Las claves del parto respetado: los derechos siguen vigentes aún en la pandemia


Por Alicia Pedrón*


El término “parto respetado” o “parto humanizado” hace referencia al respeto por los derechos de la madre, del bebé y su familia en el momento del nacimiento. Promueve el respeto por la fisiología natural del parto, por las particularidades de cada familia (etnia, religión, nacionalidad), acompañándola a través de la toma de decisiones seguras e informadas.

En la Argentina, la Ley 25.929 sancionada y promulgada en 2004, reglamentada en 2015 defiende los derechos de las madres, los recién nacidos/as y sus familias durante todo el proceso del nacimiento, detallando los distintos derechos que deben garantizarse en cada etapa de la gestación, parto y puerperio.

Uno de los mejores augurios que se le puede brindar a un bebé por nacer es el haber transitado una gestación amorosamente acompañada por sus afectos y por el equipo de salud, esperando los tiempos naturales del parto en cuyo inicio, la señal de “estoy listo” junto a otros factores implicados en la maduración desencadenen una cascada de hormonas y emociones que conecten profundamente a la mujer-madre consigo misma y con el hijo por nacer.

El proceso del nacimiento se inicia en las primeras etapas de la gestación, un ir y venir de hormonas, cambios físicos y psíquicos trabajan sincrónicamente para permitir el crecimiento y el desarrollo del hijo “en todo el ser materno”.

Nada queda librado al azar, cuerpos y emociones sostienen todo el proceso asegurando, además, la producción del primer alimento que necesitara el recién nacido, la leche humana. Hormonas y emociones… los tiempos biológicos, se conectan sincrónicamente para iniciar al trabajo de parto, y es “trabajo”, tanto para la mujer como para el bebe.


Las hormonas producidas durante la gestación, el parto y el post parto actúan en distintos tiempos para lograr los mejores resultados para la mama y su bebé.

Es importante saber por ejemplo que la oxitocina, generada por el cerebro materno y por el feto es la hormona responsable de las contracciones uterinas cuya intensidad aumenta a medida que el trabajo de parto avanza, pero que luego de cada contracción y luego del nacimiento da lugar a las endorfinas que tienen una extraordinaria capacidad para dar sensación de bienestar.

Las endorfinas amortiguan el dolor del trabajo que está realizando el útero y producen una especie de amnesia ayudando a olvidar el esfuerzo del proceso de parto, son un premio por el dar a luz y un regalo para el bebe dado que su producción asegura que la mamá pueda darle una bienvenida cariñosa, con buen ánimo y muy propensa a cuidarlo/la.

La oxitocina, esta generosa hormona, interviene además en la lactancia materna y en el amor paterno, pues el padre genera su oxitocina al acompañar el proceso del nacimiento, al ver y tomar en brazos a su hijo se siente atrapado por la necesidad de darle amor, protección y cuidados.

También hay que saber que la presión, la invasión generada por luces y ruidos, la circulación de muchas personas, como así también la administración innecesaria de medicación (analgésicos, anestésicos, etc) interfieren con el natural desarrollo de estos delicados procesos.

La administración de oxitocina sintética a la madre durante el trabajo de parto bloquea la liberación de endorfinas, por lo tanto, el parto se torna más doloroso y la madre no logra ese descanso y relajación post contracción.

Es importante conocer que al pasar por el canal del parto el bebé se impregna de todas las bacterias de su madre, las cuales le ayudaran a fortalecer su sistema inmunológico y lograra arrojar todo el líquido de sus pulmones para iniciar una efectiva respiración luego de nacer.

El conocimiento y la preparación de la madre, junto a su acompañante, desde etapas tempranas de la gestación son indispensables para transitar un embarazo saludable y llegar a un parto respetado.

El contar con espacios brindados desde el equipo de salud con la información adecuada y actualizada, con buena disposición para el diálogo sobre miedos, dudas, mitos y las malas experiencias (propias y ajenas), preparan a los padres para transitar con confianza los tiempos que necesita el parto.

Los tiempos del hijo por nacer poco tienen que ver con los tiempos de los adultos, con las presiones, con el apuro, la ansiedad o la inseguridad, tampoco con la comodidad.


Las recomendaciones de la OMS sobre el nacimiento -en el año 1985, ponderan un proceso de “normalización del parto”, e insta a los estados a revisar la tecnología aplicada a los partos, y reconoce que cada mujer debe elegir el tipo de parto que desea, contribuyendo de este modo a devolverle su protagonismo.

