Las fugas del penal cipoleño

La crisis carcelaria y el traslado de internos conflictivos y con altas condenas profundizan la problemática. Los escapes más resonantes.

El penal cipoleño ha sido testigo de innumerables fugas y todas cuentan con ciertas similitudes, como la escasa planificación.

Este factor se ha visto favorecido debido a que la cárcel local no cuenta con murallas sino con alambrados perimetrales, ya que es un penal de mínima seguridad. A esto se suma que la crisis carcelaria profundizó las problemáticas que se atraviesan en el penal ubicado en el paraje El Treinta y, debido a esta situación, se terminaron trasladando internos conflictivos y con altas condenas.

Mientras que la mayoría de quienes han llevado adelante una fuga lo han logrado, han sido muy pocos los que pudieron profugarse sin haber caído otra vez tras las rejas. Es que el obstáculo más común con el que se enfrentan es prolongar su estadía fuera de la cárcel. Falta de dinero, de lugar donde esconderse y de los contactos necesarios son algunos de los factores que hacen que, a los pocos meses, sean atrapados.

Un especialista

Sin lugar a dudas el preso más creativo e ingenioso ha sido Alejandro Forno. Él ha logrado escabullirse de cada penal rionegrino donde estuvo detenido. De ahí que surge su apodo: “especialista en fugas”.

Su último escape lo concretó en julio del 2014 cuando, con una de sus piernas enyesadas, corrió por el patio del penal, saltó los cercos perimetrales y huyó a bordo de una moto. Forno estuvo libre dos meses cuando en septiembre de ese mismo año fue recapturado en Neuquén mientras cometía un robo.

Otra de las fugas la cometió cuando fue trasladado al hospital de esta ciudad. Estaba esposado y pidió ir al baño. Ya dentro, mezcló jabón con gaseosa y así pudo zafarse de las esposas. Luego rompió una ventana y huyó.

Antes de esto estuvo alojado en Roca y de allí intentó fugarse dentro de una bolsa de basura. Esto fue en el 2008.

Fuga masiva

El penal local también fue protagonista de una fuga masiva. Esta ocurrió en el 2013 cuando seis internos se escaparon. A tres lograron recapturarlos a poco de haberse huido. Otro fue hallado cuando escapaba en un Ko:Ko hacia Allen y los otros dos fueron aprehendidos, un día después, en el barrio Anai Mapu. El último fue recapturado tres meses después en una casa del Don Bosco.

Caso resonante

José Luis “Quico” Pérez es otro de los casos resonantes en la zona, ya que pudo eludir a la Justicia en reiteradas oportunidades. Pérez fue condenado a prisión perpetua por el crimen de Matías Sepúlveda, ocurrido en octubre del 2010.

Siete meses antes de esto había sido recapturado mientras descansaba en la plaza Rosauer de esta ciudad. Hacía cuatro meses que era intensamente buscado tras haberse fugado del penal de Roca.

A poco de haber comenzado a cumplir la condena por el homicidio de Sepúlveda, Pérez fue reubicado en el penal de Pomona. Esta cárcel cuenta con un régimen abierto y mínimas condiciones de seguridad. Fue por eso que, a la hora de pensar un plan de fuga, sólo tuvo que planificar qué día y a qué hora quería irse y huir.

Y así lo hizo en septiembre del año pasado. Cuatro meses después fue encontrado en la casa de una de sus hermanas en esta ciudad.

Escapes en números

El “especialista en fuga” se evadió de todos los penales de Río Negro.

En una de sus huidas más osadas escapó con una pierna enyesada de la cárcel cipoleña.

Datos

6
presos se escaparon en el 2013. Fue la fuga con mayor cantidad de evadidos que registró el penal cipoleño.
5
meses es el tiempo promedio que logran permanecer prófugos los presos que burlan los controles.
El “especialista en fuga” se evadió de todos los penales de Río Negro.
En una de sus huidas más osadas escapó con una pierna enyesada de la cárcel cipoleña.

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