles anunciaron que su movilización sería pacífica, grupos de adolescentes, alumnos de liceos y colegios de secundaria, chocaron con la policía en diferentes zonas de Santiago y otras ciudades, con un balance provisorio de 373 detenidos y 14 heridos, incluidos nueve policías y tres periodistas.

En Santiago, los disturbios se extendieron al comenzar la tarde en las cercanías del palacio presidencial de La Moneda y el Ministerio de Educación, y se concentraron en la tradicional Universidad de Chile, hasta donde llegaron miles de manifestantes. «El cobre por el cielo y la educación por el suelo», señalaba un extenso cartel ubicado sobre el pórtico de entrada del recinto universitario, el más antiguo del país y formador de la la clase dirigente chilena. El mensaje era una alusión a los excedentes records de 10.000 millones de dólares que el Fisco chileno recaudará este año por un mayor precio del cobre, que en su mayoría se destinarán al ahorro.

Los choques con la policía se iniciaron cuando la fila de estudiantes -vestidos con el tradicional atuendo azul con blanco-, intentó marchar hasta el Ministerio de Educación, a unos 200 metros del palacio presidencial de La Moneda. Los agentes policiales reprimieron la marcha con carros lanza-agua y gases lacrimógenos. «Estábamos tranquilos y llegaron los 'pacos' (policías) a tirarnos agua y bombas lacrimógenas», aseguraba Fabián, que cubre su rostro con un pañuelo. «Pero no nos van a mover», agrega desafiante mientras lame un limón, antídoto casero para los efectos irritantes de los gases.

Enfrentada al mayor conflicto desde que asumió el gobierno el pasado 11 de marzo, la presidenta Bachelet convocó de urgencia a su Comité Político de ministros en La Moneda. Al encuentro concurrieron el ministro del Interior Andrés Zaldívar, encargado de mantener el orden público; el titular de Hacienda Andrés Velasco, que tiene en sus manos el financiamiento de algunas medidas, y el secretario de la Cartera de Educación, Martín Zilic, comisionado para reanudar el diálogo. «Vamos a escuchar sus propuestas», dijo Zilic al reunirse con los dirigentes estudiantiles y escuchar sus demandas en un amplio salón del segundo piso de la Biblioteca Nacional.

El diálogo se prolongó por cinco horas, mientras cientos de estudiantes enfrentaban a pedradas a la policía. El gas lacrimógeno entró hasta el salón donde el ministro y los estudiantes intentaban sin éxito un acuerdo. Allí, el ministro ofreció la gratuidad de la prueba universitaria a los más pobres. Pero «como no están resueltos todos los temas, vamos a mantener hasta mañana (hoy) nuestras medidas de presión», dijo el vocero estudiantil, César Valenzuela.

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