Una mujer se empodera cuando luego de ser escuchada e informada adecuadamente puede decidir, conociendo los beneficios y los posibles riesgos de su elección, pero un parto respetado implica, también, estar atentos a lo que bebé y mama necesitan. Si bien se trabaja para que todo se desarrolle de la manera más natural posible, existen situaciones, a veces inesperadas, que requieren la administración de medicación y otras intervenciones.

Asimismo, las primeras dos horas después del parto son trascendentales para la vida del bebé y de su mamá. Se trata de un momento emotivo, sensible y único de encuentro, de reconocimiento, en el que el contacto precoz, piel con piel (COPAP), tiene efectos positivos.

Es importante también postergar el corte del cordón umbilical hasta que deje de latir pues el pasaje de sangre que se produce en ese momento previene la anemia y beneficia la inmunidad del recién nacido.

Los procedimientos de rutina pueden postergarse, si el parto no tuvo complicaciones, no es necesario bañar, medir, pesar, tomar la temperatura ni vacunar al recién nacido durante esos primeros minutos, pero si, es fundante dejar madre e hijo en contacto piel a piel hasta que se prenda al pecho.


El nacimiento en el contexto de la pandemia Covid-19


En nuestro país, desde el Ministerio de Salud de la Nación, un grupo de expertos conectados con la OMS, Unicef y otras comunidades científicas elaboraron “Recomendaciones para los distintos niveles y áreas de atención”, a las cuales adhiere nuestra provincia y en lo relacionado al parto de gestantes Covid-19 positivo, es necesario destacar que:

– No se han registrado casos de enfermedad grave durante el embarazo.

– Los estudios sobre embarazadas afectadas con Covid-19 no han demostrado transmisión por placenta, ni por secreciones vaginales, ni por leche materna.

– El modo de parto no tiene influencia sobre el riesgo vinculado a Coronavirus para la madre o el recién nacido.

– La atención de los partos y recién nacidos, en este contexto, debe seguir siendo dentro de un marco de respeto, basado en buenas prácticas que incluyen los elementos de protección personal, de manera que se brinde atención de calidad y segura.

– La comunicación clara, sólida y oportuna, es esencial y en situaciones de emergencia reduce la incertidumbre, salva vidas y disminuye la propagación de enfermedades.

– Es de suma importancia que durante todo el proceso del nacimiento la madre pueda ser acompañada por una persona elegida por ella (persona sana, menor de 60 años y sin factores de riesgo).

– La gestante Covid-19 (+) compensada, puede transitar su parto natural, con la protección correspondiente siempre y cuando ella y su hijo se mantengan clínicamente estables según monitoreos realizados por el equipo de salud.

El hecho de ser positiva, no es indicación de cesárea, la misma quedará reservada a los criterios médicos de riesgo habituales o ante la descompensación materna o fetal durante el trabajo de parto.

– Las bondades del COPAP inmediato al nacimiento, la ligadura tardía del cordón umbilical y la lactancia materna cobran una importancia trascendental en esta pandemia teniendo en cuenta las medidas de protección y cuidados que el equipo de salud proporcionará al binomio madre-hijo.

– No se recomienda el baño del recién nacido.

-Acompañar y respetar los tiempos biológicos y psicológicos del parto natural tiene un fuerte impacto positivo en las emociones y un importante valor preventivo ya que de ello dependerá, en gran medida, la seguridad y competencia materna, un óptimo desarrollo del recién nacido, y un vínculo temprano saludable madre-hijo.


El contacto piel con piel


El contacto precoz, piel con piel (COPAP), tiene efectos positivos tanto en el corto como en el largo plazo. Estos son algunos:

– Tiene repercusiones en el desarrollo psicológico, emocional y cognitivo del bebé.

– Favorece que el bebe mantenga su temperatura corporal. Estabiliza su respiración, presión arterial y oxigenación; mantiene sus niveles de glucemia, disminuye el llanto e incrementa el estado de alerta tranquila.

– Favorece la lactancia materna por la gran descarga de oxitocina que libera la madre en este periodo de receptividad por parte del bebe.

Reduce el estrés del bebé y la ansiedad de la madre, mejorando el vínculo afectivo.

– Disminuye la presencia de síntomas depresivos post parto y fortalece la autoestima de la madre.

*Médica neonatóloga jubilada del sistema de salud pública de Río Negro, magister en Salud Materno Infantil, integrante de la Comisión de Lactancia Materna de la Sociedad Argentina de Pediatría del Alto Valle de Río Negro y Neuquén.


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