La vida o el trabajo, o la vida y el trabajo

El nivel de angustia y desesperación del sector gastronómico, de eventos y bares en Roca es una señal de alarma en un escenario que pide sentido común porque es el tiempo del delicado equilibrio entre los cuidados de la salud por la pandemia y el presente y futuro económico laboral.

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Y la verdad que ya no alcanza con el discurso de priorizar la vida para convencer a decenas de comerciantes que están viendo cómo se les complica la vida porque literalmente se están fundiendo. Están viendo que no solo se exponen a los contagios de coronavirus, sino también como los comercios que eran su sostén desde siempre, están quedando en el camino.

Entienden los comerciantes que si superan el covid estarán metidos en otro problemón que es el desempleo y la falta de salidas laborales. No alcanza ya con el consuelo de estar vivos, porque cada comercio es el sustento de muchas familias y cada uno que se va es una indemnización que hay que pagar. A tal punto es de grave la situación que muchos comercios medianos de hace un par de años, apenas dan para una salida familiar muy acotada.

Y podrán decir una y mil veces que la pandemia llegó sin avisar y que no hay gobierno responsable de su existencia. Y es así, pero sí los gobiernos son responsables de las medidas que toman y que buscan paliar un escenario desgastado por las limitaciones que impuso el coronavirus.

Un local gastronómico de 20 mesas, considerado mediano en el rubro, debería funcionar según las recomendaciones con el 30 por ciento de esas mesas, es decir 6. Atender seis mesas es más costoso que cerrar, porque los salarios de los empleados para sostener ese lugar son más caros que atender a esos clientes. Peor aún para locales con menos capacidad, que directamente deben cerrar.

Pero cerrar es el paso que todos temen. No solo el dueño se queda sin sustento, sino también cada empleado que a su vez tiene una familia.

La pandemia exige cuidados y bajar circulación, pero también ese equilibrio que contemple que la vida es primordial, pero también el trabajo es esencial.