Las Rosas por la Paz tienen destino Malvinas

Cientos de barilochenses participaron el sábado en el Centro Cívico de la actividad propuesta por el orfebre Juan Carlos Pallarols: contribuir a dar forma a pétalos de rosas que serán portadas por familiares a los cementerios de guerra en las Islas Malvinas. El metal proviene del fundido de vainas de balas servidas. Su proyecto, “Dos rosas por la paz”, suma adherentes en todo el mundo, informó el creador de los bastones de mando de presidentes argentinos.

El reconocimiento a veteranos de guerra registra antecedentes en “el pequeño y modesto homenaje que empecé a hacer en los bastones presidenciales desde 1983 hasta el último” con referencia a las islas, “pensando en los que cayeron, los que murieron después y sus familiares”.

La suma de apoyos cosechados “me hace pensar que valía la pena. Tomo la guerra como un parto, dicen que es lo más doloroso, pero después viene la vida. El país está conformado por cuarenta y cinco millones de partos. Estamos convirtiendo el metal de armamentos, vainas de balas, en pétalos” como símbolos de paz para el mundo, señaló.

Durante la conferencia de prensa convocada para anunciar la actividad, Pallarols agregó que “con este movimiento que está surgiendo, los chicos que no tienen la menor idea de lo que fue la guerra están deseosos de ir a Malvinas. Esto está generando un cambio que, creo que no en mucho tiempo, va a ser motivo de unión de todos los argentinos”.

A través del emprendimiento “hemos llegado a muchos países, todo el mundo tiene necesidad de paz. Fuimos invitados al cumpleaños de la reina (de Inglaterra) en la Embajada Británica, ese día cantaron el himno nacional después de 30 años, todo un gesto. Nos están mandando partes de un avión inglés para fusionarlo con uno argentino” en una creación gigante con réplicas a instalar en el país y Londres. “Nos han enviado balas de El Líbano, Siria y Afganistán. No es un proyecto chiquito, tiene proyección internacional porque representa una necesidad para el mundo. Es fantástico que Malvinas, tan chiquitas y tan lejos, estén haciendo un llamado de atención al mundo entero”, expresó.

Durante las ceremonias de fundición, veteranos de guerra, familiares y ciudadanos de todo el mundo aportan vainas servidas al crisol para obtener el bronce con que son moldeados los pétalos y manifiestan su adhesión en uno de los cuatro libros de actas. Iniciada en abril, la campaña de cincelado colectivo continuará en Paraná entre el 28 y 30 de este mes y en Rosario y Mendoza en noviembre.

Soldado en Malvinas, director provincial de Veteranos de Guerra de la provincia e integrante de la Confederación de Combatientes de la República Argentina, Ruben Pablos acompañó cada una de las actividades. “Consideramos que no hay en el país otra bandera de unión y consenso como la de Malvinas. No hacemos más que sumar al sentimiento profundo y la filosofía del proyecto centrada en el convencimiento de que las guerras no sirven para resolver conflictos”, apreció.

El simbolismo quedará reforzado cuando familiares de caídos argentinos lleven una rosa al cementerio inglés y viceversa, desdibujando fronteras. “Enormes gracias al maestro, por tocar este tema con profundidad y desde el sentimiento”, expresó.

Los pétalos de las flores de metal serán llevados a Malvinas por familiares, quienes depositarán la ofrenda en los cementerios de las islas.

“A través de este emprendimiento hemos llegado a muchos países, todo el mundo tiene necesidad de paz”,

afirma Juan Carlos Pallarols.